Os lo avanzábamos en febrero de este año, en el artículo que dedicábamos al Flymagic y al lanzamiento de la nueva espiral Nivachron del grupo. Ahora y tras casi cinco años de obras, Swatch inaugura su nueva sede en Biena, una de las mayores edificaciones de madera del mundo, diseñada por el célebre arquitecto japonés Shigeru Ban. El edificio abre un nuevo capítulo en la historia de la marca, desafiando las actuales convenciones, del mismo modo que lo harán los relojes que se creen allí.
Sería difícil, además de poco productivo, intentar describir el nuevo edificio con nuestras propias palabras así que, sin más, os dejamos con el texto íntegro de la nota de prensa con la que Swatch nos define todos y cada uno de los detalles de esta maravilla.
El arquitecto.
Nacido en Tokio en 1957 y galardonado con el premio Pritzker en 2014, Shigeru Ban es conocido por sus delicadas estructuras y sus métodos nada convencionales, así como por su decisiva aportación a la innovación y la humanidad en la arquitectura. El Grupo Swatch colaboró con el arquitecto por primera vez en el Nicolas G. Hayek Center de Tokio, que abrió sus puertas en 2007.
En 2011, su diseño ganó el concurso de arquitectura organizado por el Grupo Swatch para la construcción de su nueva sede, la nueva fábrica de Omega y la Cité du Temps. El proyecto convenció especialmente por su originalidad, no exenta de pragmatismo, así como por su capacidad de respetar el espíritu propio de la marca en cada uno de dichos edificios. Por no hablar de que Shigeru Ban tenía en cuenta e integraba en su proyecto general el paisaje y los edificios circundantes.
El edificio.
La silueta curvada y brillante del nuevo edificio de Swatch tiene una longitud total de 240 metros y 35 metros de ancho. En su punto más alto, la fachada mide 27 metros. Su insólito diseño rompe con las convenciones clásicas del diseño arquitectónico de edificios de oficinas y se funde armoniosamente con el entorno urbano. Las líneas del edificio despiertan la imaginación: como con las obras de arte, la interpretación depende de la mirada del espectador.
La fachada abovedada cubre una superficie de 11.000 m², elevándose con suavidad en la entrada y el paso hacia la Cité du Temps. En el exterior y el interior del edificio, se entremezclan gran variedad de motivos con formas curvas, colores y transparencias, que destacan junto al uso poco habitual de materiales y elementos constructivos más clásicos.
El armazón de su amplia fachada está constituido por una estructura de madera con forma de rejilla. Se trata de un material tradicional que fue escogido por sus propiedades ecológicas y sostenibles. Pero también porque su flexibilidad permite moldear y cortar piezas de tamaños extremadamente precisos, algo muy importante en un edificio en el que cada milímetro cuenta. Durante la fase de diseño, se emplearon modernas tecnologías 3D que ayudaron a definir la forma y ubicación exactas de las casi 4.600 vigas que conforman este caparazón de madera reticulado.
Las vigas se unieron entre sí a la perfección mediante un sofisticado sistema de ensamblaje. Dado que el armazón de madera reticulado del edificio Swatch constituiría una gran fachada de oficinas, debía reunir además diversas condiciones técnicas. Así, en su estructura se integra una compleja red de cables.
Al tiempo que se iba levantando la estructura de madera, se empezaron a instalar los aproximadamente 2.800 elementos de panal de abeja (de madera con forma de rejilla) que conforman gran parte de la fachada. Cada uno de ellos se fabricó meticulosamente a medida utilizando hasta 50 piezas individuales, y está adaptado a su función y su ubicación concretas. En esta estructura de panal, se pueden distinguir tres tipos de elementos: opacos, traslúcidos y transparentes.
Los elementos opacos regulares constituyen la mayoría de las celdas. Son piezas cerradas, cubiertas con una película exterior opaca extremadamente resistente a la intemperie, que brindan, principalmente, protección solar. Algunas de ellas pueden abrirse para la extracción de humos, mientras que otras están dotadas de células fotovoltaicas. El elemento acolchado traslúcido, por su parte, está inflado de aire y provisto de placas de policarbonato en su núcleo que aportan aislamiento térmico. Estos colchones de aire, capaces de soportar además el peso de la nieve o el hielo, se ventilan ligeramente de manera constante, por lo que están sometidos a presión de manera continuada. El elemento transparente está hecho de vidrio. Se han usado un total de cuatro paneles de vidrio, entre los que se inserta una persiana enrollable blanca, para conseguir un aislamiento térmico. Al igual que el resto, estos elementos están siempre ligeramente ventilados para evitar la condensación.
El edificio tiene un total de nueve balcones, con superficies de entre 10 y 20 m² y vistas al resto de los pisos. Los diminutos puntos blancos de las fachadas de vidrio actúan como protección solar. Por su parte, las 124 cruces suizas del techo mejoran la acústica de las oficinas gracias a sus microperforaciones.
El interior del edificio.
Dentro del edificio, una superficie total de 25.000 m² se distribuye a lo largo de cinco plantas que albergarán todos los departamentos de Swatch International y Swatch Switzerland. La superficie de las cuatro plantas superiores va disminuyendo progresivamente de un piso a otro, y las galerías con balaustradas de vidrio ofrecen vistas a las plantas inferiores. Junto a los lugares de trabajo habituales, diversas zonas comunes se distribuyen a lo largo de todo el edificio: una cafetería en la planta baja, abierta a todos los empleados y visitantes de Swatch, o pequeñas áreas de descanso en diferentes lugares del edificio. Y para los momentos que necesitan intimidad, los «Alcove Cabin» independientes dan cabida hasta a seis empleados, para que puedan hacer llamadas telefónicas o realizar tareas que requieran una especial concentración. En la parte de atrás de la segunda planta, encontramos un elemento especialmente insólito: una escalera que no lleva a ningún lado. Se trata de la «escalera de leer», cuyos peldaños y vistas invitan a compartir ideas entre colegas durante los descansos creativos. Cinco árboles de olivo negro elevan sus ramas dos pisos de altura. Estos ejemplares perennes de Bucida buceras están muy adaptados a la temperatura ambiente y mantienen sus hojas verdes durante todo el año.
Bajo tierra, toda la superficie del edificio está ocupada por el sótano. Además de los cuartos técnicos, la sala de ventilación y el archivo, el sótano alberga el aparcamiento subterráneo, con 170 plazas para coches y 182 para bicicletas.
El vestíbulo.
Abierta a la calle Nicolas G. Hayek, la zona de la entrada, completamente acristalada, se caracteriza por sus amplias dimensiones, así como por su sensación de transparencia, apertura y ligereza. La silueta zigzagueante a la que da lugar la estructura en panal de madera de la fachada desempeña, además, un papel en la física de la construcción, por ejemplo, en relación con las cargas del viento. El acristalamiento en zigzag empieza a partir de los 5,5 metros y se eleva hasta una altura de 27 metros. Bajo este, las contraventanas de vidrio, bien conocidas en las aplicaciones industriales, se abren y se cierran automáticamente. Están concebidas, de hecho, como «cortinas de vidrio» que han de ser capaces de soportar el viento y la lluvia, además de proporcionar un aislamiento adecuado. Dos ascensores de vidrio llevan a los empleados y visitantes a las plantas superiores y a la pasarela peatonal de la tercera planta, también de vidrio, que conecta el edificio Swatch con la Cité du Temps. Las galerías de las tres plantas tienen vistas al vestíbulo.
Sostenibilidad.
El uso inteligente de las aguas subterráneas para calentar y refrigerar el edificio y la energía solar obtenida a través del sistema de placas fotovoltaicas contribuyen de forma significativa a mantener un balance óptimo de CO2. Desde el sistema de bicicletas públicas Velospot y las estaciones de carga hasta los cortes de energía inteligentes y el acristalamiento, pasando por la iluminación LED y los eficientes sistemas de ventilación, la activación de los componentes térmicos y las oficinas sin papel, gracias a la tecnología de vanguardia y la pericia, el nuevo edificio de Swatch demuestra que las formas modernas de construir y de trabajar pueden estar en sintonía con la naturaleza.
Solo se utilizó madera de bosques suizos —principalmente abetos— en la construcción. En total, fueron necesarios unos 1.997 m³, una cantidad que tarda menos de dos horas en volver a crecer en los bosques suizos.
El concepto energético se basa en el uso de la tecnología solar y el agua subterránea, que permiten el funcionamiento autónomo de elementos como la ventilación, la refrigeración, la calefacción y la iluminación básica, tanto en la sede de Swatch como en la Cité du Temps. El empleo del agua subterránea proporciona calefacción y refrigeración para el nuevo edificio Swatch. Swatch comparte sus recursos con la vecina Cité du Temps y con la nueva fábrica de Omega, que entró en funcionamiento en 2017. A lo largo de toda la superficie hay distribuidos nueve pozos subterráneos, así como dos antiguos tanques de petróleo que han sido transformados en depósitos de agua. En la estructura de panal de la fachada se han integrado 442 placas solares curvadas producidas individualmente. Con una instalación fotovoltaica de una superficie de 1.770 m², se generan aproximadamente 212,3 MWh de electricidad cada año, equivalentes al consumo medio anual de 61 hogares.
La Cité du Temps.
Diseñada también por Shigeru Ban, y con unas dimensiones de 80 x 17 x 28 metros, la Cité du Temps constituye un conjunto arquitectónico independiente que encaja a la perfección con el edificio Swatch. Cada una de sus 14 arcadas tiene una altura de 15 metros y una anchura de 5 metros. La Cité du Temps alberga el Omega Museum en la primera planta y PLANET SWATCH en la segunda. El Nicolas G. Hayek Conference Hall de la cuarta planta sobresale con su forma elíptica está reservado al Grupo Swatch.
Ficha Técnica.