Tanto es así, que A. Lange & Söhne creó una colección en el seno de su catálogo que lleva por nombre Handwerkskunst y que está integrada en su totalidad por relojes en edición limitada. Entre estos guardatiempos nos podemos encontrar con verdaderas obras de arte de esta manufactura. Piezas que van desde el Lange 1 Tourbillon Perpetual Calendar Handwerkskunst presentado en el Watches & Wonders asiático de 2013 hasta el 1815 Tourbillon Handwerkskunst creado para celebrar el 200º Aniversario del nacimiento de F.A. Lange.
1815 Tourbillon – 200º Aniversario del nacimiento de F.A. Lange.
Todos los relojes de A. Lange & Söhne comparten algunas características distintivas, incluido el acabado de los componentes individuales. Y en esta categoría, el grabado ejecutado manualmente del puente de volante es uno de los ejemplos más espectaculares. Resalta de inmediato cuando el propietario gira el reloj para admirar el movimiento a través del fondo de la caja de cristal de zafiro.
Los relojes de bolsillo de la manufactura original ya presentaban tales grabados. Después de todos estos años, el motivo sigue siendo el mismo y responde a una flor alrededor del tornillo central, rodeada de motivos florales que se extienden en las esquinas y luego se enmarcan en una delgada línea que sigue los contornos del puente de volante.
Este motivo básicamente predefinido es reproducido individualmente por cada grabador que, por ejemplo, puede decidir cuántos pétalos debe tener la flor. Además, cada uno de estos puentes de volante tiene su propio impulso inimitable, profundidad de corte y ángulo de líneas. Este último, el ángulo, influye en el brillo del componente porque determina que cantidad de la luz incidente se refleja.
Y esto, a su vez, depende de la fuerza con la que el grabador guíe el buril. También hay diferencias si se hace con la mano derecha o con la izquierda. En la manufactura algunos grabadores dominan la técnica con ambas manos porque una curva derecha se puede cortar de manera más perfecta con la mano izquierda y viceversa. La herramienta en sí misma también influye en el aspecto de la obra de arte que se está ejecutando.
Es por eso que todos los grabadores crean sus propios buriles, ajustando el mango y la longitud del acero para adaptarse a sus manos. Rectifican los buriles para que coincidan perfectamente con su estilo de corte y la forma en que trabajan con sus herramientas. La técnica es tan personal que otro grabador se daría cuenta si usara inadvertidamente el buril de un colega. Además, el desgaste del buril cambia gradualmente la nitidez del corte.
Por esta razón, el mantenimiento de las herramientas se encuentra entre las responsabilidades más importantes de cada grabador. Con un microscopio verifican el brillo de las líneas de corte y la punta del buril para identificar los signos más pequeños de desgaste que harían necesario volver a afilar la herramienta. El conjunto de herramientas incluye una gama de diferentes buriles: de punta, de borde redondo, de bisel, de líneas y planos. Además de algunas variantes más personalizadas.
Banco de buriles
El aprendizaje de este oficio artesanal dura tres años y medio. Los desafíos en el proceso son el pequeño formato del motivo, la forma de la pieza de trabajo y la dureza del material. Casi todos los pasos de trabajo de un grabador en A. Lange & Söhne se realizan bajo un microscopio de 10 a 12 aumentos. Esto hace que sea especialmente difícil esculpir formas curvas porque la profundidad de campo de un microscopio abarca solo unos pocos milímetros. Además, los materiales principales, como la plata alemana o el platino, son particularmente difíciles de trabajar, ya que son más duros que la plata tradicional o el oro.
A pesar de la complejidad intrínseca de este trabajo, son muy pocos los motivos que los maestros grabadores de Lange no puedan reproducir a petición del cliente y que van desde las iniciales en el puente de volante hasta el escudo de armas familiar o la imagen del propietario en un fondo de caja de oro macizo que sustituye al zafiro.
Grabado del disco lunar del Grand Lange 1 Moon Phase
Los grabados en sí pueden dividirse en tres categorías. La primera de ellas responde a un grabado plano o en hueco, en el que los contornos del motivo se cortan del metal a mano alzada con el buril. Esta técnica permite grabar líneas delicadamente curvas en superficies planas. Por lo tanto, es ideal para motivos gráficos como tipografías o temas florales. En el Grand Lange 1 Moon Phase «25th Anniversary», presentado en febrero de 2019, se utilizó por primera vez esta técnica para crear un disco lunar. Seis estrellas y numerosos puntos pequeños están esculpidos en oro blanco macizo mediante un grabado manual para representar el cielo estrellado.
Detalle de la fase lunar del Grand Lange 1 Moon Phase «25th Anniversary»
Otra técnica es el grabado en relieve. Implica quitar material de la pieza de trabajo hasta que el motivo se destaque como una escultura tridimensional. Los grabadores maestros a menudo invierten varios días de trabajo para motivos complejos.
Grabado tremblage y relieve ejecutado manualmente en la parte posterior de la caja del Lange 1 Time Zone «Como Edition»
El tremblage es la tercera técnica y es bastante rara. En Lange se utiliza entre otras aplicaciones para mejorar esferas especiales en modelos de la edición «Handwerkskunst». Toda la superficie se trabaja con el buril desde ocho direcciones diferentes; el resultado es un acabado satinado exquisitamente estructurado.
Las tres técnicas están profundamente arraigadas en las tradiciones de la relojería sajona de precisión del siglo XIX. Se utilizaron especialmente para decorar los relojes de bolsillo de calidad 1A de Lange. En ese momento, Gustav Gessner era uno de los grabadores más talentosos de Glashütte. Por encargo de A. Lange & Söhne, transformó los relojes de bolsillo en auténticas obras de arte con sus grabados. Hoy, los grabadores de Lange continúan honrando esta tradición.
