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Pre-Baselworld 2013: Arnold & Son Time Pyramid

Este es el segundo artículo que dedicamos a un reloj Arnold & Son. En el primero hablábamos del TB88, una pieza que destaca ante todo por la particular implementación de sus indicaciones, prescindiendo del concepto tradicional de esfera. En esta ocasión se trata del Time Pyramid, un avance de las novedades que Arnold & Son presentará oficialmente en Baselworld 2013.

A pesar de tratarse de dos relojes muy distintos, este Time Pyramid comparte con el TB88 la pericia de Arnold & Son de conjugar la visión del mecanismo con la de las indicaciones a través del anverso del reloj. El resultado es igual de asombroso, pero en este caso se añaden una serie de particularidades innovadoras e indiscutiblemente atractivas.

El porqué del apelativo de Pyramid queda muy claro cuando observamos el reloj. Su movimiento está diseñado con una arquitectura que sigue una forma de pirámide, aunque si somos escrupulosos, el término más exacto sería de T invertida. En su parte inferior podemos apreciar en disposición simétrica los dos barriletes y sus correspondientes engranajes. Este mecanismo enlaza con el tren de rodaje, ubicado en el centro, que a su vez engrana con las piezas del órgano regulador, ubicado a las 12 horas.

Lo que acabo de describir es la disposición natural de cualquier movimiento mecánico, pero lo que distingue a este Time Pyramid es la particular y compleja forma de mostrarlo. Al igual que en el TB88, se prescinde de una base de esfera convencional y se muestran las indicaciones de horas y minutos mediante un índice que salvo su zona perimetral es totalmente transparente.

A estas indicaciones imprescindibles y básicas se añaden la de los dos indicadores de reserva de marcha, que son sin duda la característica más original de este Time Pyramid. De la información que nos proporciona Arnold & Son deduzco que los dos barriletes están montados en serie, es decir, hay un barrilete que suministra la energía al movimiento, mientras el segundo barrilete suministra energía al primero. Por los datos técnicos que hemos recibido, no puedo asegurar si esto se hace de forma permanente o cuando el primer barrilete llega a cierto nivel de descarga. Sea como sea, cada barrilete cuenta con su indicación de reserva, ubicados de forma simétrica en la zona superior e indicados mediante una aguja azul que recorre un original índice de puntos impreso en el cristal de zafiro.

Tal y como se aprecia en la imagen oficial, ambos barriletes están a su máximo nivel de carga, y suponiendo que el suministro de energía de un barrilete a otro sea constante, solo veremos descender la aguja de la derecha cuando la de la izquierda esté a cero, o viceversa, ya que tampoco se detalla cual es el barrilete principal y el secundario. Aunque esto no dejan de ser deducciones y lo tendremos que corroborar en Baselworld.

La zona central y superior del mecanismo siguen una forma totalmente lineal, muy similar a los célebres Corum Golden Bridge, con un único puente extremadamente fino que soporta todos los elementos. Aunque esto nuevamente no deja de ser una suposición, ya que la única imagen que nos ha suministrado Arnold & Son no permite apreciar con exactitud cual es la arquitectura exacta de sustentación de los elementos del mecanismo.

El resultado de todos estos detalles técnicos y estéticos es un reloj a la vez original e innovador, cualidades que, y aquí está lo difícil, se suman a una elegancia indiscutible. A pesar de la originalidad de las indicaciones, su legibilidad es óptima salvo en el segundero, que es el único «pero» que a priori le pongo a este Time Pyramid. Apreciaremos que al igual que en la indicación de horas y minutos, hay un segundo sub-dial dedicado a los segundos, ubicado debajo de este, que se puede ver gracias a la transparencia del primero. Pero a pesar de dicha transparencia, hay dos puntos en los que inevitablemente se interseccionan ambos diales, con lo cual se compromete la legibilidad de los segundos en dichos puntos. En mi opinión, la solución hubiera sido fácil y no se hubiera perdido ni originalidad ni transparencia. Bastaba con implantar los índices de segundos en el bisel interno de la caja, que hasta parece diseñado para ello, y alargar la longitud de la aguja de los segundos hasta llegar al perímetro de dicho bisel.

La caja, realizada en oro rojo, mide 44,6 milímetros de diámetro, una cifra que me parece excesiva para este tipo de reloj, pero que probablemente está condicionada por la disposición simétrica de los dos barriletes. La fuerza sumada de dichos barriletes le proporciona al Time Pyramid una considerable reserva de marcha de 80 horas.


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