Con el Code 11.59 Flying Tourbillon Black Onix, Audemars Piguet ha lanzado la mejor versión de su tourbillon volante.

Se lee en 2' 25''
  • facebook
  • Tweet
  • Linkedin
  • WhatsApp

Recientemente os hemos presentado los Royal Oak Concept Flying Tourbillon GMT Green y Royal Oak Perpetual Calendar Blue Ceramic, pero la batería de novedades que Audemars Piguet ha lanzado no se limitan a estas dos referencias, si no que también incluyen tres modelos de la colección Code 11.59, de los cuales hoy os descubrimos el primero de ellos, el Flying Tourbillon Black Onix, un reloj que subjetivamente, es la mejor versión del Code 11.59 con tourbillon gracias al elegante minimalismo de su esfera de ónix negro.

Audemars Piguet Code 11.59 Flying Tourbillon Black Onix

Construida en cerámica y oro blanco, la caja de 41 mm conserva el diseño tradicional del Code 11.59, aunque a diferencia del resto de modelos juega con el marcado contraste entre ambos materiales. Esta combinación no es nueva, y ya la vimos el año pasado en el Code 11.59 cronógrafo. La corona, el bisel, el fondo y las asas están fabricados en oro, mientras que la carrura lo está en cerámica negra.

Como es habitual en la colección, la atención dedicada a los acabados es impresionante. Al igual que los componentes de oro, la cerámica está meticulosamente acabada a mano con la alternancia característica de la marca de cepillado satinado y biseles pulidos, confiriéndole un rico juego de luces y matices.

Audemars Piguet Code 11.59 Flying Tourbillon Black Onix

En contraste con la compleja construcción de la caja, el diseño minimalista del dial prescinde incluso de los índices horarios. Magnificada por el cristal de zafiro de doble curvatura, esta esfera de piedra es fruto de la colaboración con Someco, una empresa radicada en La Chaux-de-Fonds y especializada en la realización de esferas desde 1966 con la cual Audemars Piguet lleva muchos años colaborando.

A partir de una única piedra de ónix negro, la esfera se ha tallado en un disco fino, rectificado, arenado y pulido para después insertarse en la placa base de latón de la esfera. Después se complementa con detalles en oro rosa: manecillas de horas y minutos de tipo bastón, el nombre de la firma y un discreta escala de minutos en tono oro rosa impreso en el anillo elevado perimetral lacado en negro. Por último, la apertura del tourbillon también está enmarcada en oro rosa. No hay dos esferas iguales, dado que cada una de las piedras tiene su propia composición, textura y color y reacciona de forma única a las operaciones de manufactura y acabado.

Audemars Piguet Code 11.59 Flying Tourbillon Black Onix

En el interior del Code 11.59 Flying Tourbillon Onyx se aloja el calibre 2950. Debutando por primera vez en 2018 con el Royal Oak, este movimiento automático con tourbillon tiene un considerable tamaño de 31,50 mm. Como corresponde a su denominación de tourbillon volante, este delicado mecanismo no implementa los típicos dos puentes en su parte superior, si no que únicamente está sujeto por su reverso. Por primera vez, el puente superior de la jaula del tourbillon volante se ha acabado con PVD negro para conjugarse con la esfera.

Audemars Piguet Code 11.59 Flying Tourbillon Black Onix

Con el rotor central calado fabricado en oro, el calibre 2950 está bellamente decorado con biselados a mano, superficies pulidas y cepilladas, côtes de Geneve en los puentes y la platina base perlada. Con una reserva de marcha de 65 horas, este movimiento de remonte automático late a 21.600 alternancias por hora (3 Hz). 

Bajo el número de referencia 26396NB.OO.D002KB.01, el Audemars Piguet Code 11.59 Flying Tourbillon Black Onix se entrega con una correa recubierta de caucho negro con un motivo texturizado y una hebilla de oro blanco. El reloj forma parte de la colección permanente, y su precio es de 146.700 CHF antes de impuestos.

Se lee en 2' 25''
  • facebook
  • Tweet
  • Linkedin
  • WhatsApp

Ingeniero geólogo, Master en Geología Marina y Master en Restauración Medioambiental, Co-fundador y editor en Watch-test. Opinión, pasión y rigor, son los pilares fundamentales que sustentan la redacción de mis artículos. La clave, disfrutar de una profesión que coincide con mi afición.

To top