Sin lugar a dudas, 2015 ha sido un año muy especial para A. Lange & Söhne puesto que ha coincidido con el 200 Aniversario del nacimiento de una de las personas de más relevancia en el seno de manufactura: F. A. Lange. De este modo, han sido varias las ocasiones, empezando por la vigésimo quinta edición del SIHH, en las que la figura de este relojero ha obrado de pilar central en distintos eventos celebrados por la marca sajona durante este año. La culminación de esta celebración tuvo lugar en Dresden entre los pasados 6 y 8 de diciembre en un exclusivo viaje al que tuve el honor de asistir en representación de Watch-Test y durante el que se llevó a cabo la presentación de la pieza conmemorativa de estos dos siglos de historia. Así, dividiremos este artículo en los dos apartados independientes que merece aunque, obviamente, el uno no tenga pleno sentido sin el otro: el entorno y la pieza.
El entorno.
Incomparable, excelente, encantador y lleno de detalles. Son algunos de los muchos términos que sin pensarlo me vienen a la cabeza. Desde luego que el apelativo de «la Florencia del Norte» por el que se conoce a la ciudad de Dresden no es, en absoluto, gratuito. Sencillamente espectacular, monumental. Al igual que el viaje organizado por Lange al que únicamente dos medios de la prensa de cada país tuvieron el honor de ser invitados, acompañados de clientes de la marca, algunos distribuidores, agencias de comunicación y, como no, el staff de la manufactura. Concretamente, 170 asistentes provenientes de 28 países distintos.
El viaje empezaba el domingo por la mañana, día en el que cada uno de los invitados debía desplazarse desde su lugar de origen hasta la ciudad de Dresden. En mi caso, a las 8:00 de la mañana iniciaba mi desplazamiento desde Barcelona hasta Munich para, posteriormente, tomar el avión que me llevaría hasta Dresden, donde Lange lo tenía todo perfectamente organizado para llevarnos, a medida que íbamos llegando, hasta el Hotel Bülow Palais que sería nuestro hogar durante los tres próximos días.
Una vez realizado el check-in y después de aprovechar para hacer una visita a algunos de los distintos Christmas Market que durante estas fechas invaden la ciudad, sólo había que esperar a que nos vinieran a recoger para llevarnos hasta el Schloss Albrechtsberg en el que tendría lugar la cena de bienvenida.
El día siguiente, el lunes 7 de diciembre, era el eje central de la celebración durante el que tendrían lugar los principales eventos del Aniversario. En primer lugar, a las 11:00 de la mañana, teníamos cita con la incomparable y majestuosa Ópera Semper, un edificio que siempre me ha fascinado y el cual ya tuve oportunidad de visitar años atrás siendo uno de los motivos de esa visita, precisamente, el de poder disfrutar en directo del famoso reloj de cinco minutos de Johann Christian Friedrich Gutkaes, quien sería el descubridor del talento de F.A. Lange y lo adoptaría como aprendiz. Pero la visita organizada por Lange nada tenía que ver con la convencional que yo había realizado.
Durante dos horas, que más parecieron cinco minutos debido a la exquisitez con la que se gestionaron, tuvimos la oportunidad de escuchar a la Saxon State Orchestra acompañada por el Dresden Kreuzchor, es decir, el coro de la ciudad de Dresden. Por mucho que intente plasmarlo en palabras es del todo imposible que consiga trasmitir la experiencia. Desde un paseo por toda la historia de A. Lange & Söhne hasta la interpretación de piezas aisladas para acabar con una de muy especial, la compuesta especialmente para acompañar la presentación de la pieza conmemorativa de este 200 Aniversario – el 1815 Tourbillon Handwerkskunst – que supuso en final del evento.
A la finalización, tuvimos la oportunidad de poder tocar y disfrutar del nuevo guardatiempos a la vez que, en el lobby de la Ópera, estaba todo perfectamente dispuesto para almorzar.
Pero como os he dicho, el lunes fue un día intenso y, todavía con el sabor del café en la boca, era el momento de partir a una de las tres actividades que Lange había organizado: «Dresden from Above», una visita guiada al casco antiguo de la ciudad incluyendo el ascenso a la cúpula de la Frauenkirche, «Culinary Dresden», consistente en un paseo por los distritos de Loschwitz y Blasew y, finalmente, «Christmas Tour», una visita con cata de vinos incluida al Schloss Wackerbarth.
Con más bien poco tiempo para reposar, era el momento para preparase para la cena de gala que tendría lugar en el Albertinum, un museo emplazado en la antigua armería de la ciudad y cuyo nombre rinde homenaje al rey Alberto I de Sajonia que fue quien mandó construirlo.
Espectacular el entorno de una cena amenizada con, una vez más, innumerables detalles entre los que me gustaría destacar, a título personal, el que tuvo la manufactura con los periodistas invitados al mostrar el nombre de todos y cada uno de ellos en una proyección de las muchas que se pasaron durante la noche. Pero siendo francos y obviando la satisfacción personal de ver mi nombre estampado en la celebración de un evento de tales magnitudes, fueron dos los momentos más especiales de la noche.
En primer lugar la entrega del F.A. Lange Watchmaking Excellence Award 2015 que en esta ocasión fue a parar a manos de Reima Koivukoski, un joven de 23 años de la Kelloseppäkoulu, la escuela de relojería finlandesa. La entrega del premio corrió a cargo de Wilhelm Schmid, CEO de A. Lange & Söhne, y de Walter Lange, fundador de la manufactura.
El segundo momento importante de la velada respondió a la presentación del libro «Signs of the Times» escrito por Christoph Scheuring y del que instantes antes cada uno de los invitados había encontrado un ejemplar en su habitación del hotel. Se trata de un libro escrito a modo de novela en el que se combinan datos biográficos de la vida de F.A. Lange – algunos reales, algunos de ficción dada la poca información que de este ilustre personaje ha llegado hasta nuestros días – con la realidad del marco industrial de la historia de Sajonia de la época. Para aquellos que os pueda interesar, el libro estará disponible en librerías a partir de enero de 2016.
Y llegamos al final, el martes 8 de diciembre. Por la mañana pudimos visitar el nuevo edificio de A. Lange & Söhne en la ciudad de Glashütte. Una visita corta, dado el poco tiempo del que se disponía, pero intensa y que nos llevó a explorar algunos de los rincones más interesantes de la marca para acabar disfrutando de la práctica totalidad de los guardatiempos que integran el catálogo actual de Lange. A mediodía nos esperaban los transfers que nos llevarían al aeropuerto de Dresden para iniciar el viaje de regreso a nuestros lugares de origen.
La pieza: 1815 Tourbillon Handwerkskunst.
Espectacular. Un compendio del savoir faire de la manufactura acumulado no sólo desde su reinvención en 1990 sino reflejando también esos 200 años que han servido como vehículo del aniversario. El 1815 Tourbillon Handwerkskunst responde, además, a la quinta entrega de esta colección que tiene sus orígenes en 2011 y cuyo apelativo alemán responde al español «artesanía». Y, ciertamente, lo hace con todas y cada una de sus muchas letras prácticamente imposibles de pronunciar por alguien que no posea algo de alemán en sus genes.
Esta nueva pieza, que se producirá en Edición Limitada a 30 unidades, se alberga en el interior de una caja manufacturada en oro rojo con unas discretas a la vez que perfectas dimensiones de 39,5 mm de diámetro por 11,10 mm de altura. Su esfera es una perfecta obra de arte. Partiendo de una base en oro rojo, todos los elementos que aparecen en el dial se consiguen utilizando la técnica del grabado. Así, los numerales horarios, el propio logotipo de Lange y el resto de indicaciones, se encuentran en el nivel más superior con un acabado pulido a espejo que combina de manera exquisita con el fondo rodinizado en negro y grabado utilizando la técnica del «tremblage». Esta técnica consiste en la utilización de un buril especialmente diseñado para conseguir una superficie uniforme de grano fino.
Con las agujas de horas y minutos en oro rojo, la correspondiente al pequeño segundero, en acero pavonado, se alberga en la jaula del tourbillon que se abre paso a las 6. El puente y la parte superior de la caja de este tourbillon de un minuto lucen un espectacular acabado en pulido negro que responde a uno de los procesos de acabado más largos y exigentes.
Pero ni todas las novedades ni todas las excelencias de este 1815 Tourbillon Handwerkskunst se encuentran únicamente en su aspecto exterior. El movimiento manufactura de remonte manual L102.1 que late en su interior – con una frecuencia de oscilación de 4 Hz, entregando una reserva de marcha de 72 horas y con el tourbillon dotado de un mecanismo de parada de segundero además del Zero-Reset de Lange – es una verdadera maravilla. Con unas dimensiones de 32,6 mm de diámetro y únicamente 6,6 mm de altura, este calibre está formado por un total de 262 piezas cada una de las cuales rinde homenaje a la historia de la relojería sajona. En esta ocasión, la habitual platina de tres cuartos de Lange aunque mantiene la alpaca natural como material de base, presenta un nuevo diseño a través de una forma curvada y con distintas aberturas que dejan a la vista algunos de los elementos internos del calibre como el tourbillon, el barrilete y algunas de las ruedas que forman parte del tren de engranajes. Asimismo, la superficie de esta platina presenta un acabado granulado con las inscripciones grabadas a mano, característica esta última compartida por el puente del segundero.
La exquisitez del L102.1 se completa con el pulido achaflanado de los ángulos interiores, realizado a mano y con herramientas especialmente diseñadas para este fin, y con el contrapivote de diamante del tourbillon. La correa es de piel de cocodrilo rojiza con cierre desplegable en oro rojo.
Para acabar, no me queda más que agradecer desde estas líneas y efusivamente la oportunidad brindada por A. Lange & Söhne de ser partícipe de todos y cada uno de los momentos que me han permitido compartir. Un sueño para cualquier aficionado a la Alta Relojería del que me llevo un recuerdo extraordinario además del orgullo de poder decir: yo estuve allí.