2017 es un año en el que coinciden tres aniversarios para el que, prácticamente con toda seguridad, sea el más famoso de los agentes británicos de todos los tiempos. Concretamente, se cumple medio siglo de la película “Solo se vive dos veces”, cuatro décadas de “La espía que me amó” y nada más y nada menos que veinte años del film “El mañana nunca muere”.
Estas tres películas tuvieron un común denominador: Bond lució el uniforme oficial de la marina de guerra. Como no podía ser de otro modo Omega, reloj oficial desde que en 1995 el agente 007 luciera por primera vez en su muñeca un Seamaster en “GoldenEye”, ha querido aprovechar la oportunidad para lanzar dos ediciones limitadas del reloj que ha bautizado como Seamaster Diver 300M “Commander’s Watch”.
Seamaster de «GoldenEye» (1995)
Este guardatiempos fue presentado durante un evento celebrado el pasado 5 de julio en Londres – obviamente – y que fue conducido por Raynald Aeschlimann, presidente y CEO de Omega, y Michael G. Wilson, productor de las películas de Bond.
El Seamaster Diver 300M “Commander’s Watch” toma forma bajo una caja de acero de 41 mm de diámetro y se inspira en los colores blanco, azul y rojo de la Royal Navy, al tiempo que coinciden con los correspondientes al grado de Commander o Capitán de Fragata. El bisel es de cerámica azul con la escala de inmersión en Liquidmetal® y con el segmento correspondiente a los quince primeros minutos en caucho de color rojo.
El contraste del rojo y el azul del bisel con el blanco de la esfera resulta sumamente atractivo, más teniendo en cuenta el acabado que presenta esta última debido al material en el que está construida y que no es otro que la cerámica blanca pulida. Las tres agujas que recorren el dial de este “Commander’s Watch” repiten los colores azul y rojo. El primero en las agujas esqueletizadas y facetadas de horas y minutos, y el segundo barnizado sobre la de segundos centrales cuyo contrapeso reproduce el logotipo 007 de la pistola. La nitidez en la habitual distribución de las indicaciones de los Seamaster se ve reforzada en esta ocasión por una combinación cromática difícil de mejorar desde el punto de vista de la legibilidad.
La última de las indicaciones implementadas sobre la esfera de este Seamaster es el habitual fechador por ventanilla de muchos de los modelos de esta colección. Aunque en esta ocasión Omega lo utiliza también para añadir un guiño adicional a los colores del uniforme de la Marina Real Británica: números azules sobre fondo blanco. ¿Y el rojo? El rojo lo podremos encontrar únicamente en uno de los numerales del fechador. ¿Adivináis cuál? Sí, efectivamente, el 7.
El fondo de la caja monta un cristal de zafiro que deja al descubierto el calibre albergado, el Omega 2507, con un rotor que reproduce los galones de Commander de la Royal Navy. La correa principal de este reloj es una NATO de poliamida cuyas bandas recurren, de nuevo, a los colores que encontramos en el resto de la pieza, aunque sustituyendo el blanco por el gris. Me atrevería a decir que este cambio se debe a la obvia propensión que tiene el color blanco a ensuciarse frente a lo bien que el gris soporta este inconveniente.
La caja en la que se presenta el Seamaster Diver 300M “Commander’s Watch” reproduce el diseño de los estuches con los que se entregaban las medallas militares e incluye, de manera adicional, un brazalete metálico en acero y una herramienta para facilitar el cambio de correas.
A pesar de que a lo largo del artículo os he hablado únicamente de la versión en caja de acero de este reloj y que se producirá en edición limitada a 7.007 piezas, existirá una segunda serie – limitada a únicamente 7 ejemplares – que tomará el oro amarillo como material de construcción de la caja. Bien, de hecho vuelvo a faltar a la verdad, ya que a lo largo de este año se celebrará una subasta benéfica en la que se ofrecerán al mejor postor tres modelos del “Commander’s Watch”: uno de los 7.007 en caja de acero – concretamente el que lucirá el número de serie #007 – uno de los tres que integran la serie en oro amarillo y, finalmente, una pieza única en caja de oro blanco.
