Diseñado en su origen como un instrumento de ayuda a la navegación pensado para los pilotos de líneas aéreas, su emblemático bisel en un solo color o bicolor se ha presentado, a través de los años, en diversas combinaciones y materiales. El primer modelo de 1955 implementaba un bisel de plexiglás, donde los colores, los números y las graduaciones se pintaban por la cara interna. En 1959, el plexiglás fue sustituido por un anillo de aluminio anodizado sobre el cual se obtienen los colores e inscripciones mediante un procedimiento de anodización que, además, confiere resistencia a la superficie.
El alumino ha durado 46 años, hasta que, tal como os comentaba antes, fue sustituido por la cerámica a partir del 2005. Llamada Cerachrom por Rolex, este material es prácticamente imposible de rayar y su color no se altera bajo el efecto de los rayos ultravioletas. Con el fin de ofrecer una legibilidad óptima sobre el disco de cerámica, los números y las graduaciones se moldean en la masa y a continuación se recubren con una capa muy fina de oro o platino en PVD.
La pregunta que siempre ha planeado sobre el GMT Master II desde que implementa el bisel Cerachrome es ¿por qué no se lanzó directamente con el bisel rojo y azul desde sus inicios?. Sencillamente porque el proceso de fabricación del color rojo en cerámica (no se puede obtener con pigmentos minerales estables) ha sido muy difícil de conseguir, lográndose con bastante posterioridad al 2005. Debido a esta dificultad, las primeras y escasas unidades se implementaron inicialmente en un modelo de poca producción: la caja de oro blanco del GMT-Master II 116719BLRO del 2014. Después de unos años, Rolex parece haber perfeccionado la técnica, lo que les ofrece la posibilidad de ofrecerlos ahora en un modelo de alta demanda como será este GMT en acero. Su diseño transmite lo que los consumidores de Rolex desean: un GMT en acero con el carácter y atractivo histórico del bisel azul y rojo.
Con su visualización tradicional por medio de aguja de las horas, minutero y segundero, aguja 24 horas y bisel giratorio bidireccional con disco Cerachrom graduado 24 horas, el GMT-Master II permite leer de forma simultánea la hora de dos husos horarios: ya sea la hora local y la hora de referencia, o bien la hora local y la de otro huso horario. La fecha, en la posición de las 3 h, está sincronizada con la visualización de la hora local.
No siempre ha sido así: en el GMT-Master original, la aguja tradicional de las horas, la de los minutos y la aguja 24 horas estaban sincronizadas: Fue así hasta 1982, cuando Rolex introduce un nuevo calibre que permite ajustar la aguja de las horas de forma independiente de la de los minutos y de la aguja 24 horas. Con el fin de resaltar esta evolución y de evitar cualquier confusión con los GMT-Master existentes, los modelos dotados con este movimiento optimizado se bautizaron como GMT-Master II.
Pero no es ésta la única novedad que atañe al GMT Master II. En primer lugar, y la más visible y evidente, es que en vez del habitual brazalete de tres eslabones, la versión Pepsi se acompaña de un brazalete Jubilé, creado específicamente para el lanzamiento del modelo Oyster Perpetual Datejust en 1945, y que actualmente se restringe para los Datejust. Esta pulsera está fabricada de Oystersteel y dispone del cierre Oysterlock, que permite la comodísima extensión Easlylink que permite ajustar en 5 mm su longitud. El uso de este brazalete se ajusta al legado del producto de la marca y, lo que es más importante , no crea confusión en cuanto a si el reloj es el de oro blanco del 2014 o el nuevo en acero si lo ves como un observador casual. El modelo de oro blanco de seguirá siendo, de momento, el único GMT-Master II con bisel rojo y azul y el brazalete Oyster de tres eslabones.
Como siempre, la comodidad de la caja Oyster es absoluta, adaptándose a la muñeca como un guante. En ella no influye en absoluto en su ergonomía el hecho de adoptar el brazalete Jubilé. Manteniendo su hermeticidad de 100 metros, la caja Oyster de 40 mm muestra un leve rediseño en las asas y flancos de la carrura, visible sobretodo en los protectores de la corona, que son un poco más grandes. Aunque sean sutiles, estos cambios mejoran la estética de la anterior generación, ganando en contundencia y solidez.