A. Lange & Söhne era de las pocas marcas que exhiben en el SIHH que no nos había adelantado ninguna de las novedades que presentará en el salón ginebrino. De hecho, este Gran Lange 1 Lumen que ahora nos anuncia no es una novedad de carácter mayor y seguro que se reservan lo más suculento para el SIHH, pero tiene su lado curioso.
Estamos ante lo que como he escrito en el titular podríamos denominar como reloj esqueleto y luminoso. Ni lo uno ni lo otro tiene nada de novedoso, salvo que la luminiscencia se aplica a su fechador doble, uno de los genes principales del ADN de Lange, lo cual si es una primicia.
El fechador convencional siempre ha sido una de las indicaciones de más precaria lectura debido al sistema mecánico que emplea y a la limitación de espacio disponible. En casi todos los relojes, esta indicación se obtienen mediante un disco en el que tienen que caber las cifras correspondientes a los 31 días posibles de un mes, cuyo tamaño viene limitado por el diámetro de dicho disco que a su vez está limitado por el tamaño de la esfera. Esta inexorable limitación física es inalterable salvo que variemos la premisa.
Esto es lo que hacen firmas alemanas de Alta relojería como Lange o Glashütte Original utilizando dos discos en lugar de uno. Uno de los discos indica las unidades y el otro las decenas, en el caso de Lange en forma de cruz. Con ello evidentemente se puede disminuir notablemente el diámetro de dichos discos o incrementar el tamaño de los dígitos. A. Lange & Söhne elige una opción intermedia, con un disco de unidades de menor tamaño que el que permite la esfera, pero suficiente para albergar dígitos que fácilmente doblan el tamaño habitual. Como los discos están superpuestos, inevitablemente uno de los dígitos esta ligeramente más alejado que el otro, en este caso el de las unidades, pero este es un mal menor que hay que pagar por disfrutar de sus ventajas.
La funcionalidad que otorga esta complicación de gran fechador (o fecha panorámica) a cualquier reloj es evidente y en el caso de Lange ha estado presente en su Lange 1 desde el renacimiento de la firma. Por tanto, esta no es la novedad de este Grand Lane 1 Lumen, sino la luminiscencia que Lange consigue aplicar a dichas cifras.
En este sentido, tengo que admitir que no acabo de comprender el complejo sistema que Lange utiliza para conseguirlo, y cito textualmente un párrafo de la nota de prensa:
La cruz de las decenas está directamente revestida con masa luminiscente blanca sobre la que se estamparon cifras negras. El disco de las unidades, estampado con cifras negras, es por el contrario de cristal transparente y gira delante de un fondo fosforescente.
En principio, con aplicar a los dígitos la materia luminiscente «Superluminova» que se aplica a las agujas de la mayoría de los relojes, el asunto de la visibilidad en condiciones de poca o nula iluminación, estaría solucionado, por tanto, desde el punto de vista práctico, a priori no veo la ventaja de este complejo sistema que utiliza Lange. Lo que si se consigue con este sistema es invertir la operación, con lo que se supone que veremos dos pequeños rectángulos luminiscentes que contornean dos dígitos negros. Solo con las imágenes no soy capaz de imaginar el efecto que produce este sistema y su ventaja, funcional o estética, con respecto al sistema convencional, pero ya faltan pocos días para el SIHH 2013 y allí lo podremos observar con la atención que merece.
La otra novedad de este Lange 1 Lumen es su esqueletización, término que me he permitido la licencia de aplicarle, pero que no tengo muy claro que sea el más adecuado. La finalidad de esqueletizar un reloj es permitir la máxima visibilidad de los componentes de su mecanismo. Ello se logra reduciendo al máximo el tamaño de los puentes que lo soportan. Pero la intención concreta de Lange con este Lumen es permitir visualizar el mecanismo concreto del fechador, por tanto aquí tambien recurre a un método poco convencional pero esta vez absolutamente lógico con el fin que se persigue.
Lo que hace Lange para ello es sustituir la habitual esfera metálica y opaca por una de cristal de zafiro y por tanto transparente. Así, podemos visualizar fácilmente tanto el disco de unidades como la cruz de las decenas. Del resto del mecanismo poco podemos ver ya que la misma platina esconde la mayor parte de las piezas que se montan en su reverso. Junto con el marco del fechador, la aguja indicadora de reserva de marcha, el dial de las horas y minutos y el dial de los segundos, ambos descentrados, quedan por encima de la platina de cristal de zafiro y por tanto atraen todo el protagonismo.
Este nuevo Grand Lange 1 Lumen se emitirá en una edición limitada a tan solo 200 ejemplares. La caja está realizad en platino y el resto de componentes del reloj no varía an absoluto con respecto a los Grand Lange 1 de producción regular. Salvo en los elementos citados del mecanismo del fechador, el resto del movimiento también es el habitual calibre L095.2. Este extraordinario calibre de carga manual, está compuesto por nada menos que 400 piezas, una cifra muy elevada para un reloj con estas complicaciones, pero consecuente con la complejidad de A. Lange & Söhne en aplicarlas.