De las novedades que Bell & Ross nos presentó en el pasado Baselworld, una de ellas nos sorprendió tanto por su estética como por estar dedicada a los aficionados de los puros, el Bell & Ross Vintage WW1 Edición Limitada. Con una fabricación de únicamente 99 unidades, la firma recurre a su colección de diseño más histórico para ofrecernos un guardatiempos que reúne varios elementos que no solemos encontrar en los Bell & Ross. El primero de ellos es este homenaje al mundo del tabaco, un ámbito muy alejado de su habitual universo de referencia, la aviación. Además, como un guiño hacia Cuba, tanto su nombre de «Edición Especial» como las palabras que podemos leer en la esfera, están escritas en español.
El siguiente elemento que nos llama la atención es su gran indicador de reserva de marcha, una complicación poco utilizada en Bell & Ross, y que en este modelo alcanza su máximo recorrido gracias a los cinco días proporcionados por la energía que pueden almacenar los dos barriletes de su calibre BR-CAL.202, un movimiento de remonte manual que late a 28.800 alternancias por hora.
Otra particularidad es el color marrón de la esfera en una clara alegoría a la hojas de tabaco de los habanos, ya que es una tonalidad que nunca antes había visto en un Bell & Ross; únicamente el WW1 Chronographe Monopoussoir Heritage viste una esfera de color marronáceo, aunque más más oscuro que el de este Edición Limitada. Junto al oro rojo 5N de su caja y manecillas, y la estrecha correa de aligator también marrón, nos ofrece una combinación cromática perfecta, acentuada por los detalles rojos de la escala en arco del indicador de la reserva de marcha y de la trotadora central. A pesar de ello, personalmente no hubiera recurrido al color rojo, ya que le confiere un toque actual innecesario en un reloj de tan clara inspiración vintage.
Otra de sus singularidades la encontramos a las 9 horas. Cuando un guardatiempo implementa una obertura en su esfera que nos permite observar su órgano regulador, generalmente y a primer golpe de vista lo solemos asociar a un tourbillon. Esta vez no es así: simplemente es un recurso estético que realza su personalidad y exclusividad.
La caja del Bell & Ross Vintage WW1 Edición Limitada mide los habituales 42 mm de la colección, caracterizada por su simpleza de líneas, unas delgadas asas que nos recuerdan a los primeros relojes de pulsera, herederos directos de los relojes de bolsillo, y una gran corona acanalada. Por su parte, los grandes numerales horarios siguen la misma tipografía histórica que Bell & Ross nos descubrió con el WW1 Guynemer.
En el dorso del reloj, un fondo de zafiro transparente nos revela la belleza del calibre BR-CAL.202, en particular, su platina tres cuartos y el puente del volante. El achaflanado, el acabado Côtes de Genève y los tornillos azulados rematan la estética del mecanismo.
Para rematar los vínculos entre el Bell & Ross Vintage WW1 Edición Limitada y el mundo del habano, la marca ha optado por presentar el reloj en un estuche de ébano de Macassar transformable en humidor con humidificador e higrómetro. Con un interior fabricado en kaya, este estuche, que puede alojar hasta 50 módulos, luce una paleta de colores en perfecta armonía con el reloj que alberga.
Como veis, son varias las particularidades que convierten al Vintage WW1 Edición Limitada en una «rara avis» dentro de Bell & Ross: esfera marrón, reserva de marcha de cinco días, fondo de zafiro, obertura que muestra el volante y espiral…