Una vez más en Watch-Test hemos tenido el placer de que Glashütte Original haya contado con nosotros para uno de sus eventos. En diciembre del pasado año se trataba de la extraordinaria visita a las instalaciones de la manufactura en Pforzheim y Glashütte de las cuales os di debida cuenta en los dos artículos que dediqué a esas tres jornadas y que podéis consultar aquí (para la primera parte) y aquí (para la segunda). En esta ocasión y como os avanzaba en este artículo de hace exactamente dos semanas, nos fuimos a Berlín, a disfrutar de un día en la Berlinale, el Festival Internacional de Cine de Berlín del que Glashütte Original es patrocinador oficial. Como no podía ser de otro modo, no todo iba a ser cine …
Aunque las actividades se concentraban todas en el segundo día de programa, el lunes 15 de febrero, el viaje empezaba el domingo 14. Avión de Barcelona a Madrid para reunirme con mis compañeros para, desde allí, volar a Berlín donde llegaríamos sobre las 20:30 para alojarnos en el Grand Hyatt Hotel Berlín situado a escasos metros, muy escasos, del Stage Theater am Potsdamer Platz uno de los centros neurálgicos del festival. Poco más daría de sí la primera jornada. Toma de contacto con Berlín, muy breve, y cena agradable en excelente compañía aprovechando para ponernos al día los cinco integrantes que formábamos este grupo.
El lunes era la jornada central del viaje. Para empezar y después de desayunar pudimos disfrutar de una visita guiada de más de horas durante las que tuvimos la oportunidad de seguir, montados en un mini-bus fletado para nosotros, las líneas del suelo que quedan como testigos de lo que no hace tantos años se levantaba sobre ellas: el muro. De este modo y recorriendo las calles de la ciudad guiados por estas huellas – y de la mano de un guía excelente sin cuyas explicaciones nos hubiéramos perdido la verdadera esencia de lo que visitamos – fuimos visitando algunos de los muchos puntos interesantes que tiene Berlín. Y digo algunos porque estamos hablando de una ciudad de casi 900 km² de superficie y tres millones y medio de habitantes repleta de historia y de los monumentos y edificios que la avalan.
Al finalizar la visita regresamos a nuestro hotel donde nos estaban esperando Marco del Carro – Director de Ventas de Glashütte original para Rusia y países del Este de Europa así como para Italia y España, entre otros – y Gitte Hammerström, relaciones públicas de la marca con quien ya tuvimos la oportunidad de compartir en diciembre nuestros días en Sajonia.
Un agradable paseo a pie nos llevaría al final de la misma calle en la que se encontraba nuestro hotel, concretamente hasta el edificio conocido como Kollhoff-Tower acabado en 1.999 con una altura total de 103 metros y 25 pisos – los cuales recorre el ascensor más rápido de Europa en tan sólo 11 segundos – el último de los cuales está ocupado por el Panoramapunkt en el que se encuentra el Lounge de Glashütte Original, dedicado actualmente al Senator Cosmopolite, la gran novedad de la manufactura lanzada hace cerca de un año durante la pasada edición de Baselworld.
Fue precisamente unos pisos más abajo de la Kollhoff-Tower donde Glashütte Original materializaba la excelente propuesta que nos había hecho unos días antes del viaje. Cada uno de nosotros podía elegir uno de los guardatiempos de la manufactura, de los disponibles obviamente, para disfrutar de él durante nuestra estancia en Berlín. El Senator Perpetual Calendar para mí, por favor.
Paso fugaz de nuevo por el Lounge para abandonar el edificio y cruzar la Potsdamer Straβe para adentrarnos en el Hotel Ritz-Carlton donde almorzaríamos de manera rápida antes de entrar en una sala de reuniones en la que nos esperaban Yann Gamard, CEO de Glashütte Original, y tres miembros del equipo de la manufactura. Diez periodistas y expertos, doce a lo sumo: EEUU, Rusia, Inglaterra, Suiza, España,… éramos los presentes en la sala en la que nos disponíamos a presenciar en exclusiva la novedad que Glashütte Original tiene preparada para la próxima edición de Baselworld … y que tiene embargo hasta que el salón abra sus puertas el próximo 17 de marzo. Así que, hasta aquí puedo leer. Tendréis que esperar, aunque os puedo asegurar que la espera, además de corta, valdrá la pena.
Finalizada esa presentación de la que no os puedo contar nada (ahí, metiendo un pelín el dedo en la llaga …) realizamos una última visita al Lounge de Glashütte Original para hacer algunas fotos del Senator Chronometer en caja de oro blanco y esfera azul que la manufactura lanzaba como pre-Basel hace escasos días y del que os hablaba en este artículo del pasado sábado.
Finalizada la sesión de fotos nos desplazamos hasta el hotel para descansar una hora escasa, antes de reencontrarnos de nuevo en el hall para ir a cenar primero y después al pase de la película a la que estábamos invitados.
Como todo viaje, este no estuvo exento de anécdotas y, en esta ocasión, tuvieron su origen en la visita que el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, estaba realizando a la ciudad de Berlín. Obviamente, las medidas de seguridad eran de lo más estrictas, hasta el punto que tuvimos que salir antes del restaurante donde cenamos, situado en la Zoopalast justo al lado de los cines, para poder acceder al recinto.
Puesto que una imagen vale más que mil palabras os dejo con la que acompaña a estas líneas.
La película a la que estábamos invitados era «Quand on a 17 ans» del director francés André Téchiné. En versión original en francés subtitulada en inglés y en alemán. Interesante film de prácticamente 2 horas de duración. Al finalizar, el «efecto Netanyahu» estaba todavía activo y tuvimos que abandonar las instalaciones por un patio interior que daba a la calle a través de un McDonald’s.
Finalmente, regresamos al hotel en metro puesto que el vehículo que había venido a recogernos no podía acceder a la zona en la que nos encontrábamos. Una vez allí aprovechamos para acabar la noche charlando y tomando algo en el bar del hotel.
Martes, día de regreso a casa y durante la mañana del que tendría lugar el momento más doloroso del viaje. Y es que justo después de desayunar y cuando nos dirigíamos hacia el mostrador para el correspondiente check out … allí estaba Marco, esperándonos para que le devolviéramos los relojes. Alguien barajó la opción de que no se acordara pero sí, lo hizo, y allí estaba dispuesto a arrebatarnos aquello que era suyo.
En fin. Bromas a parte, no quisiera acabar este pequeño reportaje de mi visita a la Berlinale sin agradecer de nuevo a Glashütte Original y a su agencia de comunicación MRA la confianza depositada en nosotros y la oportunidad tanto de disfrutar de una experiencia como es este magnífico festival de cine como de ser testigos exclusivos y directos de los avances que tienen preparados para dentro de menos de un mes … y de los que, como ya os he dicho, nada puedo contaros por ahora …