Chopard lanza el L.U.C Heritage Grand Cru, un reloj caracterizado por su forma tonneau, su esfera vintage y el nuevo calibre automático L.U.C 97.01-L

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Todos conocemos la afición de Karl-Friedrich Scheufele por los coches y las carreras clasicas, no en vano Chopard es el principal patrocinador de la maravillosa Mille Miglia italiana desde 1988 y ofrece toda una colección de relojes dedicada al automovilismo, la Classic Racing y sus Mille Miglia, Superfast y Grand Prix de Monaco Historique. Pero más anónima es su pasión por el mundo del vino, y para rendirle homenaje Chopard lanza el L.U.C Heritage Grand Cru, un reloj caracterizado por la forma tonneau de su caja acompañada por una elegantísima esfera inspirada en los relojes de bolsillo que en su época fabricaba Louis-Ulysse Chopard. Se reúnen así las dos máximas expresiones de calidad de ambos ámbitos: los vinos de Burdeos con los Grand Cru, y la Alta Relojería con los L.U.C de Chopard. El resultado no podía haber sido mejor.

Chopard L.U.C Heritage Grand Cru - 1

La pasión por el vino de Karl-Friedrich Scheufele

Fue en 1996, curiosamente el mismo año en que inauguró la manufactura L.U.C de Chopard en Fleurier, Karl-Friedrich Scheufele creó  en Ginebra la Galerie des Arts du Vin, un comercio de vinos especializado en los mejores Grands Crus Classés de Burdeos. Tres años más tarde, en 1999, compró una pequeña tienda ginebrina, Le Caveau de Bacchus, que trasladó posteriormente hasta su actual ubicación en  Cours de Rive 5. A ella se le unió una segunda tienda en Lausanne, ahora cerrada, y luego en Gstaad. En marzo de 2015, Le Caveau de Bacchus abrió un nuevo espacio en Gland. En estos espacios se propone una selección de vinos asesorados por expertos sommeliers. De hecho, la mayoría de los empleados del Caveau de Bacchus han ganado numerosos premios, incluyendo el Mejor Sommelier de Suiza para dos de ellos. 

Chopard L.U.C Heritage Grand Cru - KFS

Karl-Friedrich Scheufele

No contento con ello, Karl-Friedrich Scheufele, junto con su esposa Christine, adquirieron el Château Monestier La Tour en enero de 2012, una importante finca vitivinícola de la región de Bergerac, a veinte kilómetros de esa ciudad, a través de la Galerie des Arts du Vin con sede en Ginebra. La finca comprende más de 100 hectáreas, incluyendo 30 hectáreas de viñedos de la denominación Bergerac, Côtes de Bergerac y Saussignac. que producen alrededor de unas 180.000 botellas al año de las cuales el 35% son blancos.

Grand Cru

Vamos por el nombre: según el diccionario Larousse la palabra cru significa terreno considerado desde el punto de vista de las calidades especiales que derivan de él. Otra definición geográfica del cru: zona en la cual el conjunto de productos presenta caracteres originales comunes, diferentes a los de los terrenos vecinos. Así pues, con el término Grand Cru se hace referencia a un concepto que evoca a una parcela o finca donde se elaboran vinos excepcionales gracias a un excelente terroir y al buen hacer del viticultor. Ese concepto es muy similar al que se refiere el término Vino de Pago, que pone el acento en la singularidad de los viñedos y la calidad en las elaboraciones. En este sentido, la asociación Grandes Pagos de España recuerda que el componente fundamental para que un Vino de Pago sea declarado como tal es que sean vinos que representen fielmente el terruño del que proceden y la pasión por el trabajo bien hecho de sus autores.

Château Monestier La Tour

Château Monestier La Tour

Pero ¿de dónde viene ese término?. Para la Exposición Universal de París de 1855, el emperador Napoleón III pidió un sistema clasificación de los mejores vinos de Burdeos surgió con motivo de la Exposición Universal de París del año 1855. El resultado fue la Clasificación Oficial del Vino de Burdeos de 1855, una lista de los mejores vinos, denominados los Grand Crus Classés. Con varios miles de diferentes châteaux produciendo sus propios vinos en Burdeos, ser clasificado significaba llevar una marca de gran prestigio. Dentro de la lista de Grand Cru Classé los vinos fueron aún más categorizados y colocados en una de cinco divisiones. Los mejores vinos tuvieron la categoría más alta: primer cru; sólo cuatro vinos, Château Latour, Château Lafite Rothschild, Château Margaux y Château Haut-Brion fueron merecedores de esta distinción. De los 61 grandes vinos clasificados, todos salvo uno venían de la región de Médoc. La excepción fue el primer Cru Château Haut-Brion, elaborado en Graves.  Es precisamente este último uno de los preferidos de Karl-Friedrich Scheufele.

Chopard L.U.C Heritage Grand Cru

En un diseño inusual dentro de Chopard, la caja de oro rosa del L.U.C Heritage Grand Cru retoma la forma de tonel del L.U.C XP Tonneau lanzado en 2001, aunque variando tanto sus dimensiones como su relación entre ellas; si el XP era más «alargado» y rectangular gracias a sus medidas de 40 x 37 mm, el Heritage Grand Cru es inapreciablemente más ancho que alto en sus cotas máximas: 38,5 x 38,8 mm. Esta casi cuadratura le confieren un look más contundente y masculino, aunque la contención de estas medidas unidas a su escaso grosor de 7,74 mm lo convierten en un reloj extremadamente elegante y cómodo de llevar. Conforme a ello, se entrega con una correa de cocodrilo marrón con hebilla de oro rosa.

Chopard L.U.C Heritage Grand Cru - 2

La carrura curvada de la caja exhibe el habitual cepillado vertical de los L.U.C, mientras que el bisel y el delgado marco interno están pulidos. A través del cristal de zafiro antirreflectante abovedado se nos presenta una esfera que mantiene los códigos estéticos de la colección Heritage, y en particular los del L.U.C 1963 presentado hace cuatro años (leer en este artículo). Sobre un fondo esmaltado blanco de tipo porcelana se disponen los doce números romanos pintados en negro (me sigue encantando la tradición relojera del IIII en vez del normativo IV).  La zona central de la esfera incluye una minimalista escala minutera chemin de fer que, a pesar de ser un clásico, muestra un pequeño detalle que la moderniza: observad que los índices de minutos no alcanzan las líneas que la delimitan, sino que flotan dentro de ella.

Chopard L.U.C Heritage Grand Cru - 6

El punto crítico de la esfera es a las seis horas, donde se juntan la minutera con la ventana de fecha y el pequeño segundero. Lo que así dicho parece un revoltillo, Chopard lo ha solucionado a la perfección gracias al minimalismo de todos estos elementos y al acierto de que la via férrea no intersecciones con el pequeño segundero. Puede parecer una tontería, pero contribuye decisivamente a «airear» esta zona.
Tal como cabe esperar en un Chopard L.U.C  las manecillas doradas de horas y minutos son de tipo dauphine-fusée, cuyo facetado ayuda a que su legibilidad sea excelente sea cual sea el ángulo desde el que miremos la esfera. El pequeño segundero incluye una pequeña manecilla, también dauphine pero no fusée, que bate la vía férrea de la escala de 60 segundos. En ella se disponen en color rojo los incrementos de 15, 45 y 60 que, a pesar de no aportar ningún beneficio a la lectura de la indicación, me resultan particularmente atractivos. Recordemos que toda la colección Heritage (excepto el L.U.C 1963 Tourbillon) dispone de algún elemento en rojo.

Chopard L.U.C Heritage Grand Cru - 7

Tan interesante como la esfera es la vista que ofrece la trasera a través del cristal de zafiro que la cierra: el nuevo calibre L.U.C 97.01-L, un mecanismo automático que se adapta a la forma tonneau de la caja gracias a sus medidas de 28,15 x 27,60 mm y 3,3 mm de grosor. El excepcional nivel de sus acabados (pulidos, perlados, biselados y côtes de Genève) lo hacen merecedor del prestigioso Punzón de Ginebra que, recordemos, también valida aspectos técnicos como la hermeticidad, precisión o reserva de marcha. En el marco de la trasera aparece grabada la colección a la que pertenece, Heritage.

Chopard L.U.C Heritage Grand Cru - 3

Según comenta la firma en la nota de prensa facilitada, «el L.U.C Heritage Grand Cru es el único reloj tonneau con un movimiento automático«. Bien, aquí cabría puntualizar que faltaría añadir «alimentado por micro-rotor«, ya que sin esta coletilla la afirmación no es del todo cierta: un ejemplo de ello es el Richard Mille RM 67-01 Automatic Extra Flat y su calibre automático tonneau CRMA6, aunque su carga se lleva a cabo mediante un rotor central. En el Grand Cru, el micro-rotor carga los dos barriletes situados en paralelo del sistema Twin para ofrecer una excelente reserva de marcha de 65 horas.
Además del punzón de Ginebra, el calibre L.U.C 97.01-L ostenta, como todos los relojes de la colección L.U.C,  el certificado COSC que lo hacen acreedor de ser definido como cronómetro, tal como se exponen en la esfera bajo el nombre de Chopard: Chronometer.

Chopard L.U.C Heritage Grand Cru - calibre L.U.C 97.01-L

Calibre L.U.C 97.01-L

Tremendamente elegante y atractivo, el Chopard LUC Heritage Grand Cru es un reloj que se presenta como una rara avis por su caja y calibre de geometría tonneau. Por suerte vemos que no se trata de una edición limitada, algo que era de esperar visto el enorme esfuerzo en I+D que supone manufacturar un nuevo mecanismo de forma. Así pues, no sería extraño que el L.U.C Heritage Grand Cru sea el primero de una nueva hornada de Chopard L.U.C tonneau. Seguramente la mayoría no implementarán el mismo calibre L.U.C 97.01-L con el Punzón de Ginebra, que será reservado para ocasiones especiales o diferentes versiones de este mismo en oro blanco o platino, pero sí estarán basados en él. Con el número de referencia 162296-5001, su precio es de 22.300 CHF, unos 19.600 €.
Más información en Chopard.es

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Ingeniero geólogo, Master en Geología Marina y Master en Restauración Medioambiental, Co-fundador y editor en Watch-test. Opinión, pasión y rigor, son los pilares fundamentales que sustentan la redacción de mis artículos. La clave, disfrutar de una profesión que coincide con mi afición.

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