Pieza esencial en la historia de Bell & Ross el BR 01 es esencialmente un instrumento de aviación en una caja cuadrada. Después de lanzarse los más moderados BR 03, Bell & Ross decidió ampliar y extremar su diseño con un símbolo bélico que, históricamente, lucían los luchadores más formidables para demostrar su valentía y protegerse de la mala suerte. Bell & Ross ha presentado múltiples versiones durante esta última década, y ahora nos llega una última e inesperada versión de estética futurista, el BR 01 Cyber Skull.
El tradicional y orgánico BR Skull ha sido rediseñado, tanto visual como mecánicamente, para crear el BR 01 Cyber Skull, un reloj que toma una nueva dirección estética con una caja y una esfera que son sorprendentemente modernas y donde las curvas parecen estar prohibidas. Recurre a líneas rectas y polígonos que conforman una imagen que parece el modelado 3D en realidad virtual del cráneo de un supervillano de ciencia ficción (¿os acordáis del Doctor Doom, la gran némesis de los 4 Fantásticos en el Universo Marvel?).
De lados cortados y bordes afilados, la silueta angular del BR 01 Cyber Skull también recuerda la del avión de combate invisible F-117 Nighthawk. Su caja está modelada como su fuselaje, con toda su superficie facetada para desaparecer del radar y parecer invisibles. Las rectas delimitan los polígonos que se enlazan sucesivamente para formar la superficie del cráneo y las tibias cruzadas. Aunque simple, el diseño está muy bien conseguido, con una acertada coherencia entre todos sus elementos. De hecho, es uno de los Skull o Laughing Skull que más me gustan, si no el que más.
Con unas medidas de 45 mm de ancho y 46,5 mm de alto, tanto la caja como el cráneo están fabricados en cerámica negra de aspecto mate, al igual que las tibias cruzadas que se asientan sobre los puentes que aseguran el movimiento a la caja en cada esquina. Realmente, da la impresión de que la calavera está flotando dentro de la caja, algo a lo que colaboran los minimalistas índices horarios de tipo bastón transferidos directamente en la parte interior del cristal de zafiro.
A diferencia de la mayoría de los relojes de Bell & Ross que se basan en los movimientos de ETA o Sellita, implementa el mismo calibre autómata que el Laughing Skull, el BR-CAL.206 desarrollado por Concepto, un especialista en movimientos que atiende principalmente a marcas independientes. Incorporando una mandíbula inferior que se abre y se cierra al darle cuerda al reloj, este movimiento está diseñado para adaptarse a la geometría de la calavera para quedar oculto en su parte inferior. La placa base sigue la forma del cráneo, mientras que los puentes se extienden hasta las cuatro esquinas de la caja, ocultos por las tibias.
El barrilete está ubicado a las seis en punto, mientras que el tren de engranajes se ciñe al borde del cráneo y el órgano regulador, visible en la esfera sobre la frente de la calavera, se ubica a las 12 en punto.
Las actualizaciones en material y diseño conllevan un aceptable aumento del 10% respecto al del Laughing Skull, situándose en los 9.900 euros.