Nadie duda de que el éxito de los últimos 40 años de Audemars Piguet se ha orquestado entorno al famosísimo e icónico Royal Oak, el modelo nacido en 1972 de la mano de Gerald Genta, creador también de relojes tan históricos como el Nautilus de Patek Philippe, el Overseas de Vacheron Constantin, o el Ingenieur de IWC. El primer reloj de lujo en acero supuso un punto de inflexión en la historia de la relojería, que veía como las ventas caían en picado durante la llamada «crisis del cuarzo» de los años 70.
Debido a ello, el diseño del Royal Oak ha sido utilizado al máximo (casi sobreexplotado) por la firma de Le Brassus, utilizándose desde elegantes modelos ultra-planos hasta voluminosos cronógrafos, relojes joya o incluso grandes complicaciones como el calendario perpétuo. Y sí, entre ellos no podían faltar los Diver, los guardatiempos destinados a los amantes del mundo submarino. En esta última edición del SIHH, Audemars Piguet ha actualizado esta línea con dos nuevas referencias, que no hacen sino reafirmarlos como uno de mis relojes de submarinismo favoritos.
El año pasado, una de las características que más nos gustaron del restyling de los cronógrafos Royal Oak Offshore fue que los nuevos modelos 2014 pasaban a implementar una trasera de zafiro, siguiendo el camino abierto por el Diver cerámico lanzado en 2013, permitiéndonos así admirar su calibre 3120 sin perder ni uno de sus 300 metros de hermeticidad. Ahora, tal como esperábamos, el modelo en acero ha sido el próximo en recibir esta mejora estética, que viene acompañada, además, de una nueva versión que exhibe una esfera blanca-plateada.
Pero empecemos por el principio, describiendo someramente sus principales características. La edición 2015 del Audemars Piguet Royal Oak Offshore Diver sigue siendo un reloj de 42 mm fabricado en acero inoxidable de acabado satinado-cepillado, con el habitual bisel octogonal, la esfera decorada con el patrón «Mega Tapisserie» y manteniendo su comodísima correa de caucho negro. Las funciones de sincronización se realizan mediante su bisel interno giratorio con una escala de 60 minutos que resalta los primeros 15, y que se gradúa mediante la corona ubicada a las 10 horas.
En su interior sigue latiendo el calibre manufactura 3120. Este movimiento de remonte automático vibra a 21.600 alternancias por hora (3 Hz) y presenta una generosa reserva de marcha de 60 horas, mostrando las funciones de horas, minutos, segundos y fecha con ventana a las 3 horas. Ahora, gracias a la trasera de zafiro podemos contemplar su masa oscilante de oro grabada con los escudos de las familias Audemars y Piguet, además del perfecto acabado general, con las aristas biseladas y pulidas, y los puentes decorados con Côtes de Genève. El cristal de zafiro conlleva, además, que el grosor del reloj aumente ligeramente desde los 13,90 a los 14,10 mm.
De momento, en el catálogo de Audemars Piguet también sigue apareciendo el «antiguo» ROO Diver 15703ST con fondo ciego, aunque suponemos que su presencia será breve, ya que no tiene sentido mantener dos referencias cuya única diferencia sea un cristal de zafiro.
El color de la esfera es la que nos define las dos versiones del nuevo Diver, ya sea con dial negro o con el elegante blanco-plateado. Ésta última no representa por sí misma una novedad dentro de los Diver, ya que es la misma que luce el cerámico blanco lanzado el año pasado, aunque sustituyendo los detalles en azul por el negro, incluyéndose entre ellos el resaltado de los primeros 15 minutos del bisel interior.
«Si algo funciona, mejóralo». Esta es la premisa que Audemars Piguet ha seguido con los nuevos Royal Oak Offshore Diver, un guardatiempo de fabuloso diseño atemporal dotado de una polivalencia realmente envidiable, que sigue exhibiendo con orgullo el inconfundible ADN del Royal Oak primigenio.