Salvajes, extremos, excesivos, desenfrenados, son los términos con los que el mismo Maximilian Büsser define las creaciones de su empresa MB&F, y desde luego yo no le voy a contradecir. Los “Horological Machines” que es como se denominan los relojes de MB&F, son relojes extremos en todos los sentidos. Lo que no son es extravagantes ya que todo tiene un sentido, ya sea estético o técnico.
Admito de todos modos, que aunque tuviera el dinero necesario, dudo que me decidiese a adquirir una de estas piezas. Uno de los parámetros a los que de momento no he renunciado es a la “portabilidad” de los relojes. Con el nuevo “Legacy Machine No.1”, Büsser da respuesta a esta necesidades, creando una máquina que aúna clasicismo, vanguardia y originalidad.
La caja del Legacy se puede clasificar de totalmente clásica, ya sea por su geometría redonda o por sus contenidas dimensiones de 44 mm. Clásicas son también las indicaciones, los números romanos utilizados en los índices y los acabados del movimiento. En la implantación de estos elementos es donde el término clásico desaparece, ya que estamos ante una estructura tridimensional y el mejor término que se me ocurre para definir el resultado es ESPECTACULAR con todas sus mayúsculas.
Para plasmar en la realidad su idea, Büsser recurre a dos de los relojeros estrella de la vanguardia actual: Jean-François Mojon y Kari Voutilainen. Con semejante trío de genios unidos para un solo proyecto, el resultado estaba cantado, solo podía resultar un artilugio genial y perfecto.Un volante que en lugar de encontrarse ubicado en la parte posterior del calibre, emerge de la misma esfera. Dos esferas que nos indican dos husos horarios de forma totalmente independiente. Un puente de volante suspendido por un solo lado. Un indicador de reserva de marcha vertical. Estos son algunos de los elementos que me dejan estupefacto de este Legacy Machine No.1
Pero lo más genial de todo ello, es que este conjunto tridimensional se aloja en un conjunto caja/esfera de tan solo 16 mm de altura, una cifra incluso inferior a la de muchos relojes deportivos. Es decir, estamos ante una obra de arte, que además de funcional se puede utilizar con normalidad. Aunque pensándolo bien, no creo que sea una cualidad tan beneficiosa ya que ceñir un Legacy en la muñeca puede fácilmente abstraernos de nuestro trabajo cotidiano.
Este reloj da para llenar muchas páginas y por ello prefiero dejar un análisis más exhaustivo para nuestra sección de test. De momento y como introducción, creo que las imágenes hablan por si solas.