El acotado mundo de la Alta Relojería no termina en la frontera suiza. Esta afirmación puede parecer gratuita, pero en el evento al que asistimos en The Watch Gallery la semana pasada tuvimos un claro ejemplo de ello. El motivo de dicho acto fue la presentación de Bremont, la firma 100% inglesa con sede en Henley-on-Thames que inicia su recorrido en nuestro país a través del acuerdo de distribución exclusiva alcanzado con el prestigioso establecimiento barcelonés, uniéndose así a su oferta de marcas tan importantes como Patek Philippe o François-Paul Journe, dos de nuestras marcas fetiche.
El acto, perfectamente organizado por Priscilla Newman, propietaria de The Watch Gallery, tuvo el valor añadido de contar con la presencia de Giles English, copropietario y cofundador, que supo transmitirnos impecablemente la ideosincrasia de Bremont. Conjuntamente con Jean Bart Bodenhausen, Key Account Manager para Europa, y el siempre atento personal de The Watch Gallery, fueron los encargados de responder todas nuestras dudas y consultas. Afortunadamente, una selección de las referencias más remarcables de la firma estuvieron a nuestra disposición para poder ser estudiadas en profundidad, una premisa imprescindible que no siempre se cumple en muchas de las presentaciones a las que asistimos. La inspiración aeronáutica de Bremont fue uno de los aspectos más reconocidos y comentados, aunque lo que más nos sorprendió fue conocer que todos los relojes fabricados por Bremont disponen del certificado COSC, lo que supone estar dentro de los 13 productores de cronómetros más importantes del mundo.
Ciertamente estamos ante una firma poco conocida en nuestro país, tanto por carecer de distribución como por su corto recorrido temporal. Creada hace solo doce años, Bremont surgió de la mano de dos hermanos, Nick y Giles English, pero no fue hasta el año 2007, después de cinco años de investigación y desarrollo, cuando lanzó sus primeros guardatiempos. Su afición a la mecánica se forjó en su juventud; cuando no estaban volando en aviones de época, los hermanos English pasaban largos ratos en el taller de su padre, un ex piloto de la RAF con un doctorado en Ingeniería Aeronáutica, al que incluso ayudaron a construir un avión que todavía hoy sigue volando. Incitado por su vertiente académica, Euan también era un apasionado de los relojes mecánicos.
La vida de ambos cambió significativamente en marzo de 1995. Nick estaba volando con su padre cuando su avión Harvard de la Segunda Guerra Mundial sufrió un accidente. Euan falleció, pero Nick sobrevivió a pesar de romperse más de treinta huesos. Sin embargo, seis meses después, ya estaba de vuelta en el aire. Estos acontecimientos les abrieron los ojos, el detonante que los condujo a dedicarse a lo que más les gustaba: construir dispositivos mecánicos estéticamente bellos.
Y el nombre Bremont… ¿de dónde surge?. A finales de 1990, Nick y Giles volaban por toda Francia en su biplano de 1930, pero debido a una avería debieron realizar un aterrizaje de emergencia. Deseosos de evitar a las autoridades francesas, los hermanos estaban más que dispuestos a aceptar la generosa ayuda del agricultor en cuyos campos habían aterrizado, hospedándose en su casa mientras el avión se puso a cubierto en el granero. Hablando con él supieron que su anfitrión había sido piloto durante la guerra, además de ser un talentoso ingeniero. Por todas partes yacían relojes de pared medio restaurados junto a numerosas piezas del motor. Los hermanos prometieron que su cálida hospitalidad nunca sería olvidado. EL nombre del granjero era Antoine Bremont.
En próximos artículos iremos descubriendo más a fondo la marca a través de sus colecciones y su asociación con Boeing o Jaguar entre otros. De momento, nuestra primera impresión ha sido totalmente positiva. Veremos si la aceptación por parte del público español logra asentar la firma entre nosotros.