El nuevo Audemars Piguet Musée Atelier es una obra de arte relojera en el más amplio sentido del término. No es un nuevo reloj ni una nueva colección. Es algo más importante; el nuevo Museo Taller de Audemars Piguet, uno de los miembros del histórico triunvirato de la Alta Relojería.
Nunca olvidaré la primera vez que tuve el privilegio de ser invitado a la manufactura Audemars Piguet. Ubicada en la Vallée de Joux, en la comuna de Chenit y en la población de Le Brassus, forma junto a L’Orient y Le Sentier sus tres principales poblaciones. Leer «principales poblaciones» puede llevar a engaño. Es una afirmación cierta, pero hay que tener en cuenta que la mayor de ellas no sobrepasa los 2.000 habitantes. De hecho, sin conocer los hechos históricos a fondo, es lógico pensar que la principal razón existencial actual de estas poblaciones rurales se debe principalmente a la ubicación en ellas de tres grandes manufacturasrelojeras, las de Breguet, Jaeger-LeCoultre y Audemars Piguet.
Le Brassus se encuentra a menos de 60 kilómetros de Ginebra pero requiere más de una hora llegar a ella en coche. Ello se debe a la retorcida carretera de montaña que conforma la segunda mitad del viaje y que se abre paso entre paisajes espléndidos. Aparte de su recóndita pero idílica ubicación, la segunda sorpresa se produce cuando te alojan en el acogedor Hotel des Horlogers (web), también propiedad de Audemars Piguet, un perfecto ejemplo del chalet suizo.
Este hotel y más concretamente su total reconstrucción tiene mucho que ver con el nuevo Museo objeto de este artículo. Ambos proyectos son obra de las mismas empresas suizas; el diseño de BIG y la ejecución del estudio de arquitectura CCHE. Solo con observar las imágenes de ambos proyectos ya queda claro que tanto el concepto como la autoría es común.
Tanto el hotel como le museo basan su peculiar estructura en una rampa. La diferencia es que la del Hotel será en forma de zig-zag y la del Museo es elíptica, concretamente en forma de espiral, lo cual evidentemente no es una decisión aleatoria. Inicialmente este reconstruido hotel tenía prevista su apertura en este 2021 que iniciamos pero, sin duda debido a la crisis el covid-19, se ha visto pospuesta hasta el 2022. De lo que no cabe duda, es que una vez finalizado el hotel, el conjunto arquitectónico que formará junto al edificio de la manufactura y el del museo será algo realmente espectacular y único en el mundo.
Las imágenes dejan pocas dudas de cuál ha sido el objetivo del equipo de diseño al crear el Audemars Piguet Musée Atelier; referencia al mundo de la relojería, integración en el ambiente y originalidad, objetivos que se han cumplido sobradamente.
La referencia al mundo de la relojería es evidente con la estructura en forma de espiral, el elemento más crítico de un reloj, en la que se ha basado el diseño de este edificio. La integración en la naturaleza no puede ser más extrema ya que toda la superficie de la rampa está recubierta de hierba.. y de nieve en invierno. Del último objetivo, ¿qué decir? La originalidad queda fuera de toda duda y es obvio que el Audemars Piguet Musée Atelier no dejará indiferente a nadie.
Si el exterior de este edificio es impresionante, más lo es aun el interior, con cuyas imágenes adquirimos consciencia de sus dimensiones. Aquí apreciamos unas enormes paredes realizadas enteramente en vidrio y que soportan toda la estructura de la cubierta de acero.
Como era de esperar de Suiza y de los suizos, esta particular estructura no obedece solamente a motivos estéticos y ello se demuestra en diversos apartados. La cubierta vegetal regula térmicamente el interior y absorbe el agua. La malla de latón que encontramos en el exterior regula la luz y la temperatura. No menos importante es la enorme superficie acristalada que nos devuelve a los orígenes de la relojería suiza, cuando los «cabinotiers» (buhardilleros) se instalaban en las buhardillas de los edificios para aprovechar al máximo las horas de sol en una época en la que no existía la luz eléctrica.
En cuanto a la estructura en forma de espiral, cumple la función principal de permitir al edificio adaptarse a la fuerte inclinación del terreno donde se ubica. Esta peculiar forma también permite que el gestor del museo decida el orden en el que veremos lo que en él se expone. Salvado las distancias, al igual que en un Ikea, no tenemos otra opción que recorrer el edificio siguiendo la forma de la espiral. Resulta imposible pasar de la zona superior de la espiral a la inferior sin pasar por la intermedia.
La definición de Museo Taller de este edificio no es casual ya que, aparte de exponer más de 300 relojes, a lo largo de los pasillo de la espiral también se ubican los maestros relojeros en unas moderna mesas de trabajo. En ellos incluso se ofrece al visitante la oportunidad de intentar realizar acabados manuales como son el perlado o el satinado.
Difícilmente se puede imaginar un ambiente más perfecto y relajante que el que proporciona este espacio y el impresionante paisaje que se abre a través de la superficie de vidrio.
La estructura de la visita y lo que en ella se expone no tiene nada de aleatorio. Audemars Piguet ha encargado a la firma de diseño de museos alemana Atelier Brückner su composición, su contenido y su distribución. Así, todo se inicia con un recorrido por la historia y la evolución de la relojería en el Vallée de Joux, para pasar a unas vitrinas donde se muestran los relojes emblemáticos que forman parte del patrimonio de época y contemporáneo de Audemars Piguet.
Hay otras zonas con autómatas, instalaciones cinéticas y maquetas de movimientos dedicadas a mostrar al visitante los principios y las complejidades de los ingenios mecánicos en miniatura que albergan en su interior los relojes.
Obviamente el centro de la espiral no podía quedar desaprovechado y en el se ubican el taller de Grandes Complicaciones y las piezas relojeras más complicadas, como son las que conllevan complicaciones de de sonería, astronómicas y cronográficas. Aquí, entre otras piezas históricas, encontraremos el célebre reloj Universelle, creado en 1899, que con sus más de 20 complicaciones y 1168 componentes es el reloj de bolsillo más complejo producido por Audemars Piguet.
Otro aspecto importante del edificio que alberga el Audemars Piguet Musée Atelier es que no se encuentra aislado ni desconectado. La espiral conecta con el edificio histórico donde Jules Louis Audemars y Edward Auguste Piguet establecieron la manufactura en 1875. En este edificio se ubican los talleres de restauración, un servicio que toda firma digna del calificativo de Alta Relojería debe ofrecer inexcusablemente a sus clientes.
En fin, es más que probable que debamos esperar bastante tiempo para disfrutar en vivo del Audemars Piguet Musée Atelier, pero en cuanto el dichoso covid-19 lo permita será uno de mis objetivos preferentes. Si visitar la manufactura Audemars Piguet de Le Brassus siempre ha sido una experiencia placentera, los nuevos edificios que compondrán este complejo relojero prometen llevarnos a otro nivel de sensaciones.
