Si bien IWC es una de las firma relojeras más reconocidas como fabricante de cronógrafos de piloto, su modelo más clásico de la colección, el Big Pilot, no había implementado hasta el momento dicha complicación clásicamente asociada a los relojes de aviador. Una vez decididos a remediarlo, y en lugar de simplemente introducirla en el familiar diseño de estilo flieger rompiendo la pureza de su diseño con los dos típicos dos pulsadores, IWC recurre a la opción históricamente primigenia de activación, es decir, al cronógrafo monopulsante, en que todas sus funciones se activan mediante un único pulsador. Con un atractivo look de inspiración vintage y un impresionante movimiento manufactura, os presentamos el edición limitada IWC Big Pilot’s Watch Monopusher Edition «Le Petit Prince».
Fiel a su nombre Big Pilot, la gran caja de acero mide 46,2 mm de diámetro y 14,6 mm de grosor. La carrura y las contundentes asas lucen un acabado cepillado que se combina con el pulido del estrecho bisel, un elemento clave para dedicarle a la esfera el mayor espacio posible en aras de maximizar su legibilidad. Sin embargo, es la corona la que reclama toda nuestra atención. Con la habitual y sobredimensionada forma cónica estriada de los Big Pilot, aloja en su interior un discreto pulsador suavemente redondeado que es el que controla el inicio, la parada y la puesta a cero de la función cronográfica.
Este sistema monopulsante retoma el diseño iniciado por Longines en 1913 integrándolo en la corona, el primer fabricante en adaptar el cronógrafo inventado por Louise Moinet en 1816 a un reloj de pulsera (recordemos que no fue hasta 1934 cuando Breitling innovó el sistema de dos pulsadores). Gracias a ello, IWC implementa la complicación manteniendo intacto el perfil de los Big Pilot y su estética vintage. Por su parte, la trasera incluye un cristal de zafiro que ofrece una generosa vista al precioso calibre 59365 de remonte manual. Lamentablemente, su escasa hermeticidad de 60 metros juega en contra de su reputación como resistente reloj de herramienta.
La esfera mantiene los rasgos característicos de las ediciones «Le Petit Prince» en imágenes, desde su esfera azul marino con decoración rayos de sol hasta sus manecillas flieger chapadas en rodio con punta de jeringa y la tipografia de sus grandes numerales horarios aplicados. La novedad reside, evidentemente, en las dos subesferas dispuestas en eje vertical, una configuración que, personalmente, me parece la mejor opción posible gracias a su simetría y equilibrio visual. Con un diseño perfectamente coherente con el resto de elementos del reloj, a las 12 encontramos el pequeño segundero, mientras que a las 6 horas se ofrece el totalizador de 60 minutos. El único punto a debate es la función de fecha a las 3 horas. Si bien mis gustos se decantan por prescindir de ella, en esta ocasión cabe decir que gracias a su ubicación en el mismo anillo virtual marcado por los índices, pasa más desapercibido.
En el interior del Big Pilot’s Watch Monopusher «Le Petit Prince» late el calibre 59365, un mecanismo cronógrafo monopulsante de remonte cuerda manual (el único de la firma) que debutó en 2015 con el Portofino Monopusher. Su decoración está a la altura de su nivel técnico: pletina base con perlage, grandes puentes con Côtes de Genève verticales, biselados y pulidos, mientras que las aberturas estratégicamente ubicadas muestran algunas de las características más dinámicas del diseño. Mientras la de su puente principal ofrece inmejorables vistas de la gran rueda de pilares, otra muestra el engranaje detrás de la llamativa manecilla azulada del indicador de su generosa reserva de marcha de ocho días.
El Big Pilot’s Watch Monopusher Edition «Le Petit Prince» se entrega con una correa de piloto de cuero remachada en marrón caoba intenso. Esta edición limitada a 500 ejemplares tiene un precio de 17.200 €.