Hasta no hace mucho, el bronce era un material proscrito en relojería, pero en la búsqueda constante de las marcas por presentar productos novedosos, esta aleación de cobre y estaño ha retomado el protagonismo que tuvo siglos atrás en relojes de bolsillo e instrumentación gracias a sus propiedades anticorrosivas. Gracias a su «aroma» vintage y a la singularidad estética que le confiere su pátina de oxidación, el bronce se ha ganado el reconocimiento del mercado, y ahora son multitud las firmas que cuentan con versiones realizadas en este dorado metal. Una de ellas es Oris.
Además de utilizarlo para fabricar el bisel de varias versiones del Divers Sixty-Five, ha lanzado cuatro modelos con la caja realizada en bronce, todos ellos entregados con una correa de cuero. Dos corresponden a esta misma línea de relojes de submarinismo, las ediciones limitadas Divers Sixty-Five Carl Brashear (2016) y Carl Brashear Chronograph (2018), mientras que el otro dúo pertenecen a la aeronáutica colección Big Crown con los Pointer Date (2018) y Pointer Date 80th anniversary Edition (2019). Pero es ahora que Oris lanza su primer reloj íntegramente fabricado en bronce, y lo hace con una edición limitada que rinde homenaje a sus raíces, la primera entrega de una serie planificada para conmemorar este estrecho vínculo: os presentamos el Oris Hölstein Edition 2020.
Oris y Hölstein, un amor más que centenario
La historia de Oris comienza en Hölstein, un pequeño pueblo situado a 20 minutos al sur de Basilea, en las Montañas del Jura. Fue en 1904 cuando dos relojeros recién llegados, Paul Cattin y Georges Christian, adquirieron una fábrica de relojes que había sido recientemente cerrada y la llamaron Oris, nombre que tomaron de un arroyo cercano. Su sueño era crear los mejores relojes posibles al mejor precio. Emplearon a relojeros con talento y hábiles artesanos, y adoptaron procesos industriales con el fin de materializar su visión. 116 años después, Oris sigue fabricando sus relojes en Hölstein.
Oris Hölstein Edition 2020
Cincuenta años después de su lanzamiento, Oris resucitó en 2015 su primer reloj de submarinismo para inaugurar la colección Divers Sixty-Five. La fiel estética retro de ese modelo y su excelente relación calidad/precio hizo que se ganara el reconocimiento de los aficionados, erigiéndose como uno de los actuales pilares de la firma. Además del omnipresente tres agujas con fecha (en tres diámetros), la colección acoge también una versión estándar que se une a la antes citada edición limitada Carl Brashear como sus modelos «más complicados» gracias a implementar la función cronográfica. Y ahora, a ellos se une el Divers Sixty-Five Hölstein Edition 2020.
Con su misma caja de 43 mm, la carrura, el bisel unidireccional, su anillo, los pulsadores, la corona y los eslabones del brazalete están realizados en bronce. Evidentemente, su peso es considerable: más que el acero pero menos que el oro. Dada la naturaleza maleable de este metal, el bronce no era lo suficientemente fuerte como para ser utilizado en los pasadores que mantienen unidos los eslabones del brazalete o para el cierre desplegable. Estos elementos, junto con el fondo de la caja, están hechas de acero inoxidable.
Contrariamente a lo que esperaríamos ver grabado en la trasera, esta edición limitada muestra en relieve el oso de Oris, una figura que se ha convertido en la mascota de la marca en los últimos años. Según el co-director ejecutivo Rolf Studer, este detalle tiene la única función de «hacer sonreír a la gente».
Su cálido aspecto vintage es impresionante, pero lo mejor está por venir.
Las tonalidades verdes, azules y/o marrones propios de la pátina de oxidación irán apareciendo y evolucionando a lo largo del tiempo, y serán diferentes para cada usuario. Es parte de su encanto, una característica química del bronce que todo comprador debe conocer para evitar decepciones y reclamaciones. Para prevenir un exceso de pátina, Oris ha recurrido, prudentemente, a una aleación especial de bronce que minimiza los efectos de este envejecimiento.
El hecho de que la trasera sea de acero va en ese mismo sentido: evitar su oxidación por el contacto directo con la piel y el sudor, y prevenir posibles alergias. Pero si este es el motivo, hemos de tener en cuenta que también ocurrirá lo mismo con el brazalete all bronze. Esta es una novedad en la industria relojera, ya que es la primera vez que una firma suiza acompaña un reloj con un brazalete fabricado en bronce. Ya he visto varios ejemplos de cómo evoluciona el bronce de las cajas, pero será muy interesante ver el envejecimiento del conjunto reloj/ brazalete.
Un punto de discusión es su hermeticidad de 100 metros, una cifra compartida con el resto de la colección Sixty-Diver. Aunque personalmente me parece suficiente para un reloj en general, y más aún para un cronógrafo, resulta una cifra escasa si hablamos de uno que lleva el apellido diver.
Esfera dorada «panda» para acompañar al bronce.
Acompañando la tonalidad cobriza del bronce (aleación al 88% de cobre), la esfera implementa un cálido color dorado ligeramente rojizo y un suave acabado cepillado que prosigue el de la caja y brazalete, ofreciendo una perfecta armonía estética. La elección de ese color me parece ideal: el dorado rompe el monocromatismo del bronce al mismo tiempo que consigue una buena combinación cromática con él al añadirle esa pequeña dosis rojiza.
El diseño bi-compax «panda» de la esfera subraya el look vintage del reloj. El pequeño segundero se ubica a las 9 horas y el totalizador de 30 minutos a las 3. Ambos son negros con decoración azuré (gulloché circular), implementan escalas bastante minimalistas y disponen de anchas manecillas luminiscentes. Por su parte, las agujas de horas y minutos también están llenas de Super-LumiNova, el mismo material que colmata los índices horarios aplicados. En la oscuridad, la esfera se ilumina en azul, aunque el punto del bisel emite una luz verde. Protegido por un cristal de zafiro abombado, la esfera muestra una legibilidad bastante correcta, aunque el hecho de que las agujas e índices estén chapados en oro implica que su contraste respecto al fondo, también dorado, no sea ideal.
Como es habitual en los Divers Sixty-Five Chronograph, el Hölstein Edition 2020 está equipado con el calibre Oris 771, un mecanismo automático cronógrafo basado en el Sellita SW 510. Latiendo a 28.800 alternancias por hora, su reserva de marcha alcanza las 48 horas. Aunque el fondo de la caja es ciego, el rotor mantiene el típico lacado en rojo de Oris.
El Oris Hölstein Edition 2020 es una edición limitada a 250 unidades, y tiene un precio de 4.600 €.
