Este Arnold & Son TB88 no se puede considerar una estricta novedad ya que fue presentado en febrero del 2012 en la feria de Baselworld. De todos modos es un buen pretexto para hablar por primera vez de una marca ciertamente particular y original.
El origen teórico de la marca es el célebre relojero John Arnold, nacido en 1736 y fallecido en 1799. Durante su vida, John Arnold creo diversos relojes para miembros de la realeza e incluso para observatorios. La más famosa de sus creaciones fue su cronómetro de marina de 1770, que fue utilizado a partir de entonces por la marina inglesa y contribuyó decisivamente a incrementar la precisión de navegación.
Hay que tener en cuenta que en el siglo XVIII, salvo excepciones como Vacheron, no existía el concepto de marca tal y como hoy lo entendemos. Se trataba de relojeros que trabajaban individualmente, con lo que tras su desaparición, no había continuidad. este es el caso de John Arnold, y de ahí mi expresión en el anterior párrafo de «origen teórico». Desde 1799 hasta hace pocos años no existía la marca Arnold & Son, que supongo fue creada adquiriendo los derechos de utilización del nombre a sus herederos.
Aunque recuerde a sus orígenes, la marca Arnold & Son ya no es inglesa, sino suiza. Hoy en día, la manufactura se encuentra en La Chaux-de-Fonds y el centro de diseño y administrativo está ubicado en Zurich.
Dejando ya el breve repaso histórico, hoy en día Arnold & Son cuenta con dos colecciones en su catálogo: la Royal Collection y la Instrument Collection. El reloj objeto de este artículo, el TB88 pertenece a la primera de ellas y es probablemente la pieza más singular que manufactura Arnold & Son.
En el título del artículo me he permitido denominar a este TB88 como «reloj sin esfera» y creo que es un término bastante exacto para definir una de sus mayores particularidades. A simple vista puede parecer un reloj esqueleto, pero objetivamente no lo es. Un reloj de construcción esqueleto, cuya finalidad es mostrar al máximo las partes de su mecanismo, se basa para ello en minimizar el tamaño de los puentes, mostrando así por la cara de la esfera gran parte de lo que normalmente oculta.
El principio básico del TB88 es muy distinto, ya que para conseguir el mismo objetivo lo que hace es invertir en su mayor parte el sentido de su movimiento. Es decir, el reverso de un movimiento mecánico, que es la parte más atractiva estéticamente de un mecanismo y que por tanto se visualiza a través del fondo del reloj, en el caso de este TB88 se convierte en anverso y por tanto se visualiza a través del cristal de zafiro de la parte frontal del reloj. Se elimina cualquier vestigio de esfera y así quedan visibles prácticamente todas las partes de su calibre AS5003.
Si observamos el reloj, apreciaremos tres zonas bien diferenciadas y simétricas. La parte superior deja a la vista los dos barriletes sustentados por sus respectivos puentes en forma de V. La parte inferior nos muestra a la derecha el órgano regulador, en el que evidentememnte destaca su volante. Una particularidad es el índice de la raqueta de dicho volante, que sirve para regularlo y que apunta a un enorme índice en forma de segmento. En el vemos inscrito en un extremo el término «slow» y en el opuesto el término «fast», lo que indica al relojero hacia que lado hay que ajustarlo para compensar una posible desviación cronométrica. Se trata de un aspecto puramente estético, ya que un relojero evidentemente no necesita que le indiquen hacia que lado hay que regular la raqueta.
A la izquierda de la zona inferior y casi simétricamente emplazado con respecto al volante encontramos el pequeño segundero, cuya aguja recorre un índice cuyo grosor se ha reducido al límite. A través de este segundero podemos visualizar la segunda de las grandes particularidades del TB88: su segundero muerto.
Si observamos la aguja de dicho segundero en el video que encontrareis al final de este artículo, veremos que al contrario que la mayoría de relojes mecánicos, avanza a saltos exactos de un segundo, del mismo modo que lo hacen las agujas de un reloj de cuarzo. Ello se debe al diseño de su escape, que en lugar de seguir las oscilaciones de su volante, sigue intervalos exactos de 1 segundo. Esta configuración, que en inglés se denomina «dead seconds» o como lo hace Arnold & Son «True Beat», de ahí las letras TB del nombre de este reloj. En castellano lo denominamos «segundos muertos», una rara complicación que curiosamente vimos hace pocos días en el nuevo F.P. Journe Chronomètre Optimum.
La última de las particularidades del TB88 son su puentes. Si en un movimiento convencional se agrupan diversos elementos pivotantes en un solo puente, el el calibre AS5003 se utiliza un solo puente para cada uno de estos elementos. Así tenemos un calibre que cuenta con nada menos que 16 puentes independientes. Teóricamente esta configuración no aporta ninguna ventaja técnica, pero su atractivo estético es incuestionable.
El calibre AS5003 es un movimiento de carga manual, de 37,8 milímetros de diámetro, que oscila a una frecuencia de 18.000 alternancias por hora. Aparte de su peculiar sistema de escape, el aspecto técnico más relevante son las impresionantes 100 horas de reserva de marcha que le proporcionan sus dos enormes barriletes.
Esta sobredimensión de sus elementos mecánicos sin duda condicionan el tamaño final del reloj, cuyo diámetro llega a los 46 milímetros. Esta es la principal, por no decir única, crítica que le haría al TB88, ya que dicho tamaño afecta notoriamente a su comodidad de uso. La buena noticia es que además de en oro rosa, cuyo precio ronda los 50.000 €, tambien se ofrece esta magnífica pieza con caja de acero, lo que suaviza su precio final.