A menos de un mes de la inauguración de la segunda edición del Watches&Wonders, el salón organizado por el SIHH que se celebrará entre el 30 de setiembre y el 2 de octubre en Hong Kong, nos van llegando avances de algunas de las novedades que serán presentadas en dicho evento. Audemars Piguet nos adelanta una nueva referencia, el Royal Oak Offshore Tourbillon Cronógrafo Automático, cuya gran novedad reside en implementar el nuevo Calibre 2897, un movimiento de remonte automático especialmente desarrollado para este reloj, en el que destaca su masa oscilante perimetral ubicada en la parte superior del mecanismo.
El primer Royal Oak Offshore Tourbillon Cronógrafo fue lanzado en 2010, con caja de carbono forjado y un movimiento de remonte manual. Desde entonces, hemos visto varias versiones del cronógrafo tourbillon, incluyendo ediciones limitadas de titanio, platino, oro rosa, con detalles en cerámica. Este nuevo modelo luce una caja de 44 mm de diámetro y 14 mm de grosor, conformada por una amplia combinación de materiales: carbono forjado para la carrura, cerámica para el bisel, titanio y cerámica para los pulsadores, y los ocho característicos tornillos hexagonales en acero pulido.
La esfera resulta totalmente asimétrica, con una arquitectura semi-esqueletizada marcada por la gran ventana abierta entre la una y las dos horas que nos permite observar la rotación de la masa oscilante antes citada y la rueda que la engrana. Y si os fijáis, bajo el anillo de zafiro que contiene la escala de segundos, se puede ver el rotor perimetral con la mitad de su circunferencia ocupada por la masa oscilante de platino 950. Esta ventana, junto con la abertura del tourbillon ubicado a las 6 horas, provocan que el espacio disponible para los contadores sea escaso; la solución ha sido adoptar diámetros diferentes para el totalizador de 30 minutos a las 3 y el pequeño segundero a las 9 horas, contribuyendo a la asimetría de la esfera. La forzada posición desplazada del nombre de la marca no hace sino reforzar la imagen subjetiva de estar frente a un dial desordenado… aunque no exento de cierto encanto
Personalmente, la decisión de recurrir a una masa oscilante periférica me resulta muy acertada por varios motivos; el primero es que le permite presentar un grosor contenido de 8,32 mm al no sumar el espesor que le supondría su ubicación tradicional. La segunda, y tan importante como la primera, es que nos concede una inmejorable y nítida visión del Calibre 2897 a través del cristal de zafiro que cierra la trasera.
Como cabía esperar en una creación de Audemars Piguet, su nivel de decoración y acabados es espectacular. Todos los componentes han sido decorados a mano: puentes y platina rodiados, perlados, con tratamiento de chorro de arena y estirados, ángulos pulidos y los bordes de los tornillos y cavidades biseladas. Una belleza artesanal cuya decoración supone el 30% del valor del reloj terminado. Este tourbillon cronógrafo con rueda de pilares está formado por 335 componentes, late a una frecuencia de 21.600 alternancias por hora (3 Hz) y dispone de una reserva de marcha de 65 horas.
Completando un conjunto de aspecto tremendamente deportivo, esta edición limitada a 50 ejemplares se entregará con una correa de caucho y hebilla de titanio.