Tudor ha vuelto a centralizar casi todas sus novedades en su colección Heritage Black Bay, entre los que destaca su primer cronógrafo y el calibre MT5813.

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Fundada en 1946 por Hans Wilsdorf, Tudor cumple este 2017 el décimo aniversario de su relanzamiento internacional y el quinto de su año clave, 2012, cuando presentó los dos grandes ejes sobre los que pivota el actual éxito de la renovada firma, los Heritage Black Bay y, en menor medida, los Pelagos. Durante estos años, alejándose cada vez más del paraguas de Rolex, Tudor ha dado en la diana con su hoja de ruta: ofrecer lo que el público y los fans esperan de la marca, es decir, recuperar su historia y re-interpretarla bajo un diseño actualizado. Si a esos diseños súmamente atractivos le sumamos la implementación in crescendo de calibres manufactura, su excelente relación calidad-precio, y lo aderezamos con una política de comunicación muy dinámica y enérgica, el éxito estaba prácticamente asegurado.
Para celebrar el 60º aniversario de los relojes de submarinismo de Tudor las novedades de Baselworld 2017 se han centrado casi exclusivamente en los Heritage Black Bay, acompañados por los femeninos Claire de rose. Veamos a continuación las características y novedades de cada nuevo modelo.

Heritage Black Bay Chrono

La gran novedad de este año es el Heritage Black Bay Chrono y su calibre manufactura MT5813, que combina la esfera típica de los relojes de submarinismo Heritage Black Bay con la inconfundible estética racing de sus primeros cronógrafos, los Oysterdate, lanzados a partir de 1970. De estos últimos retoma los pulsadores roscados y el bisel con escala taquimétrica (esta vez fabricado en acero como el Oysterdate Chrono 7032/0 de 1970), dos elementos que nos remiten directamente al diseño del mítico Rolex Daytona. No es de extrañar, ya que la caja y brazalete de los Oysterdate estaban fabricados por Rolex, la casa madre de Tudor, e incluso implementaban su logo grabado en la corona y su nombre en la trasera.

Tudor Heritage Black Bay Chrono

Su caja de acero conserva los 41 mm de los Heritage Black Bay, del mismo modo que su esfera negra con índices circulares y las características agujas snowflake. Manteniendo una buena legibilidad de la función horaria, a estos elementos le suma en estructura bi-compax el totalizador de 45 minutos a las 3 horas y el pequeño segundero a las 9 horas (ambos un poco pequeños para mi gusto), acompañados por la ventana de fecha a las 6.

Tudor Heritage Black Bay Chrono

Gracias a su tamaño y a su arquitectura, su comodidad y ergonomía son perfectas, tanto si lo acompañamos con la correa de cuero o con el brazalete remachado de acero que, recordemos, fue presentado el año pasado con el suave restyling de los Heritage Bay. En aras de una mayor polivalencia, sin ninguna duda me decanto por el brazalete, que nos permitiría lucirlo tanto en situaciones en que la etiqueta sea necesaria, como en cualquier actividad deportiva y/o acuática que nos permita aprovechar su solidez y su excelente hermeticidad de 200 metros. También tenemos la posibilidad de llevarlo con una correa textil, aunque personalmente es una opción que estéticamente no me acaba de gustar.

Si externamente es toda una novedad por sí misma, no lo es menos el mecanismo que late en su interior, el calibre MT5813, un movimiento cronógrafo de remonte automático con rueda de pilares, embrague vertical, escape de silicio y 70 horas de reserva de marcha, cuya cronometría es certificada por el COSC. A pesar de ser definido como un movimiento manufactura (tal como vemos grabado dos veces en su trasera de acero), el MT5813 se basa en el calibre cronógrafo Breitling, el B01. De hecho, ha sido fabricado por Breitling, aunque actualizado con el espiral y el volante de inercia variable patentados por Tudor, además de los acabados propios de la marca. A cambio, Breitling recibe el calibre MT5612 de Tudor que actualmente utiliza el Pelagos desde 2015, bautizándolo como calibre B20 en los nuevos Breitling Superocean Heritage II. Sin duda, esta estrategia de compartir recursos es una decisión inteligente dado el estado actual de la industria relojera, aunque harina de otro costal es bautizarlo como manufactura cuando no lo es.

Ciertamente, el Heritage Black Bay Chrono tiene un diseño que parece nacido de diferentes padres, sin una referencia clara en cuanto a su enfoque final. ¿Es acertado denominarlo Black Bay, una colección claramente inspirada los modelos históricos de submarinismo de la marca, sin ser realmente un reloj de buceo y con una escala taquimétrica en lugar del preceptivo bisel giratorio unidirecional?. ¿O más bien es un cronógrafo deportivo al que se le ha embutido un dial de submarinismo con grandes índices y unas agujas snowflake que nos tapan gran parte de las sub-esferas en aras de poder aprovechar el indudable éxito comercial de los Black Bay?.

Tudor Heritage Black Bay Chrono

En mi humilde opinión, Tudor se ha quedado a medio camino entre dos buenas opciones: fabricar un verdadero diver cronógrafo, con bisel giratorio unidireccional que cumpliera la ISO6425 (entre otras faltas) y se mereciera el nombre de Black Bay, o decantarse por lanzar un cronógrafo deportivo basado en los históricos Oysterdate «Big Block» fabricados entre 1976 y 1995 (series  9400 y 79100), alejándose así de los actuales Heritage Chrono y de los Fastrider. Al final, ni uno ni otro, sino una mezcolanza ecléctica entre ambos conceptos que no me acaba de encajar.

Tudor Oysterdate “Big Block” 79170 y 79180 - finales de los 80

Tudor Oysterdate “Big Block” 79170 y 79180 – finales de los 80

Por contra, la fabricación del Heritage Black Bay Chrono es impecable: sólido, robusto, muy cómodo, con un magnífico calibre por corazón y una excelente relación calidad-precio: 4.200 € con correa de piel y 4.480 € con armis de acero.

Heritage Black Bay Steel

Esta nueva versión del Heritage Black Bay exhibe tres novedades respecto a su habitual configuración. La más visible es que incorpora un bisel fabricado en acero de acabado satinado circular. Equipado con el calibre MT5612 este modelo también introduce la función de fecha a las 3 horas, en lo que podría ser el primer paso de lo que creo será el futuro próximo de los Heritage Black Bay: ofrecer todos los modelos en versiones date y no date, según implementen los calibres MT5602 o MT5612 respectivamente. Dejando aparte las subjetivas preferencias estéticas, la función de fecha es una de las más útiles para el día a día que un reloj puede implementar, sobretodo para aquellos que, como yo, tenemos una especial predilección por olvidar la fecha en que vivimos.

Tudor Heritage Black Bay Steel

No soy muy amante de los biseles en acero debido a que visualmente parecen fundirse con la caja para conformar un masivo y compacto bloque de acero, perdiendo así el encanto estético que le confiere un bisel negro, burdeos o azul.

Por útlimo, el precio de los Heritage Black Bay Steel se sitúa en 3.360 € con brazalete metálico, o 3.080 € con correa de cuero.

Heritage Black Bay S&G

Retomando el anterior calibre MT5612 del Black Bay Steel y su función de fecha, el Heritage Black Bay S&G es la nueva versión bicolor fabricada en acero y oro amarillo (Steel & Gold). Este precioso metal es utilizado para dar forma a la corona y bisel giratorio, aunque es en los eslabones centrales del armis donde cobra mayor relevancia visual. Indudablemente, su look nos remite directamente al Rolex Submariner bicolor (Rolesor), aunque su precio casi multiplique por tres los 4.440 € de este Tudor, una enorme diferencia que se explica en gran parte porque los eslabones del Black Bay S&G no son de oro macizo, sino un recubrimiento de unas cuantas micras de espesor.

Tudor Heritage Black Bay S&G

El Heritage Black Bay S&G se ofrece alternativamente con una correa de cuero envejecido. Además de rebajar su precio hasta 3.360 €, ésta parece ser la mejor opción para aquellos que, a pesar de gustarles cierta presencia de oro en la cabeza del reloj, huyen de la excesiva ostentación que le confiere el llamativo brazalete en acero y oro.

Heritage Black Bay 41

Cerrando las novedades de los Black Bay, Tudor nos presenta la versión más formal y polivalente de la colección, el Heritage Black Bay 41. De hecho, esta versión exhibe el mismo diseño de los Heritage Black Bay 36 lanzados el año pasado, aunque con un tamaño considerablemente mayor: 41mm.

Tudor Heritage Black Bay 41

Respecto a los Heritage Black Bay, la caja es más delgada, implementa un cristal plano y un bisel fijo con acabado pulido. Respecto a la esfera, la única variación es que varía la leyenda que podemos leer sobre las seis hora, abandonando las tres líneas rectas con su hermeticidad y certificado cronómetro, para mostrar una más minimalista configuración de dos líneas, la inferior curvada, con las palabras «rotor self-winding» (¿soy el único que veo ahí una cara sonriente?).

Del modelo de 36 mm mantiene también su hermeticidad de 150 metros, su calibre ETA 2824 y la doble opción de armis de acero o bien correa de cuero. Con un precio de 2.600 € y 2.340 € respectivamente, ambas referencias se entregan con una correa adicional en tejido de camuflaje urbano que, si yo me decidiera a comprar un Heritage Black Bay 41, nunca vería la luz de la calle.

Claire de Rose

Tudor reinterpreta la línea femenina Clair de Rose desde una perspectiva refinada y atemporal. Disponible exclusivamente en acero y con movimientos mecánicos, los nuevos modelos se presentan en cajas de acero de tres tamaños, 26, 30 y 34 mm, acompañados por seis diseños diferentes con esferas opalinas con delicados elementos decorativos en relieve y números romanos en pavé de diamantes o lacados en azul. Se entregan con armis de acero, correa de piel de aligator o de tela. La colección tiene una horquilla de precios que oscila entre 1.680 € (modelo de 26 mm, esfera sin diamantes y con correa de tela) y 2.525 € (versión de 36 mm, esfera con 8 índices engastados en diamantes y armis de acero).

Conclusiones

Como lógicamente haría cualquier marca, Tudor intenta aprovechar el tirón comercial que ha conseguido con su colección estrella, la Heritage Black Bay. A pesar de ello, este año no ha presentado ningún modelo que supere las versiones más populares de la colección. En mi opinión, el Black Bay Steel y el S&G son versiones complementarias que no estarán entre las preferidas por el público, que seguirá apostando por los ya tradicionales biseles negro, burdeos o azul. En cambio, sí veo muy acertada la introducción del calibre MT5612 con fecha, ofreciendo en un futuro una colección más completa que posibilitará elegir si queremos nuestro Black Bay con o sin la función de fecha, una discusión recurrente cuando hablamos de un reloj de submarinismo.

Punto y aparte es el Heritage Black Bay Chrono, una fusión de dos estilos y diseños que lo sitúan en tierra de nadie. Medio cronógrafo deportivo y medio reloj de submarinismo, el resultado no acaba de encajar ni por su estética, ni por bautizarlo como Black Bay, ni funcionalmente, ya que resulta frustrante que la legibilidad de las indicaciones cronográficas pueda resultar perjudicada debido a la geometría de las agujas snowflake. Lástima, porque como he comentado antes hubiera sido una excelente decisión haberse decantado por lanzar un cronógrafo alejado del nombre Black Bay, que recuperara la estética vintage de la segunda generación de los Oysterdate, los «Big Block» de 1976, o bien centrarse en un autentico cronógrafo de submarinismo.

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Ingeniero geólogo, Master en Geología Marina y Master en Restauración Medioambiental, Co-fundador y editor en Watch-test. Opinión, pasión y rigor, son los pilares fundamentales que sustentan la redacción de mis artículos. La clave, disfrutar de una profesión que coincide con mi afición.

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