Audemars Piguet ha presentado el Royal Oak Selfwinding Flying Tourbillon Openworked en una nueva aleación patentada de oro bautizada como sand gold (oro arena). Dado que el oro puro es muy maleable, debe combinarse con otros metales antes de que pueda convertirse en un material viable para fabricar cajas de relojes, un proceso que ha dado lugar a que muchas firmas presenten sus propias aleaciones patentadas de oro. En este caso, el sand gold tiene un cálido color que podríamos situar entre el oro rosa y el blanco.
Caja Royal Oak de 41 mm
Un icono de la alta relojería
Esencialmente, el Royal Oak Selfwinding Flying Tourbillon Openworked sand gold es una versión del modelo en acero lanzado en 2022. Tanto la caja como el brazalete integrado están fabricados en sand gold, que se acompaña por el tratamiento galvánico a juego aplicado a los puentes esqueletizados de su movimiento.
La caja mide 41 mm de diámetro y 10,6 mm de grosor, más delgada que la de muchos relojes deportivos simples a pesar de su movimiento automático con tourbillon volante. Implementa el icónico bisel octogonal característico del Royal Oak, asegurado esta vez por ocho tornillos de oro blanco. Tal como era de esperar, encontramos la corona firmada a las 3 en punto, cristales de zafiro planos protegiendo la esfera y cerrando la trasera, y una hermeticidad de 50 metros.
Sand Gold
Aleación de oro, cobre y paladio
Al igual que muchas de las otras aleaciones de oro patentadas que existen en la industria relojera, el oro arena de Audemars Piguet es una aleación de 18 quilates, lo que significa que el 75% está compuesto de oro puro. En este caso, son el cobre y el paladio los metales que lo acompañan, confiriéndole un color cálido y resistencia a la decoloración. Su nombre proviene de la apariencia de las dunas de arena a la luz del sol. La mayoría de las aleaciones patentadas de oro rosa tienen como objetivo lograr un color rico y cálido, aunque el propósito del oro arena es lograr el efecto opuesto, donde el material se parece menos al cobre brillante y más a un oro blanco teñido de rosa.
Si bien todavía hemos de observarlo en directo (ya queda poco para el Watches & Wonders), la nueva aleación sand gold me parece un concepto bastante atractivo, ya que mi mayor reserva respecto a los relojes de oro es, precisamente, su ostentosa tonalidad. Y aunque para muchos el oro blanco quizás resulta demasiado neutro y parecido al acero, esta discreta y sobria aleación resulta una opción más que destacable. Un detalle a tener en cuenta es que la aleación es resistente a la decoloración con el paso del tiempo, algo que suele ocurrir con el oro rosa, especialmente si se expone al cloro o al agua salada.
Calibre 2972
Esqueletado y con tourbillon volante
El Audemars Piguet Royal Oak Selfwinding Flying Tourbillon Openworked de oro arena está impulsado por el mismo movimiento automático esqueletizado Calibre 2972 que podemos encontrar dentro del modelo de acero, un mecanismo diseñado desde cero como un calibre esqueletizado, como lo demuestra el limpio diseño limpio del puente. Late a una frecuencia de 21.600 alternancias por hora (3 Hz) y ofrece una reserva de marcha de aproximadamente 65 horas. Sin embargo, a diferencia de la versión de este mecanismo que se monta en la versión de acero, la platina y los geométricos puentes del Cal. 2972 han recibido un tratamiento galvánico de oro arena para crear una sensación de continuidad con la caja y brazalete. En contraste con el tono cálido de los puentes, se encuentran los componentes chapados en rodio y, si bien el rotor está elaborado en oro rosa de 22k, también se le ha dado un acabado de rodio para favorecer aún más la apariencia de dos tonos del calibre.
Altamente esqueletado, no tiene realmente una esfera propiamente dicha más allá de un anillo perimetral en oro arena que alberga una escala impresa en negro de minutos y los índices horarios aplicados en oro blanco inclinados hacia el centro. El eje central acoge las manecillas de horas y minutos que con aplicación de sustancia luminiscente, el mismo material que incluyen los índices horarios para mejorar la legibilidad de las indicaciones. Por su parte, el hemisferio sur está totalmente ocupado por el tourbillon volante. La arquitectura del calibre crea una bella simetría vertical y, dado que no hay una esfera para albergar el logotipo de la firma, el nombre de Audemars Piguet queda impreso bajo las doce horas en la superficie inferior del cristal.
Profundizar en las complejidades del movimiento esqueletado nos revela un meticuloso conjunto de acabados. Desde el satinado hasta el cepillado circular y rayos de sol, pasando por el biselado y los chaflanes pulidos, el cepillado vertical y horizontal, cada detalle destila artesanía en su máxima expresión.
Exclusivo… pero en la colección estándard
Dado que la versión en acero del Royal Oak Selfwinding Flying Tourbillon Openworked ya es un reloj de seis cifras, este modelo en oro estaba destinado a ser un reloj bastante caro: bajo la ref. 26735SG.OO.1320SG.01, su precio de venta es de 250.000 CHF . Además, en lugar de producirse como una edición limitada, este nuevo modelo pasará a formar parte de la colección como una pieza estándar del catálogo junto a la iteración de acero. En la actualidad, el oro rosa juega un papel bastante destacado en la línea moderna de Audemars Piguet, y será interesante ver si el oro arena comenzará lentamente a reemplazarlo, o si bien la marca optará por mantener esta aleación patentada como una opción premium sólo destinada a piezas seleccionadas.