En ocasiones teorizamos sobre los SAT (Servicios de Asistencia Técnica) de algunas manufacturas. En la mayoría de estas ocasiones, lo que podemos contar está basado principalmente en dos fuentes. La primera de ellas es lo que hemos podido ver y nos han explicado en alguna de las visitas a las distintas manufacturas, la segunda fuente es aquella que proviene de las experiencias personales de coleccionistas, aficionados o, simplemente y no por ello menos importante, de los usuarios convencionales de algún reloj en particular.
Esta vez se trata de mi experiencia personal. Os contaré cómo detecté el problema, y el procedimiento que sigo para comprobar la cronometría de mis relojes, os contaré también algunos de los detalles del proceso seguido por el SAT y, finalmente, os trasladaré los resultados de la intervención.
EL RELOJ.
Mi Omega Speedmaster Mark II. Una reedición del modelo original de 1969 lanzada en el año 2014. La diferencia más importante entre ambas la encontramos en el calibre albergado. En tanto que el Mark II de 1969 estaba equipado con el icónico Calibre 861 manual de Omega, el que latía también por aquel entonces en el interior del Omega Speedmaster Professional, la reedición actual implementa el Calibre 3330 de remonte automático y espiral de silicio, uno de los movimientos de la primera generación de la familia Co-Axial de Omega. Además de la diferencia en el tipo de remonte y del resto de particularidades técnicas, el hecho de utilizar este movimiento permite añadir a las funciones de horas, minutos, pequeño segundero y cronógrafo (gobernado por rueda de pilares), un fechador por ventanilla a las seis.
EL PROBLEMA.
Uno de mis entretenimientos es el seguir la cronometría de mis relojes. Cada tres o cuatro meses, coincidiendo con los cambios de las estaciones, habitúo a realizar un chequeo durante unos quince días del funcionamiento del reloj. El procedimiento es sencillo, aunque se debe ser constante en la toma de datos, y consiste en ir anotando las desviaciones por la mañana, al levantarnos, y por la tarde-noche en el momento de quitarnos el reloj.
Durante el período nocturno se van alterando las posiciones en las que dejamos «descansar» al reloj. En mi caso, son cuatro las que manejo y responden a dial arriba, dial abajo, corona arriba y corona abajo. Con estas me basta para tener una idea general del comportamiento de mi guardatiempos y, al mismo tiempo, averiguar cual es la posición de reposo que mejor le sienta, aquella en la que la desviación es menor.
Un aspecto importante, en mi opinión personal, es que durante el período diurno debemos actuar sin condicionarnos por nuestro ensayo doméstico. Me explico. Nuestro día a día debe ser el habitual, incluso con las diferencias de comportamiento que vienen marcadas por el fin de semana. Esto es, los períodos de reposo y actividad no tendrán la misma duración cada día, incluso habrá intervalos de tiempo durante el día – como por ejemplo, si vamos al gimnasio o a correr – en los que el reloj no estará en nuestra muñeca. Pero es lo que busco, averiguar el comportamiento de mi reloj en mi caso particular y según mi ritmo de actividad. Cualquier otro método más estricto en cuanto a una pauta de tiempos definida sería probablemente mejor desde la teoría, pero con toda seguridad no se adaptaría a la realidad, a mi realidad.
Lo cierto es que en esta ocasión detecté el error antes de realizar el ensayo. En el mes de mayo de este año, casi dos años después de que el Mark II llegara a casa, en julio de 2014, y durante un par o tres de días, observé que el reloj sufría una desviación más que considerable en el día a día con un acumulado inaceptable. Pongámonos en situación. En primer lugar, el Calibre 3330 es un movimiento con certificado COSC. Así pues, la horquilla de desviaciones debería estar entre los -4 segundos y los +6 segundos diarios. Dicho esto, y por mucho que diga el COSC, personalmente acepto la desviación en avance pero me molesta sobremanera la que corresponde a un retraso. Y este era precisamente el caso.
Manos a la obra. Tabla nueva y a empezar con el ensayo. Un ensayo al que dedicaría las dos semanas siguientes y del que os adjunto la siguiente imagen que refleja el resultado. Los que queráis verlo con más detalle podéis clicar sobre la imagen para aumentarla.
Para los que no os apetezca consultar el detalle, os lo resumo en la siguiente tabla.
Al respecto de las desviaciones nocturnas en función de la posición de reposo, ninguna de ellas era satisfactoria y los valores eran además, muy dispares.
Más allá de las medias obtenidas y a la vista del gráfico resultaba obvio que algo no funcionaba nada bien, y es que un reloj puede retrasar o avanzar, aunque sea en magnitudes fuera de rango, pero siempre de una manera equitativa, es decir, avanzando o retrasando cada día un período de tiempo similar. No era el caso. Los valores diarios daban lugar a una serie de picos que demostraban una inestabilidad total en la regularidad de la marcha del reloj. Fuera, por mucho, de los márgenes aceptados por el COSC y más aun de los míos, estaba clarísimo que el Mark II debería prepararse para pasar unos días fuera de casa.
MI OMEGA SPEEDMASTER MARK II EN EL SAT.
Nueve días después de finalizar mi ensayo particular el reloj entró en el SAT de Omega el 24 de mayo. Concretamente y aprovechando uno de mis viajes a Madrid, en las oficinas que el Grupo Swatch tiene en Alcobendas. Prácticamente de manera inmediata, al poco tiempo de abandonar las instalaciones, recibía un correo electrónico adjuntando el acuse de recibo del reloj así como una serie de datos entre los cuales se encontraban el número de E-Tracking y el número de reparación necesarios para consultar en todo momento y a través de esta página web el estado de la intervención así como la fecha estimada de finalización.
Después de todo el proceso, durante el cual fue necesario el envío del reloj a Suiza (procedimiento habitual para determinados calibres), justo un mes después de haber dejado el Mark II en Madrid, el 24 de junio abandonaba las instalaciones de Omega en Suiza en dirección a mi domicilio (un punto a favor sin duda para el servicio).
Información puntual en el progreso con fecha prevista de finalización, envío del reloj reparado a domicilio, un tiempo de reparación más que aceptable teniendo en cuenta la necesidad del envío a Suiza y, finalmente, un resultado más que satisfactorio como veremos en el próximo apartado.
EL RESULTADO.
Aquí lo tenéis, en la siguiente imagen.
De nuevo, podéis ampliarla para ver los detalles o consultar la siguiente tabla para mayor rapidez.
Vayamos por partes:
- Absolutamente todas las desviaciones son en avance.
- Las desviaciones durante el período de uso son estables adoptando valores de +2 o +3 segundos diarios. La regularidad ha mejorado de manera muy satisfactoria.
- Para las distintas posiciones de reposo la máxima desviación se produce en la posición de dial abajo con un valor medio de +2,67 y la mínima para la posición corona abajo con un valor medio de +1,0 segundos.
A la vista de los resultados y dejando siempre el reloj por las noches en posición de corona abajo por haber sido la más ventajosa de las obtenidas, durante el período comprendido entre el 11 de julio (día siguiente al de la finalización del ensayo de la tabla anterior) y la fecha de hoy, 12 de septiembre, la media de desviación diaria se ha estabilizado en +3,14 segundos por día.
CONCLUSIONES.
Personalmente y como conclusión resumiría una serie de puntos a tener en cuenta:
- Es importante realizar un seguimiento de la marcha de nuestro reloj. Aunque no sea de una manera tan exhaustiva como la mostrada en las líneas anteriores. Bastaría con sincronizarlo el día que decidamos y comprobar la desviación al cabo de una semana, por ejemplo.
- Aunque el reloj marche con regularidad y no dé muestras de avería ni de un funcionamiento irregular debemos tener en cuenta la conveniencia de someterlo a las intervenciones de mantenimiento que recomienda la marca. Por norma general, el precio de una revisión de mantenimiento suele ser de un importe testimonial si lo comparamos con la inversión necesaria para comprar el reloj. Además, los intervalos de tiempo entre revisiones no dependen, como en lo coches, de los kilómetros recorridos ni del tiempo de funcionamiento, sino que son siempre fijos. No olvidemos que estamos hablando de un dispositivo mecánico y, como tal, precisa de revisiones.
- En el momento de escoger un guardatiempos es muy importante que uno de los factores que intervengan en la decisión sea el del SAT. En este sentido y en mi caso particular son tres los aspectos que más valoro:
- que los precios de las revisiones y reparaciones (hay que tener en cuenta que la garantía se acaba, a pesar de los 4 años que ofrece Omega, por ejemplo) se adapten al bolsillo de cada uno. En este sentido y en el caso particular que nos ocupa en este artículo, las tarifas de Omega por este tipo de intervenciones me parecen más que adecuadas. Además, no tienen problema alguno en hacerlas públicas en su web de manera que se puedan conocer antes de adquirir el reloj.
- que las referencias que tengamos al respecto de la efectividad sean positivas.
- que el tiempo de intervención sea reducido. Al fin y al cabo, dejando a un lado el tema monetario, una de las cosas que más nos preocupa, por lo menos en mi caso, cuando enviamos un reloj al servicio técnico, es el tiempo que vamos a tener que estar sin él.