Lo dije en el artículo dedicado a las novedades presentadas por A. Lange & Söhne durante el SIHH de este año y lo mantengo: el Saxonia Moon Phase es, en mi opinión, una exquisitez de reloj. Sí, cierto es que hubo otras piezas, las justas y necesarias en su conjunto, que incorporaban complicaciones más codiciadas y de mayor prestigio que este «pequeño» Saxonia – el Richard Lange Jumping Seconds del que os hablé en este artículo sin ir más lejos – pero, a pesar de ello, la proporcionalidad del conjunto, elegante sencillez y una esfera magistral, hacen que el Saxonia Moon Phase fuera, por lo que a mí respecta, uno de los guardatiempos más destacados del salón ginebrino.
La Caja.
Oro blanco (384.026) y oro rojo (384.032) son los materiales elegidos por Lange para las que representan las dos primeras referencias de este modelo. El bisel convexo se extiende hasta ocupar una pequeña porción del plano vertical, hasta coincidir con la carrura cuyo acabado cepillado horizontal contrasta de manera impecable con el pulido del bisel. El fondo repite el patrón del bisel, ocupando la misma porción del plano vertical con un acabado pulido. Este pulido ocupa también el biselado que conduce al anillo, cepillado circular, que enmarca el cristal de zafiro que deja al descubierto el calibre albergado. Las asas, aunque formando parte de la caja y ocupando la altura justa equivalente a la carrura, ofrecen la impresión de ser elementos independientes debido al pulido de su compleja morfología incluyendo los delicados biselados de las aristas.
Las dimensiones responden a 40 mm de diámetro por 9,8 mm de altura, unas proporciones que permiten combinar la elegancia de lo contenido con un guiño a los estándares más actuales que tienden a valores mayores. Justo equilibrio.
La Esfera.
Sublime. Hipnótica. En mi caso particular supone una de aquellas ocasiones en las que el dial del reloj te atrapa y podrías estar horas observándolo. En ambas referencias la esfera está manufacturada en plata maciza adoptando la tonalidad conocida como «argenté» y un acabado que presenta un ligero granulado.
La disposición y proporcionalidad de las indicaciones es todo un ejercicio de saber hacer. Para empezar, las agujas de horas y minutos – en oro rodinizado para la caja en oro blanco y en oro rojo para la caja del mismo material – apuntan a una escala perimetral integrada por índices horarios de tipo bastón, dobles en las posiciones de los cuartos, aplicados y delicadamente biselados en el mismo material que la caja. El resto de las posiciones, las que responderían a la escala de minutos, la forman delgados índices de la misma tipología que los horarios, en esta ocasión, transferidos sobre la esfera en color negro para ambas referencias. Legibilidad perfecta.
A las 12 nos encontramos con una doble ventanilla enmarcada en oro blanco o rojo según referencia responsable de alojar la fecha panorámica característica de A. Lange & Söhne, con numerales arábigos transferidos en negro sobre fondo blanco. Contraste perfecto para respetar la legibilidad del conjunto. El corrector de esta indicación lo encontramos en la carrura, gracias a un pulsador situado a la altura de las 10.
A las 6, equilibrando de manera magistral la fecha panorámica y en ligero bajorrelieve, encontramos el dial subsidiario que acoge las dos indicaciones restantes. El pequeño segundero está implementado con una estilizada aguja que presenta un contrapeso en forma de pica y que apunta a una escala que respeta los índices de tipo bastón transferidos en negro, ligeramente más gruesos en las posiciones múltiplos de cinco.
La parte superior de este subdial se abre para mostrar una sensacional indicación de las fases lunares. Un fondo azul más intenso de lo habitual y conseguido gracias a un revestimiento patentado recibe un total de 852 estrellas talladas a láser y que representan la Vía Láctea. En esta ocasión la corrección manual puede realizarse manipulando el pulsador encastrado situado en la carrura y a la altura de las 4.
El Calibre.
El movimiento que da vida al Saxonia Moon Phase es el de remonte automático con referencia L086.5 que, oscilando a una frecuencia de 21.600 alternancias por hora (3 Hz), entrega una reserva de marcha de 72 horas gracias a la existencia de un único barrilete. 325 piezas con acabados impecables que se combinan de manera magistral para dar lugar a un mecanismo de 30,4 mm de diámetro y 5,2 mm de altura.
De nuevo, y como acostumbro a hacer cuando la genialidad del guardatiempos lo permite, hacer mención a la proporcionalidad existente entre la caja y el movimiento. Unos cálculos sencillos lo demuestran: en el plano horizontal, 40 mm de diámetro de caja respecto de los 30,4 mm del movimiento nos dejan un anillo de sólo 4,8 mm. En el plano vertical, los 9,8 mm de altura de la caja respecto de los 5,2 mm del calibre dejan una holgura de 4,6 mm. Integración perfecta. Pero no os engañéis, la sencillez de estos cálculos es inversamente proporcional (en realidad muy inversamente proporcional, aunque este concepto no exista como tal) a la complejidad del proceso de desarrollo del guardatiempos.
Para finalizar, la referencia en caja de oro blanco se entrega con una correa de piel de aligátor en color negro, en tanto que el modelo en caja de oro rojo mantiene la piel de aligátor pero adoptando un color marrón con tonalidad rojiza. En ambos casos el cierre es del tipo hebilla en el mismo material que el correspondiente a la caja.