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Cuando uno de los iconos de la Alta Relojería sufre una evolución notoria, se trata sin duda de un evento que quedará marcado en el calendario para referencias futuras. Una de las características de los relojes legendarios o icónicos, es que se mantienen en el tiempo y su diseño o concepto permanece casi invariable. Cuando una marca se atreve a modificar su icono, lo tiene que tener muy claro ya que el riesgo es enorme. Pero como uno de los sellos de identidad de Audemars Piguet es su valentía y su obsesión por la innovación, en enero de este año, 18 años después de lanzar al mercado el Royal Oak Offshore, nos presentó su primera evolución notable y estable.
 Este nuevo Royal Oak Offshore, de código 26400, se presenta en tres variantes de material para su caja: acero, carbono y oro. En este análisis nos centraremos especialmente en el modelo de acero, ya que tanto por versatilidad como por precio, este será sin duda el más demandado por el mercado.
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La caja del nuevo Offshore mantiene invariables todos sus signos de identidad. Su característico bisel octogonal mantiene la forma y el diseño, pero aquí es donde se introduce una de las grandes novedades del nuevo Offshore: la cerámica que sustituye el caucho o el acero de las versiones anteriores. No es la primera vez que Audemars Piguet recurre a la cerámica para el bisel de un Offshore, pero si es la primera vez que lo hace en un modelo de producción regular.
Comparado con los materiales utilizados anteriormente, el acierto no puede ser mayor. Debido a su forma y anchura, el bisel de un Offshore en acero es un auténtico imán para los arañazos. En los modelos que se realizó con caucho aún era peor, ya que con el roce diario de la vestimenta adquiría un brillo nada favorable. La cerámica, con su extrema dureza, es por tanto la mejor y más lógica elección para este elemento tan característico de la caja de un Royal Oak. Siguiendo con esta acertada coherencia, también se aplica la cerámica en los pulsadores del cronógrafo y en la corona.
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Pero no es solo en los materiales donde evoluciona el Offshore. Sus dimensiones aumentan hasta 44 mm de diámetro, dos más que en el modelo anterior. Este aumento de tamaño incrementa la imagen deportiva del reloj, diferenciándose aun más del Royal Oak clásico. Se mantienen en el lado derecho de la caja los protectores laterales de la corona, pero en lugar de formar parte de la carrura, son piezas separadas que se atornillan a ella. Los pulsadores del cronógrafo se rediseñan totalmente integrándose en los protectores de corona y pasando de la anterior forma redonda a una geometría rectangular. Este conjunto de modificaciones aporta una mayor integración visual en la caja, y también aumenta la sensación de tamaño de esta.
Royal Oak Offshore Barrichello II

Si echamos la vista atrás, todas estas evoluciones en materiales y en ciertos detalles del diseño de la caja, son claros herederos de la edición especial Rubens Barrichello II que se lanzo años atrás. Hereda el bisel cerámico y la forma de los pulsadores del cronógrafo, aunque se omite su futurista corona y los tornillos allen, manteniendo los habituales del Royal Oak. Teniendo en cuenta que la edición especial Barrichello II ha sido una de las más buscadas y revalorizadas de cuantas se han realizado con el Offshore, la aplicación de sus signos característicos en producción regular es de una lógica aplastante. Es evidente que Audemars Piguet utiliza inteligéntemente sus ediciones especiales para sondear el mercado.

De momento, las tres versiones del nuevo Offshore solo se ofrecen con correa de caucho, pero no me cabe duda de que pronto veremos la opción del característico brazalete metálico. El caucho es menos costoso y ello repercute en el precio final, pero el acero suavizaría ligeramente su imagen de deportivo extremo.
La esfera también mantiene los códigos Offshore: decoración gran tapicería, esquema tri-compax, índices aplicados y ventana de fecha redonda. Donde sí se desmarca de los modelos de 42 mm, es prescindiendo de los enormes números horarios que los acompañan. Otro acierto total que sumar al conjunto, ya que incrementa notablemente la legibilidad y limpieza de la esfera. Los contadores son negros y contrastan enormemente con el fondo blanco. Una combinación ciertamente acertada, pero seguro que pronto veremos otras opciones de colores, tal como ocurre en el Offshore “normal”.
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El mecanismo de este Offshore es el reciente calibre 3126/3840, que está sustituyendo  paulatinamente al anterior 2326/2840 en algunos modelos del Offshore de 42 mm, como el Buemi que presentamos recientemente. Al igual que este, se trata de una construcción modular, con la base del calibre automático manufactura 3120 a la que se añade el módulo de las funciones del cronógrafo. Este tipo de esquema es menos “purista” que un diseño integrado, pero no tiene ninguna desventaja en cuanto a funcionalidad o fiabilidad. El único pero, a nivel práctico del diseño modular, es que inevitablemente añade un grosor extra, algo que por otra parte poco importa en un reloj de acentuado carácter deportivo como es este.
Naturalmente, el calibre 3126/3840 hereda todas las virtudes del calibre 3120, como son su volante de inercia variable y el puente simétrico que lo sostiene. La reserva de marcha también es la misma, con unas notables 60 horas, una cifra considerable si tenemos en cuenta que se obtiene a partir de un solo barrilete. La frecuencia de oscilación es de 21.600 alternancias por hora, lo cual es un dato conservador, pero que contribuye a obtener la citada reserva de marcha.
A pesar de que su construcción modular impide ver el atractivo de los controles del cronógrafo, los acabados de este mecanismo son de un nivel muy alto. La nueva masa oscilante del 3126/3840, como es habitual en relojes de gama alta, está realizada en oro para aprovechar su masa específica. Pero un detalle muy acertado es que se le realiza un tratamiento galvánico que le confiere su color antracita, estéticamente más acorde con el carácter deportivo del reloj.
El diámetro de este calibre, es algo mayor que el del 3120 en el que se basa, pero sigue en la banda reducida de tamaños. Realmente nunca he comprendido el porqué Audemars Piguet no diseñó su moderno 3120 con un diámetro mayor. Más teniendo en cuenta la tendencia generalizada en el mercado, y también en Audemars Piguet, de realizar relojes de cada vez mayores dimensiones. Esta desproporción entre mecanismo y caja no beneficia la apariencia estética del conjunto. Pero hay que reconocer que en este Offshore, se ha salvado bastante bien la papeleta con el diseño del bisel posterior, que otorga una imagen de robustez coherente con este tipo de reloj.
Desde el punto de vista técnico, con el uso de la cerámica, es innegable que este nuevo Offshore de 44 mm supera al “normal” de 42 mm. Desde el punto de vista estético opino que también lo mejora, especialmente en la esfera. Si estas evoluciones positivas las aplicamos al que sin duda ha sido el reloj deportivo más exitoso de las décadas recientes, la consecuencia lógica es que puede seguir reinando bastantes años más.
La duda que me asalta es si este nuevo Offshore convivirá con el anterior, o este desaparecerá paulatinamente cuando finalicen los stocks. Si conviven, lo cual dudo, habrá que buscar una clara nomenclatura para diferenciar ambos modelos. Ya veis que en este artículo he ido alternando términos como “anterior”, “de 42 mm”, “normal”… para diferenciarlos. Pero desde luego no son formas muy estéticas ni atractivas desde el punto de vista de marketing para hacerlo. Que Audemars Piguet no haya añadido ninguna coletilla al nombre del nuevo Offshore me reafirma en mi pensamiento de que a corto plazo sustituirá al anterior. Claro que hay otra opción. Si os acercáis al artículo que publiqué sobre la Edición Especial del Offshore Buemi, veréis que curiosamente se le han aplicado algunas de las características del Offshore de 44mm, pero manteniendo su tamaño de 42 mm. ¿Es una premonición?… No lo se, pero si piden mi opinión, esta sería sin duda favorable.
Este nuevo Offshore de 44 mm, es un candidato seguro al éxito. En el segmento donde se encuadra, de relojes deportivos de muy alta gama, tiene muy poca competencia. La tiene en el precio, ya que hay muchos relojes que lo igualan y superan, pero no en calidad y prestigio. Una elección perfecta como segundo o tercer reloj en una colección de muy alto nivel. Como reloj único, por una simple cuestión de versatilidad, mejor decantarse por el Royal Oak 15300 o el más purista 15202.

Watch-Test es una página web especializada en análisis y comparativas de relojes mecánicos de pulsera de alta gama y de lujo. Todos los artículos de Watch-Test son originales, independientes y exclusivos, escritos por editores referentes en el sector.
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Ingeniero geólogo, Master en Geología Marina y Master en Restauración Medioambiental, Co-fundador y editor en Watch-test. Opinión, pasión y rigor, son los pilares fundamentales que sustentan la redacción de mis artículos. La clave, disfrutar de una profesión que coincide con mi afición.

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