El Chopard Alpine Eagle es un verdadero asunto de familia. Presentado en 2019, la idea de Chopard de lo que debía ser un reloj deportivo con brazalete integrado se inspiró en el St. Moritz, un reloj de la década de los 80 diseñado por Karl-Friedrich Scheufele cuando comenzó a trabajar en la empresa dirigida por su padre; en realidad, fue su primer proyecto. Por supuesto, con la evolución de los gustos estéticos, el concepto de este reloj sporty-chic ligeramente barroco y extravagante pasó de moda, y la colección se abandonó. Sin embargo, cuando el co-presidente de Chopard decidió hace tres años que era el momento de que Chopard regresara de nuevo al prestigioso y reducido nicho de los relojes deportivos de lujo con brazalete integrado, el St. Moritz saltó de nuevo a la palestra como motivo de inspiración del Alpine Eagle.
Aunque disponemos del cronógrafo y una referencia tourbillon, el básico tres agujas es sin duda el modelo estrella. Se ofrece en dos tamaños de caja de 41 y 36 mm, denominados respectivamente Large y Small. Los Alpine Eagle Large nacieron en tres versiones en acero Lucent Steel A233 o bitonal con oro rosa ético, combinadas con esferas de color azul y gris. En cambio, las referencias Small fueron siete. Alguna de ellas, las más lujosas, incluían diales nacarados, engaste de diamantes o incluso estaban totalmente fabricadas en oro ético rosa. No fue hasta 2020 cuando la versión masculina recibió una caja y brazalete en oro rosa, acompañada en ese caso de una esfera azul o gris, ésta última con bisel engastado. Pero es ahora cuando, por primera vez, el Alpine Eagle de 41 mm se lanza en oro amarillo, el metal de lujo por excelencia durante la mayor parte de la historia de la relojería. En este caso, su particular dorado amarillento alcanza todos y cada uno de los elementos del reloj.
La caja del Chopard Alpine Eagle Pine Green tiene unas cotas de de 41 mm de diámetro y 9,70 mm de grosor. No podemos decir que sea ultra-delgado, pero son cifras que transmiten elegancia y permiten una excelente comodidad de uso a la vez que reflejan la solidez que todo reloj deportivo debería tener. Sus formas de geometría tonneau de líneas rectas incluyen una de las señas de identidad del St. Mortiz: los ocho tornillos alineados en el bisel que ensamblan la caja tripartita, agrupados en pares situados en las posiciones cardinales. La carrura mantiene una simetría perfecta gracias a que los protectores de corona a la derecha tienen su réplica exacta en la parte izquierda, un detalle estético que nos remite de nuevo al St. Moritz. La hermeticidad conseguida es de 100 metros, una buena cifra para un reloj polivalente al que no le daremos un uso como diver.
Todas las superficies planas del Alpine Eagle están satinadas, un acabado que contrasta con el pulido de los chaflanes, creando un juego de reflejos que queda magnificado por el espectacular brillo del oro amarillo. Ningún diseño de reloj deportivo integrado está completo sin una pulsera a juego, y el Chopard Alpine Eagle no es una excepción. Además, tanto su comodidad como su construcción y acabados son sencillamente espectaculares.
Con una caja y un brazalete en oro amarillo su look es bastante mejor de lo que en principio podía esperar, ya que personalmente no soy muy amante de esta tonalidad. Quizás a ello ayuda el encanto vintage que le confiere. Por supuesto, como siempre que hablamos del oro de Chopard, es de origen ético. El resultado es un reloj de oro amarillo monocromático de pies a cabeza, incluidos los tornillos del bisel. La esfera es sin duda uno de sus puntos fuertes, manteniendo la distintiva textura inspirada en el iris de un águila, un efecto en vórtice con una textura profunda e irregular de mucha profundidad y detalle. Para complementar el oro amarillo de la caja y brazalete, la firma ha optado por llevar el concepto dorado al máximo con un color tono sobre tono, con manecillas, índices aplicados y disco de fecha en dorado. No es la opción más discreta, obviamente, pero sí la más impactante.
Dentro de la caja se encuentra el calibre i01.01-C, un movimiento de remonte automático que dispone del certificado cronómetro expedido por el COSC. Latiendo a 4 Hz (28.800 alternancias por hora) y con una buena reserva de marcha de 60 horas, los puentes biselados están decorados con Côtes de Genève y la platina con grabado circular. Como cabía esperar, su rotor también es de oro amarillo.
Bajo el número de referencia 295363-0001, el nuevo Chopard Alpine Eagle 41 de oro amarillo tiene un precio de 53.300 €.
