Glashütte Original nos anuncia una inesperada novedad. Inesperada, porque estas fechas las marcas que exhiben en el SIHH ya no presentan nada hasta el evento y las que, como en el caso presente, lo hacen en Baselworld se limitan a tentarnos con relojes para obsequiar en Navidades.
Este nuevo Glashütte, cuyo nombre completo es Senator Observer 1911 – Julius Assmann, no tienen nada que ver con los casos anteriores. Se trata de una gran pieza con mayúsculas, que homenajea dos grandes personajes de la historia. El primero es Julius Assmann, uno de los legendarios relojeros y padres fundadores de la relojería de Glashütte. El segundo homenajeado es Roald Amundsen, que adquirió diversos relojes de Observatorio Assmann, en especial uno excepcionalmente preciso, realizado por el entonces joven relojero Paul Löwe. Este último reloj lo adquirió Amundsen en 1910, un año antes de dirigir la primera expedición que alcanzaría el Polo Sur geográfico.
Los relojes denominados “de Observatorio”, junto con los Cronómetros de Marina, eran utilizados en la época por los oficiales de marina para determinar con la máxima precisión posible la posición y el rumbo de sus navíos. En ambos tipos de relojes, la precisión era el único e innegociable parámetro de su diseño y construcción. Hace unos años, Glashütte Original ya asombró al sector con el magnífico Senator Chronometer. Ahora completa el círculo con este Senator Observer.
Ambos relojes tienen mucho en común, y al igual que sus ancestros privilegian ante todo la precisión y exactitud de su funcionamiento. A vista de las imágenes que Glashütte nos ha suministrado, la caja de ambos relojes es la misma, aunque habrá que esperar a ver algún ejemplar en vivo para corroborarlo. El primer elemento distintivo que encontramos es la corona en forma de cebolla, característica de todas las ediciones Assmann de Glashütte. Su forma y tamaño es característica de muchos de los primeros de relojes de pulsera, proporcionando una mayor seguridad de agarre y accionamiento.
A primera vista, la esfera de este Observer transmite una imagen muy pareja a la del Chronometer, pero es solo una primera impresión ya que, aparte de las agujas azuladas que son idénticas, las diferencias en los demás detalles son notorias. Ambos ofrecen las mismas indicaciones: horas, minutos, pequeño segundero e indicador de reserva de marcha, pero tanto su distribución como su tipografía son muy distintas. Así, en el Observer, apreciamos que la distribución del contador de minutos y el de la reserva de marcha siguen una distribución parecida a los cronógrafos bi-compax, siguiendo un alinea horizontal entre las 3 y las 9. Por contra, la distribución del Chronometre es vertical, entre las 12 y las 6. La tipografía utilizada también difiere, ya que el Observer prescinde de los números romanos y se decanta por los árabes. Donde si coinciden es en los índices tipo ferrocarril, tanto para el perímetro externo como para el contador de segundos.
Otro elemento coincidente es la fecha panorámica, que mediante dos discos ofrece un tamaño y legibilidad muy superior a los habituales fechadores de un solo disco. Esta legibilidad parece haber primado sobremanera en el diseño del Observer, ya que la fuente utilizada es de la máxima sencillez, contrastando con los números más clásicos que indican las horas. Personalmente hubiera preferido más uniformidad, pero hay que reconocer que con este tipo de fuente la facilidad de lectura se ve beneficiada.
El mecanismo del Observer Assmann es el fastuoso calibre de carga automática 110-14. Este automatismo es la única concesión a la practicidad de esta pieza, ya que una característica propia de cronómetros y relojes de observatorio es el utilizar siempre mecanismos de carga manual. El motivo no es otro que la regularidad de suministro de energía, ya que en un mismo periodo de tiempo, un barrilete totalmente cargado sigue siempre la misma una curva descendente de fuerza. Por contra, un reloj automático depende en este aspecto de la movilidad a la que le someta su portador.
El calibre es visible a través del cristal de zafiro del fondo del reloj. En dicho fondo también encontramos las inscripciones “14 Dec. 1911 – 14 Dec. 2011”, “Julius Assmann – Glashütte i/SA” y “Tribute to R. Amundsen”. Lamentablemente, también veremos otra inscripción que indica el número concreto de cada ejemplar, dentro de los 25 que se producirán. Efectivamente, el Observer se une a la ya interminable lista de relojes de producción especial y limitada que inundan el mercado. Por lo menos no se trata de la típica simple variación de colores de la mayoría de estas ediciones, sino de un reloj auténticamente especial y único. La caja de este Observer está realizada en oro blanco, con lo que siempre queda la esperanza de que Glashütte decida regularizar la producción de esta pieza en otros metales.
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