Con el Royal Oak Selfwinding Flying Tourbillon, Audemars Piguet sigue con su «tour de force» de final de año. Han sido bastantes las novedades que la manufactura suiza ha concentrado en este periodo final del 2020 y el protagonista de muchas de ellas es la complicación de tourbillon volante, la que nos aporta de nuevo este Royal Oak.
Solo han pasado x 22días desde que os hablábamos del Code 11.59 Tourbillon Volant Automatic en este artículo. Esta misma complicación de tourbillon volante, aunada con la ce cronógrafo, también la encontramos en el Code 11.59 Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph sobre el que publicamos este artículo el 16 de noviembre.
Hace ya tiempo que Audemars Piguet ofrece la complicación de tourbillon en su colección Royal Oak, pero el nuevo Royal Oak Selfwinding Flying Tourbillon aporta dos características inéditas en esta colección; su mecanismo de carga automático y el carácter «volante» de su tourbillon.
El que el Royal Oak Selfwinding Flying Tourbillon sea de carga automática no lo distingue en absoluto del Royal Oak Tourbillon Extraplano en una visión frontal ya que la masa oscilante del mecanismo automático solo se aprecia en una visión trasera de la caja y del movimiento. Además, tanto las dimensiones de la caja, de 31 milímetros de diámetro, como la decoración de la esfera son idénticas en ambos Royal Oak.
No obstante una observación minuciosa de la jaula del tourbillon nos desvelará una discreta pero gran diferencia; el carácter volante de este elemento. En el Royal Oak Tourbillon Extraplano apreciaremos un puente que soporta la jaula del tourbillon por su parte frontal. En el Royal Oak Selfwinding Flying Tourbillon desaparece dicho puente, lo que provoca el efecto de flotabilidad del que hacen gala los tourbillones «volantes»
Un aspecto menos definido es que Audemars Piguet ha prescindido del calificativo Extraplano en el nuevo Selfwinding Flying Tourbillon. Con sus 10,4 milímetros de grosor es evidentemente menos plano que el Tourbillon Extraplano que solo alcanza los 9 mm, pero este calificativo en un reloj nunca se puede analizar en términos absolutos.
El carácter Extra o Ultraplano de un reloj debe analizarse en función de la complejidad del mecanismo que alberga. Por ejemplo, un reloj «solo hora» de 10 mm de grosor no puede considerarse nuca como extraplano, pero, yendo al otro extremo, un reloj con tourbillon, cronógrafo, repetición de minutos y calendario perpetuo, merece sobradamente este calificativo.
Todo esto viene a cuento de que el grosor del nuevo Royal Oak Selfwinding Flying Tourbillon, tan solo supera en 1,4 mm el del Royal Oak Tourbillon de carga manual. Hasta que punto ello le desmerece como reloj extraplano, engendraría un debate inacabable ya que, como en muchos otros aspectos, el mundo de la Alta Relojería no ha establecido jamás parámetros mesurables para conceder esta distinción. En mi opinión, el Royal Oak Selfwinding Flying Tourbillon es un reloj muy plano para lo que alberga en su interior.
El movimiento que equipa este Selfwinding Flying Tourbillon es exactamente el mismo que ya vimos en el Code 11.59 Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph, el calibre 2950, que sin duda ya podemos calificar como la auténtica estrella de Audemars Piguet en este atípico 2020.
Hablar del estilo y la geometría de este reloj legendario resulta superfluo ya que es sobradamente conocido de todos. Si no es el caso de algún lector, en este artículo de nuestra sección Relojes Legendarios, puede encontrar toda la información sobre la historia y evolución de este icono de la relojería mecánica.
Audemars Piguet nos ofrece el Royal Oak Selfwinding Flying Tourbillon en tres versiones de metal de caja; oro rosa, acero y titanio. La esfera de las dos primeras recurre a su famoso decorado «Tapisserie» en una nueva versión que Audemars denomina «Evolutive Tapisserie«. Esta nueva decoración se diferencia de la conocida cuadriculada por su geometría radial, que parte del centro la esfera. EL color utilizado en la esfera de la versión de oro rosa es gris y la versión de acero recurre al azul. La variante con caja de titanio se desmarca de esta decoración en la esfera y recurre al también atractivo acabado arenado en color gris.