Audemars Piguet Code 11.59 Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph
El Code 11.59 Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph es una de las creaciones más complejas de la colección vanguardista de Audemars Piguet.
Con el Code 11.59 Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph, Audemars Piguet añade una nueva versión a la sorprendentemente extensa oferta de su colección más actual. Que la colección Code 11.59 es la gran apuesta de Audemars Piguet para las próximas décadas no es siquiera cuestionable. Cuando se presentó esta colección en enero del 2019 (artículo) se hizo a lo grande, con nada menos que cuatro complicaciones y 13 versiones iniciales.
Lo habitual, incluso en las grandes marcas, es que cuando presentan una nueva colección de relojes lo hagan con dos o tres modelos para incrementar las versiones a lo largo del tiempo. Por ello, el despliegue inicial de Audemars Piguet con el Code 11.59 demostraba dos cosas; que llevaban años desarrollando este producto y que han puesto todos los medios posibles en él.
Después de su lanzamiento, Audemars Piguet no ha cesado de incrementar la gama de la colección Code 11.59 y este Code 11.59 Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph es una de las incorporaciones más recientes. Además, por su complejidad mecánica se sitúa en lo más alto del escalafón. Estamos ante un reloj que combina las complicaciones de tourbillon volante y cronógrafo flyback. Esta no es una combinación demasiado usual, pero si además se suma su condición de reloj automático y esqueleto, la rareza y la complejidad se incrementan.
La caja del Code 11.59 Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph es la propia de todos los relojes de esta colección. Este es el elemento que concede la diferenciación y la personalidad a esta vanguardista gama de relojes.
Se mantiene por tanto su personal estructura, con una carrura en forma de tambor, unas asas acanaladas fuertemente curvadas y la aparente ausencia de bisel. Para esta compleja versión del Code 11.59, Audemars Piguet se ha decantado por el oro blanco, una elección que aúna prestigio y discreción. Sus dimensiones son de 41 milímetros de diámetro por 13,75 de grosor.
El acabado de la práctica totalidad de los elementos de la caja es satinado. La excepción es el biselado y el acabado pulido que Audemars Piguet aplica a todos los ángulos que, un detalle poco común en las cajas de los relojes y habitual en los movimiento del más alto nivel.
En la imagen superior podemos observar el reverso del reloj, la masa oscilante sin montar y el fondo de la caja con su cristal de zafiro. No pasemos por alto los seis tornillos que unen dicho fondo con la carrura de la caja, un sencillo y corriente elemento mecánico que ha sido protagonista en el gran icono histórico de Audemars Piguet; el Royal Oak.
En mi opinión, la esfera del Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph es la que mejor encaja estilísticamente con la caja de la colección Code 11.59. Si el diseño de la caja de estos relojes puede calificarse claramente como de vanguardista, la mayoría de esferas resultan comparativamente convencionales.
Convencional no es un término que pueda atribuirse a la esfera del Code 11.59 Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph. En ella se muestra el tourbillon, el contador de minutos del cronógrafo y el pequeño segundero, algo normal y lógico. Lo extraordinario en este caos no es el «qué» sino el «como», que es mediante una estructura de esqueleto de una simetría y personalidad fascinante.
Para incrementar el atractivo visual de la esfera, el tourbillon es del tipo «volante» lo que implica la ausencia de un puente visible que lo sujete. La consecuencia es una siempre hipnótica sensación de flotabilidad del tourbillon con su rotación permanente.
Desde el punto de vista tonal, el color predominante en la esfera de este Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph es el azul, color que ya podemos calificar definitivamente como el «new black». El azul lo encontramos en el índice perimetral y también en los índices del contador del cronógrafo y del pequeño segundero. Finalmente, el color azul también se aplica a las finas y elegantes agujas de horas y minutos.
Esta nueva combinación de complicaciones ha requerido necesariamente de un nuevo mecanismo; el calibre 2952. Se trata de un movimiento de carga automática que oscila a una frecuencia de 21.600 alternancias por hora (3 Hz) y ofrece una reserva de marcha de 65 horas.
En la vista posterior podemos apreciar la masa oscilante que concede la condición de automático a este calibre. Sin duda es una propiedad altamente práctica pero, en el caso de un cronógrafo, siempre resta algo de visión a la fascinante arquitectura de este tipo de movimiento.
El Audemars Piguet Code 11.59 Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph se emite en formato de edición limitada, concretamente a 50 unidades, una cifra inusualmente generosa en relojes de este nivel. Su precio es de 240.000 CHF.