Sin duda, la ligereza no es una cualidad que genéricamente podamos asociar con los relojes de buceo. Debido a su tamaño y su robusta construcción, su peso puede llegar a suponer un incómodo problema para su propietario, un verdadero y literal lastre. Ante ello, las opciones son varias, desde usar correas en vez de brazalete hasta decantarse por un diver fabricado en un material más liviano, como por ejemplo el titanio. Gracias a que su peso es aproximadamente la mitad del acero, es la alternativa más apreciada.
Casi todas las marcas que cuentan con relojes de buceo en su portafolio incluyen versiones en titanio, y como no podía ser de otro modo, entre ellos se encuentra uno de los mayores iconos en esta categoría, el Blancpain Fifty Fathoms. Hasta ahora, esos modelos se entregaban con una correa de tela o una NATO, y no ha sido hasta ahora que los Fifty Fathoms Automatique y Grande Date están disponibles con brazaletes de titanio, confiriéndoles una polivalencia de la que hasta ahora carecían. Sin duda, una combinación ganadora.
Además de lanzar el primer reloj de buceo moderno hace más de 65 años, Blancpain incorporó muy pronto materiales innovadores para la elaboración de sus relojes.
Más concretamente, comenzó a utilizar el titanio a principios de los años 1960, durante la producción de una serie especial de modelos MIL-SPEC II destinada a los equipos de remoción de minas de la marina norteamericana. Prueba de ello es la pieza “US Navy” adquirida por Blancpain en 2015 durante una subasta, cuya caja de alpaca cuenta con un fondo de titanio, seguramente empleado por su gran resistencia a la presión. En aquella época, el titanio era un material reservado principalmente a la industria aeroespacial, por lo que probablemente Blancpain sea la primera Manufactura en haber utilizado este material para la fabricación de sus relojes. De hecho, no fue hasta 1970 cuando Citizen lanzó el primer reloj fabricado en titanio, el X8 Titanium Chronometer (japonés y de cuarzo, quién lo iba a decir…).
Su diseño y ergonomía van de la mano.
Perfectamente integrado con la caja, el brazalete consta de tres hileras de eslabones de acabado satinado, unidos entre sí con pasadores transversales. Los tornillos, habitualmente laterales, se colocan al dorso de los eslabones mediante un sistema patentado para depurar los lados del brazalete.
Por su parte, las características del reloj se mantienen invariables, luciendo todos los atributos de un instrumento de buceo, como el índice y las agujas con Super-LumiNova legibles en cualquier circunstancia, así como su inconfundible bisel giratorio unidireccional provisto de una inserción de zafiro. En éste enlace podéis leer el artículo que le dedicamos el año pasado a la debutante versión en titanio y esfera negra.
Equipados con una caja de titanio de 45 mm estanca a 30 bares (unos 300 metros), el Blancpain Fifty Fathoms Automatique en titanio está disponible con esferas soleadas negras o azules, mientras que el Grande Date únicamente se ofrece en color negro.
En su interior laten, respectivamente, los calibres 1315 y 6918B. Insensibles a los campos magnéticos gracias a la incorporación de una espiral de silicio, estos mecanismo manufactura disponen de una excelente reserva de cinco días gracias a sus tres barriletes.
Ya temos confirmados los precios de estas versiones de titanio con brazalete: los Blancpain Fifty Fathoms Automatique costarán 17.210 €, mientras que el Grande Date sube hasta los 18.920 €.
¿Porqué un reloj de submarinismo para uso diario?.
Los relojes de submarinismo son una de las categorías más populares dentro del mundo de la relojería. Pero si analizamos su uso, sólo un ínfimo porcentaje de esos relojes se adentrarán en el mar más allá de unos pocos metros, y la inmensa mayoría serán utilizados únicamente para ser utilizado como reloj de uso diario.
Entonces… ¿por qué alguien querría un reloj pesado, relativamente caro y poco versátil que está repleto de características que tienen poca o ninguna utilidad en la vida diaria?. Muchas son las razones, y entre ellas podemos destacar su objetiva mayor resistencia y durabilidad, su aspecto masculino y contundente gracias a su diseño básico de reloj-herramienta, y un carácter aventurero asociado al mundo submarino que resulta tremendamente atractivo a los ojos del gran público. Al fin y al cabo, el tipo de reloj que llevamos dice algo de nosotros, o como mínimo, sobre la imagen que queremos transmitir.
Y cierto, casi nadie necesita un reloj de submarinismo, una hermeticidad de 300 metros o una válvula de helio, pero siguiendo ese mismo razonamiento reducido a la utilidad, podríamos concluir lo mismo sobre un calendario perpetuo, un repetición de minutos, un tourbillon o, simplemente, un reloj mecánico.