El Zenith Defy Skyline ha seguido un camino paralelo al Big Bang Integral Time Only de Hublot, del que recientemente hemos publicado un extenso análisis. Ambos son relojes diseñados y desarrollados para obtener una importante cuota de mercado en el sector más complejo de la relojería mecánica de pulsera; el de los relojes universales cuya vocación es la versatilidad absoluta.
No creo casual la coincidencia en el tiempo del lanzamiento de estos relojes ya que tanto Zenith como Hublot pertenecen al mismo grupo LVMH y da la sensación de ser un ataque coordinado para conquistar un buen trozo del pastel que representa este segmento. En el mismo sentido, tampoco es casualidad que ambos relojes se dirijan a segmentos de precio claramente diferenciados ya que de este modo evitan la competencia entre ellos.
En en el artículo que dedicamos a las novedades de Zenith en la LVMH Watch Week prometimos un análisis a fondo del este Zenith Defy Skyline. Vamos con ello.
Defy Skyline – la caja
Hay dos factores comunes a todas las leyendas de este tipo de reloj; bisel poligonal y brazalete metálico integrado. Los dos grandes iconos, que son el Royal Oak de Audemars Piguet y el Nautilus de Patek Philippe optaron en su bisel por variaciones del octógono, que era el signo estilístico de identidad de su diseñador, el legendario Gerald Genta.
El Zenith Defy Skyline sigue con la forma poligonal en su bisel, pero se decanta por la figura dodecagonal. Estos doce lados son lo que encontramos en el perímetro externo del bisel, mientras que el interno, mas conservador, se aparta de los ángulos y opta por la geometría circular.
En lo que se refiere a la carrura de la caja, Zenith sigue la pauta del famoso Royal Oak o del Hublot Big Bang Integral y opta por ángulos marcados y segmentos rectos. Esta solución geométrica siempre aporta un cierto carácter deportivo que aparta este tipo de reloj de los relojes clásicos, donde predominan las curvas y la ausencia de ángulos.
Un dato que hay que remarcar son las 10 ATM de hermeticidad que garantiza el Defy Skyline, una cifra que le acerca a la referencia que es el Nautilus, le iguala con el Integral de Hublot y duplica al Royla Oak Jumbo. Este dato es sumamente importante ya que el concepto de reloj universal es poder utilizarlo en cualquier circunstancia, incluidas las sesiones veraniegas de playa. Si nuestro reloj no garantiza nuestra tranquilidad en un baño, ¿qué hacemos con él?… ¿lo dejamos junto a la toalla? ¿lo dejamos en la habitación del hotel?. Cualquiera de estas dos opciones pone los pelos de punta a cualquier apasionado de los grandes relojes.
El diámetro de la caja es de 41 milímetros, un tamaño que se sitúa justo en el centro del margen ideal para este tipo de reloj, que considero entre los 39 y los 42 milímetros. Zenith no menciona nada sobre otro dato fundamental que es el grosor de la caja, pero por la impresión que dejan las imágenes, no parece que deba superar los 11 mm, lo cual, sin poder considerarse como un reloj plano, es aceptable. El material elegido para esta caja es el acero que, aunque pueda parecer muy convencional, sigue siendo la mejor opción por su gran relación prestaciones/precio.
También está realizado en acero el brazalete, el segundo elemento clave en un reloj con este carácter. A corto plazo, un brazalete metálico es más caro que cualquier opción de correa de piel o de caucho, pero a medio y largo plazo es muchísimo más rentable ya que su durabilidad es indefinida. En función de la sudoración de cada persona, una correa de piel puede durar entre un par de meses o un pare de años, pero difícilmente más en condiciones aceptables si se utiliza el reloj a diario.
Otro factor que caracteriza a los relojes de este tipo es un diseño que integra la caja y le brazalete, dando la sensación de ser una sola unidad. El Zenith Defy Skyline cumple esta exigencia escrupulosamente ya que visualmente resulta incluso difícil distinguir dónde termina la caja y dónde empieza el brazalete. Su diseño es plenamente coherente con el conjunto ya que en él también predominan los segmentos rectos y los ángulos.
Otra cualidad del brazalete metálico es que ofrece una versatilidad que ninguna correa puede igualar. Es adecuado en las condiciones más deportivas e informales y lo es también en situaciones que exigen una etiqueta estricta. Zenith ofrece además correas de caucho o de piel que se pueden intercambiar con el brazalete. Algo extremadamente importante es que el sistema de cambio rápido permite hacerlo con total facilidad sin necesidad de herramienta alguna. Otro aspecto de gran importancia es que el cierre del brazalete ofrezca algún sistema de ajuste «fino», un aspecto sobre el que Zenith no menciona nada.
Defy Skyline – la esfera
En la esfera del Zenith Defy Skyline se privilegia ante todo la legibilidad, un parámetro irrenunciable en un reloj de este tipo, donde la funcionalidad debe ser irreprochable. En consecuencia, como en cualquier reloj «universal», las indicaciones se limitan a las que realmente se utilizan; horas, minutos y fechador por ventanilla.
El fondo de la esfera esta decorado con un patrón basado en la famosa estrella de cinco puntas, símbolo de Zenith. Este es otro aspecto original y casi imprescindible en un reloj de este estilo, donde la decoración de la esfera se ha convertido en un rasgo de identidad.
Al igual que en la mayoría de relojes de alta gama, vemos que los índices horarios, de forma trapezoidal, están aplicados sobre el fondo de la esfera.
A pesar del espíritu «Bauhaus» de esta esfera y sin afectarlo, Zenith logra un gran hito; incluir en ella una indicación nunca vista en relojes de este estilo. Se trata de un indicador de décimas de segundo, mediante un dial ubicado a la altura de las 9 horas. A simple vista es fácil confundirlo con el típico segundero, pero una observación detallada desvela un índice con una única cifra, 10, que nos indica la base de esta escala y que por tanto no corresponde con los segundos.
Vemos que hay 10 índices, que nos indican los segundos, que a su vez están divididos en 10 pequeños indicadores, que corresponden a las décimas de segundo. Para ello, la aguja realiza un recorrido completo cada diez segundos. Dado que no se trata de un cronógrafo y que por tanto carece de un pulsador para detener esta aguja, la lectura de la décima de segundo resultará casi imposible, pero esta no es la finalidad de Zenit con esta atípica indicación. Lo que se pretende demostrar y se demuestra es su dominio histórico y actual de los movimientos con muy alta frecuencia de oscilación.