El recién descorchado 2014 marca una celebración importante en la manufactura Chopard: el 50 aniversario de la familia Scheufele al frente de la dirección. Para celebrar esta efeméride, la firma de Meyrin ha lanzado el Chopard L.U.C 1963, un guardatiempos elegante y de estilo tradicional, equipado con un movimiento de reloj de bolsillo descendiente directo de los cronómetros que Chopard todavía producía en 1963, año en que la familia Scheufele adquirió la compañía.
Este nuevo miembro de la colección L.U.C no destaca precisamente por la cantidad de complicaciones o funciones que implementa: simplemente, muestra las indicaciones de horas, minutos y segundos. Pero lo importante no es el qué, sino el cómo. En primer lugar, recurre a una caja de generosas dimensiones, unos 44 mm hasta el momento reservados para el Chrono One. Siempre dentro de la colección L.U.C, sólo el 150 All-in-One y el Louis-Ulysse The Tribute, con 46 y 49’60 mm respectivamente, superan esta cifra.
De formas sencillas y clásicas, la caja fabricada en oro rosa o platino destaca por su delgado bisel, cediendo así todo el protagonismo a la esfera. Los acabados son, como es habitual en Chopard, impecables. La carrura redondeada y los laterales de las asas presentan un acabado cepillado, mientras que el bisel y la parte superior de las mismas muestran un acabado pulido.
El diseño de la esfera define las líneas clásicas que caracterizan al L.U.C 1963: sobre un delicado fondo blanco tipo porcelana se dispone una escala minutera «chemin de fer». Ubicados en las posiciones horarias, los numerales romanos se sitúan dentro de un anillo delimitado por dicha escala y el perímetro exterior de la esfera. Situado a las 9 horas, la particular superposición del pequeño segundero confiere al dial un toque de modernidad que logra captar rápidamente nuestra atención, destacando por su contundente escala y los números árabes en rojo situados cada 15 segundos. Las típicas manecillas dauphine de oro rosa completan la esfera.
No podemos dejar de comentar el parecido que guarda este dial con el del L.U.C. Louis-Ulysse The Tribute, tanto por sus funciones como por la porcelana blanca, numerales romanos, escala «chemin de fer», pequeño segundero… Es en la ubicación de éste último en lo que mejora al 1963, ya que debido a su considerable mayor tamaño, la superposición no interfiere en la lectura óptima de la escala de minutos. Aún así, la legibilidad del 1963 está fuera de toda duda.
El calibre L.U.C 63.01-L es un movimiento de cuerda manual que básicamente es una versión en tamaño reducido del L.U.C 06.01-L. Este último fue desarrollado en colaboración con la Escuela de Relojería de Ginebra y presentado en 2010 para conmemorar el 150 aniversario de Chopard con el L.U.C Louis-Ulysse The Tribute, el reloj de bolsillo al que puede adaptarse una correa para poder ser llevado en la muñeca.
Con 38 mm de diámetro y una frecuencia de oscilación de 4 Hz (28.800 alternancias por horas), su arquitectura, visible gracias a la trasera de zafiro, es bastante simple debido a la ausencia de complicaciones relojeras. En cambio, sus acabados son ciertamente intachables, destacando los dos tonos que acentúan su profundidad y tridimensionalidad: los puentes de alpaca, decorados con Côtes de Genève, contrastan con el tono dorado de su biselado y del avellanado en tornillos y rubíes. Atornillado sobre el puente del volante, un regulador de cuello de cisne nos permite ajustar la longitud efectiva del espiral, y por tanto, regular la marcha de este cronómetro que goza del certificado COSC y del prestigioso Punzón de Ginebra.
Esta edición se limita a una fabricación de sólo 50 unidades por cada una de las dos referencias, en oro rosa o platino. Ambas se entregarán con una correa de aligator marrón oscuro forrada de color burdeos. Esperamos poder admirar personalmente esta pieza porque, aunque a través de las imágenes ya nos podemos hacer una idea, la calidez que aporta la esfera de tipo porcelana sólo se perciben en toda su dimensión al tenerlo en la muñeca.