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Chopard, durante el transcurso de la celebración de la pasada edición de Baselworld, aprovechó para presentar una nueva colección de relojes. A priori de características más sencillas que el resto de sus colecciones, los guardatiempos que la integrarán albergan movimientos más simples que los empleados en su colección L.U.C. de Alta Relojería.

Estos nuevos calibres están desarrollados por completo en Chopard y producidos en los talleres de Fleurier Ebauches, la entidad perteneciente al grupo Chopard a cargo de la producción de movimientos no destinados a la colección L.U.C.
El primer modelo que inaugura esta nueva colección es el objeto de este test y el que Chopard ha bautizado como Classic Manufactum. Pendientes de que los próximos integrantes hagan su aparición, todo indica a que esta nueva línea estará fuertemente marcada por el clasicismo, la sobriedad y la elegancia.

De líneas sencillas en su caja y dial diáfano y limpio, el Classic Manufactum es un sólo hora que se permite la licencia de implementar la indicación de la fecha como única complicación. Coincido, en mi modesta opinión, con la decisión de la manufactura en este aspecto. Si debemos decidirnos por una indicación adicional a la de horas, minutos y segundos, hay que hacerlo por una que resulte útil en el uso diario del reloj. Desde este punto de vista, no se me ocurre ninguna mejor que la indicación de la fecha.

La inspiración del Classic Manufactum tiene su origen en los relojes de bolsillo que en su día fueron la gran especialidad de Louis-Ulysse Chopard, fundador de la marca. Únicamente un objetivo en la mente de los diseñadores y relojeros que han participado en el desarrollo de este nuevo guardatiempos: el clasicismo.
Como podréis observar por las imágenes que acompañan al artículo, poco hay que hablar en cuanto al aspecto estético del reloj. Y este hecho no es más que una prueba definitiva que permite afirmar que Chopard ha conseguido el hito marcado: sencillez y sobriedad que todo reloj clásico debe respetar sobre toda norma.
La caja del Classic Manufactum, en oro rosa, amarillo o blanco según la versión, tiene un diámetro de 38 mm y una altura de 10,06 mm. Este diámetro, junto con el hecho de que la caja únicamente se fabrique en oro, hace que la polivalencia del guardatiempos se vea seriamente penalizada. No obstante, esta polivalencia en este caso particular, ni ha sido el objetivo de Chopard en la concepción de este reloj ni creo que lo sea para el posible comprador de esta pieza. En cuanto al espesor de la caja, sus 10,06 mm no permiten incluirlo dentro de la categoría de relojes extraplanos y, en mi opinión, son ligeramente excesivos para un guardatiempos con la única complicación de la fecha. El pequeño diámetro de la caja combinado con esta altura pueden crear cierta sensación de desproporción aunque, sin duda alguna, aumentan su estética vintage.

Como comentaba anteriormente, el dial es de una sencillez y diafanidad absolutas. De acabado porcelana, sobre él tan sólo podemos encontrar, a parte de las agujas de horas y minutos, los numerales indicadores de la hora, en tipología romana y calcados en color negro brillante, un pequeño dial subsidiario a las 6 que alberga el pequeño segundero con índices del tipo “chemin de fer” y la pequeña ventana abierta a la altura de las 3 y que muestra la indicación de la fecha en color negro sobre fondo blanco.

Aún consiguiendo la sobriedad buscada y creando un dial realmente atractivo, echo en falta algún tipo de índice que ayudara a la lectura precisa de los minutos. Quizás con índices del tipo bastón o, simplemente, con la aplicación o grabado de unos simples puntos hubiera bastado. Este es un hecho más común de lo que se pueda pensar y que continúo sin entender. ¿Por qué las manufacturas se empeñan en mejorar la precisión y estabilidad de marcha de sus movimientos si después no lo completan con la parte sencilla del proceso? Difícilmente podremos apreciar la exactitud de la marcha de nuestro de reloj si carecemos de ciertas y sencillas ayudas en el dial. Sobriedad y diafanidad sí, pero sin penalizar la razón de ser de nuestras máquinas.

El calibre Chopard 01.04-C, de remonte automático, es el que da vida al Classic Manufactum, latiendo a 28.800 alternancias por hora y con una reserva de marcha de 60 horas, lo que supone alrededor de dos días y medio. La estanqueidad del conjunto es de 3 bar (30 metros), justo la necesaria para un reloj de este tipo cuyo objetivo no es, ni de lejos, el estar destinado a actividades acuáticas ni similares.
Observando las dimensiones de este calibre no puedo evitar hacerme una pregunta. Su diámetro es de 28,8 mm. Si comparamos esta magnitud contra los 38 mm de la caja es fácil deducir que, desde el límite exterior del movimiento hasta el borde de la caja hay un grosor de 4,6 mm por lado. Así pues y gracias al cristal de zafiro que monta la trasera del guardatiempos podremos observar la proporcionalidad que en este sentido existe entre calibre y caja.
Ahora bien, si analizamos la segunda dimensión, la altura del calibre es de 4,95 mm lo que me lleva a pensar, quizás erróneamente, que la altura de 10,06 mm de la caja se hubieran podido reducir de alguna manera ayudando a una mejor proporcionalidad en este sentido.

Sea como sea, lo cierto es que el nuevo Classic Manufactum de Chopard resulta un reloj de gran belleza estética y aire minimalista. Quizás de polivalencia limitada, pero que para las ocasiones que requieran cierto aire de elegancia desempeñará su función a la perfección.


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POR   

Ingeniero Técnico Industrial, de formación electrónica con pasión por la micro-mecánica. Co-fundador y editor de Watch-Test. En mi trabajo y en la vida tengo una máxima: Las cosas hay que explicarlas de manera que se entiendan. De lo contrario, el esfuerzo es en vano.

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