Audemars Piguet Royal Oak bi-tono: vuelve el acero y oro
De las referencias lanzadas por Audemars Piguet en el pasado SIHH, el nuevo Royal Oak bi-tonal ha sido una de las que ha pasado más desapercibida, eclipsada por la presentación del Royal Oak Concept Acoustic Research y del Millenary en sus versiones femeninas. Dispuestos a enmendar esta carencia mediática, hoy os presentamos este guardatiempo que, sin duda, me resulta incluso más atractivo en directo de lo que aparentaba en las imágenes servidas por la firma, sobretodo gracias a las buenas sensaciones que me transmitió una vez aposentado en mi muñeca.
Vista la escasa repercusión de la colección Jules Audemars, el Royal Oak 15400 se ha convertido en el refugio de los fans más clásicos de Audemars Piguet, una referencia que sustituye al 15300 desde hace tres años. Ciertamente, este Royal Oak es simplemente una versión del ya conocido 15400, que implementa como novedad el oro rosa en algunos de sus elementos externos… a diferencia de cualquiera de los Royal Oak a partir de la última década del siglo pasado.
Esta combinación de acero y oro siempre ha sido históricamente asociada a relojes destinados a gente de cierta edad, digamos que avanzada, mientras las preferencias generales tendían hacia la mayor polivalencia y mejor precio del acero, o adoptando el lujo definitivo que representa un guardatiempo enteramente fabricado en oro. La colección de los Royal Oak es un buen ejemplo de ello ya que, hasta ahora, combinaba diferentes colores de esfera y complicaciones sólo con acero o sólo con oro, pero no con ambas a la vez. De todas formas, dejadme recordar que el Royal Oak 5402 original ya ofreció esta versión acero y oro en 1978, seis años después de su revolucionario lanzamiento en 1972.
El nuevo Audemars Piguet Royal Oak bi-tonal (Referencia 15400SR.00.1229SR.01) recurre a la misma caja de 41 mm y 9,8 mm de espesor que el resto de 15400. Como cabía esperar, Audemars Piguet ha recurrido al oro rosa en lugar del amarillo, una tonalidad mucho más cálida que, además, combina mejor con los colores de esfera habituales en los Royal Oak: blanco, negro y azul. Los componentes fabricados en el noble material son su icónico bisel octogonal, corona, manecillas e índices aplicados, y los eslabones centrales del brazalete. La esfera se ofrece, de momento sólo en color blanco plateado.
En su interior tampoco hay novedad; el encargado de dar vida a este Royal Oak es el calibre manufactura 3120, un movimiento de remonte automático que late a 21.600 alternancias por minuto (3 Hz) y disponde de 60 horas de reserva de marcha, luciendo las funciones de horas, minutos, segundero central y fecha a las 3 horas. Gracias a la trasera de zafiro, podemos admirar su impecable acabado, rematado por su masa oscilante fabricada en oro y decorada con los escudos de las familias Audemars y Piguet.
Como la gran mayoría de aficionados a la relojería, nunca he sentido mucho aprecio por las versiones bi-tonales, sobretodo de aquellas que recurren al oro amarillo. Pero de vez en cuando, surge alguna pieza que, gracias a su particular diseño o arquitectura, resulta una combinación acertada. Este es uno de ellos, un guardatiempo por el que se pueden ver atraídos aquellos que buscan una mayor elegancia y refinamiento que la ofrecida por el simple acero, pero sin llegar a la ostentación que lleva implícita un reloj totalmente fabricado en oro, y más todavía si es con brazalete. De todas formas, no le vería demasiado sentido a esta misma referencia vestido con una correa de cuero o aligator. En este caso, mejor optar por una caja totalmente en oro, complementada con una correa de aligator marrón.