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Hace apenas 48 horas os presentábamos el Happy Sport Automatic, un reloj femenino con movimiento mecánico que es uno de los avances de las novedades que Chopard presentará en Baselwolrd 2013. Ahora nos llega otro adelanto de los nuevos Chopard que veremos en Basel, pero en este caso se trata de un reloj que podemos considerar en las antípodas del Happy Sport. No porque no lo pueda lucir una mujer, sino porque su enfoque es extremadamente tecnológico y vanguardista: El L.U.C Engine One H.

Los L.U.C de Chopard son uno de los secretos mejor guardados de la Alta Relojería, o dicho de otro modo, unos de los relojes más injustamente desconocidos y que se encuadran sin duda entre lo que podríamos denominar la élite de la relojería mecánica. Recuerdo con añoranza el L.U.C Lunar One, que tuve el privilegio de analizar a fondo durante dos semanas y que es uno de los más perfectos, en todos los sentidos, de entre los relojes que a lo largo de estos años he probado.

La colección actual L.U.C de Chopard cuenta con multitud de modelos, concretamente 49. La mayoría de ellos son de estética clásica y caja redonda. También hay algunos, los Tech, que ofrecen una estática vanguardista en su esfera pero siguen enmarcados por una caja redonda bastante convencional. Muy pocos de entre los Tech cuentan con una caja «de forma» y uno de ellos es el L.U.C Engine One, que salvo la H de este nuevo modelo, comparte la totalidad de su nombre. Tienen en común varios aspectos, ya que ambos presentan cajas de arquitectura parcialmente rectangular y comparten la principal de sus complicaciones que es el tourbillon, pero hay importantes factores que los diferencian.

La proporción rectangular del L.U.C Engine One presenta su cara más larga en el sentido vertical, mientras que este nuevo H lo hace en el horizontal, a mi modo de ver una disposición mucho más coherente y práctica, ya que sigue la forma del brazo. Ambas cajas son idénticas en su forma, con la cara más corta de forma curva, y en sus dimensiones, de 44,5 x 35 milímetros. La gran diferencia es que si no tenemos una muñeca muy ancha, el Engine One, con su disposición vertical, probablemente nos sobresaldrá por sus lados, mientras que la arquitectura inversa del Engine One H permite que se adapte cómodamente a cualquier morfología, por pequeña que sea. Pero esta comodidad de uso no va en detrimento de la legibilidad ya que al ser ambas esferas de idénticas dimensiones, también permiten indicaciones del mismo tamaño.

En la nota de prensa, Chopard hace referencia permanente a la inspiración automovilística de los elementos e indicaciones de este L.U.C Engine One. Si bien es cierta e indiscutible la relación histórica de Chopard con el automovilismo de competición, y prueba de ello son los conocidos Mille Miglia, personalmente siempre he encontrado estas inspiraciones estéticas un tanto hipotéticas. No lo digo solo por el caso de este Chopard sino también por la multitud de relojes que se nos anuncian con dicha inspiración creativa. Cuando los veo, ni se me ocurre pensar en que parte de su esfera emule un radiador o si sus contadores se asemejan a un cuentarrevoluciones. Simplemente me gustan o no. Claro que también es posible que el sentido artístico de mis percepciones esté bajo mínimos.

En el caso de este L.U.C Engine One H, lo único que tengo claro es que me gusta su esfera y su estética general. Me gusta porque Chopard ha sabido implementar una estética futurista sin renunciar ni al tamaño ni a la funcionalidad y legibilidad de sus indicaciones, lo cual es un caso bastante excepcional en este tipo de relojes. Las agujas que nos indican las horas y minutos son centrales y recorren el perímetro de la esfera. Dada la particular disposición de los elementos que componen dicha esfera, es evidente que implantar un índice perimetral convencional hubiese dado al traste con la imagen global que Chopard quiere transmitir. La solución para ello, si bien no revolucionaria, es muy adecuada y consiste en crear un bisel interno inclinado en el cual se graban los índices.

Otro factor que en mi opinión favorece la estética general de la esfera es la disposición absolutamente simétrica y proporcionada de las indicaciones . A la derecha encontramos la sub-esfera del tourbillon, que también aloja el segundero. A la izquierda y de tamaño equivalente, se ubica el indicador de reserva de marcha que en lugar de recurrir para el eje de su aguja a un puente ubicado en el anverso del movimiento y por tanto no visible desde la esfera, recurre a implantar dicho puente por el anverso con lo cual emula al puente del tourbillon, compartiendo además ambos su disposición vertical.

Si la esfera de este L.U.C Engine One H aporta una imagen futurista o vanguardista, como prefiramos denominarla, el movimiento que lo equipa, el calibre L.U.C 04.02-L, no se queda a la zaga. Como vemos en la imagen superior, la disposición y forma de sus puentes nada tienen que ver con lo habitual y aunque, salvo el tourbillon, ocultan los elementos que soportan, dudo equivocarme si intuyo cuales son estos. La lógica y lineal disposición de los tres puentes verticales hace pensar que bajo el de la derecha se encuentra la parte motora del mecanismo, es decir el barrilete. El puente central soporta el tren de engranajes, que enlaza con el puente de la izquierda, que en este caso sí, de forma visible nos muestra el órgano regulador y su rueda de escape. A destacar de este calibre, su generosa reserva de marcha, de 60 horas, que se obtiene mediante un solo barrilete.

El material elegido para la caja del L.U.C Engine One H es el titanio, que dada su dureza (la misma que el acero), su bajo peso específico (la mitad del acero) y su estética industrial, es el idóneo para un reloj con este carácter, al tiempo que es coherente con la semejanza automovilística que pregona Chopard, mundo en el cual la relación peso/potencia y la rigidez son factores primordiales. Lamentablemente, Chopard nos anuncia que este L.U.C Engine One H es una edición especial limitada a 100 ejemplares. Es un apena que un reloj tan especial dentro de la colección L.U.C sea tan restringido, pero siempre es posible que Chopard lance en un futuro alguna derivación de este modelo con variantes estéticas de carácter menor, con lo cual mantendría su acertada esencia e incrementaría las posibilidades de acceder a él.


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Décadas de pasión heredada por la relojería. 17 años transmitiendo esta pasión por internet. Primero fue MundoPanerai, luego Cronomundi, ahora Watch-Test. Unos proyectos que nacieron bajo una idea muy clara que se mantiene en el tiempo: el lector busca opinión de calidad y fiable. Con toda la subjetividad que conlleva, opinión y crítica razonada es lo que pienso seguir ofreciendo.

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