La aeronática es sin duda la gran fuente de inspiración que guía la mano de los diseñadores de Bell & Ross. Desde sus inicios, la búsqueda de diseños que proporcionaran una elevada legibilidad ha sido constante. A base de lanzar versiones con una buena acogida por parte del mercado, los BR 01 y BR 02 se convirtieron en la base de su oferta, tomando su geometría cuadrada como elemento claramente diferenciador.
Pero llega un momento en que el mercado pide alternativas, y Bell & Ross reaccionó rápidamente relanzando su colección Vintage de finales de los 90, pasando de tener como referencia los instrumentos aeronáuticos de cabina a inspirarse en la historia de los relojes de aviación. Dentro de ella, la línea Vintage BR recibió en la pasada feria de Basilea los nuevos modelos BR 123 y 126 Sport Heritage.
Este lanzamiento no se ha limitado a estos dos guardatiempos de producción regular, sino que se complementan con otros dos modelos que, en ediciones limitadas llamadas Falcon, rinden homenaje al afamado avión del mismo nombre. Analizaremos los cuatro modelos en su conjunto para finalmente, en el apartado de puntuación, valorar cuantitativamente el BR 123.
Caja
El acero con acabado pulido es el material utilizado para la fabricación de esta caja de 41 mm. De formas suaves y redondeadas, las asas resultan una prolongación de la caja, consiguiendo un conjunto de diseño estilizado que junto a un diámetro ideal resulta muy cómodo de llevar.
Un cristal abovedado de zafiro con tratamiento anti reflejos protege la esfera. Muchas piezas que adoptan cierto aire histórico, recúrren a esta arquitectura combada del cristal, utilizando el plexiglas para su construcción para mantener una mayor fidelidad respecto a los materiales utilizados en la época. En cambio, estos Vintage de Bell&Ross presentan el cristal en zafiro, obteniendo una resistencia física muy superior, a la vez que conservan la estética abovedada tan característica de la época: buena decisión. Los efectos distorsionadores que podemos observar justo en las zonas de mayor curvatura del cristal no hacen sino aumentar su encanto.
Una de las características diferenciales de los Sport es el bisel negro graduado a 60 minutos, con índices cada cinco minutos y cifras cada diez minutos. ¿Su función? Debido a que es fijo, se limita a ser un elemento simplemente decorativo, mostrando una segunda escala horaria complementaria a la que presenta la esfera. No será útil, pero personalmente mejora estéticamente el reloj.
En la carrura derecha encontramos la discreta corona, acompañada de los pulsadores cronográficos en el caso del BR 126.
Un fondo de zafiro cierra la trasera, completando un conjunto que consigue los 100 metros de estanqueidad, una cifra más que correcta que nos permitirá disfrutar sin problemas de la natación y deportes acuáticos.
Esfera
Con un color negro mate, la esfera se encuentra dominada por las grandes cifras arábigas a las 3, 6, 9 y 12 horas en el BR 123, mientras que en el cronógrafo BR 126 de configuración bicompax quedan restringidas a las 6 y 12 horas, con los totalizadores de 30 minutos y de segundos ocupando las 9 y 3 horas respectivamente. Para dejar el espacio necesario, los números se disponen más cerca del perímetro respecto el BR 123.
Impresos con la tipografía habitual de Bell & Ross, se complementan con pequeños índices cada minuto y con índices más largos cada cinco minutos.
Las agujas de horas y minutos, de formas romboidales, están recubiertas en su mayoría, al igual que cifras e índices, con material luminiscente de color arena, otorgándoles un tono que podemos considerar como envejecido o vintage, que intenta imitar la pátina que presentan con el paso del tiempo los materiales luminiscentes utilizados en décadas pasadas.
Acompañando a estas agujas, una delgada manecilla blanca en posición central nos muestra el transcurrir de los segundos. Entre las 4 y 5 horas implementa una a mi parecer excesivamente pequeña ventana redonda con la fecha.
Ambos modelos sitúan el nombre de la marca impreso bajo las doce horas, pero mientras el BR 123 lo equilibra a las seis horas con la leyenda «automatic», «water resistant» y «1oom», el BR 126 sustituye la segunda por «chronograph». En ambos casos, demasiada literatura en el dial, sobretodo si la información servida la encontramos también grabada en la trasera.
Aún así, el conjunto de la esfera ofrece una muy buena legibilidad gracias a su diseño sobrio y equilibrado.
Calibre
Ambos modelos reciben movimientos ETA: el BR 123 utiliza el calibre automático 2892, mientras que en el BR 126 implementa el calibre cronógrafo automático 2894, resultado de implementar al 2892 un módulo cronográfico. En él, Bell & Ross mantiene la función de fecha pero elimina el contador de 12 horas, obteniendo la configuración bicompax antes descrita. Ambos se sitúan en la gama alta de los movimientos ETA: el 2892 es uno de los calibres más exitosos y reconocidos producidos por esta empresa del grupo Swatch. Es especialmente remarcable el escaso espesor: sus 3,6 mm permiten que el BR 123 presente un grosor muy contenido, contribuyendo a su comodidad de uso, al igual que el BR 126, que os mostramos en la imagen inferior, con un grosor superior debido al módulo cronográfico.
Un poco justas son las 42 horas de reserva de marcha que nos ofrece, no llegando ni a los mínimos exigibles de los dos días. Aunque ésta es una valoración personal, y muchos podréis pensar que no viene de cuatro horas, en alguna cifra hemos de situar el listón: el poder dejar un fin de semana el reloj sin cargar nos marcaría esas mínimas 48 horas.
Correa y brazalete
Tanto el automático como el cronógrafo se encuentran disponibles con correa negra de caucho tramado o con brazalete de acero. Es una lástima que Bell & Ross no utilice una correa de cuero envejecido para completar y reforzar su carácter vintage, pero entre la correa de caucho y el armis, me quedo sin duda con el segundo. Su construcción es excelente, muy sólido y de tacto agradable, con eslabones intermedios pulidos entre los laterales cepillados.
La comodidad con ambas piezas es muy buena, sujetando bien el reloj a la muñeca, sin signos aparentes de cabeceos. A todo ello ayuda la medida de la caja y su grosor contenido.
Ediciones especiales Falcon
Como antes hemos comentado, paralelamente al lanzamiento de los BR 123 y 126 Sport Heritage, Bell & Ross ha preparado una edición especial de ambos modelos limitadas a 500 unidades, dedicadas al 50 aniversario de la aparición del Mystère Falcon 20, el afamado avión privado fabricado por Dassault Aviation a principios de los sesenta.
Como no podía ser de otra forma, ciertos elementos estéticos los diferencian claramente de sus hermanos de producción regular:
- Esfera de color marrón.
- Silueta blanca serigrafiada del avión Falcon sobre las seis horas, con la leyenda «Limited Edition» en rojo.
- Correa de cuero marrón.
- Logotipo metalizado de los 50 años del Falcon sobre el fondo de zafiro formando parte de la leyenda «5o years of passion and innovation», junto al número de edición limitada.
Estos modelos estarán sólo a la venta en boutiques y en las boutiques electrónicas de la firma.
No he sido nunca un gran fan de las esferas de color marrón, así que, aunque le reconozca cierto encanto, me sigo quedando con los Sport Heritage estándar.
Conclusiones
Una de las máximas que los relojes de Bell & Ross deben cumplir es legibilidad y funcionalidad, y con los nuevos Vintage BR 123 y 126 Sport Heritage, se cumplen a rajatabla. Su facilidad de lectura es evidente gracias a una esfera sencilla y nítida, aunque no estaría de más que se hubieses ahorrado las definiciones serigrafiadas en ella.
Sus medidas son perfectas, aportando una gran comodidad de uso sea cual sea la correa o armis escogido. Un diseño atemporal y sin estridencias, ayuda a su polivalencia, aunque el color arena del material luminiscente utilizado puede influir negativamente en el cliente que busque una pieza más elegante. En ese caso, debería decantarse por el Vintage BR 126 Sport, con agujas tipo espada y sin el toque vintage que le otorga dicho tono arena.
Los calibres ETA utilizados son correctos, fiables y resistentes, ampliamente implementados y probados en relojes de alta gama. Dos únicos «peros» los podemos encontrar en la construcción modular del cronógrafo 2894 (personalmente me decanto por los cronógrafos integrados como el Valjoux 7750), y en una muy justa reserva de marcha de 42 horas.
Según los precios que nos ha facilitado la marca, el BR 123 tendrá un PVP de 2.200 €, mientras que el cronógrafo BR 126 costará 3.200 €. Estaremos atentos a confirmar estos precio, pues me parecen un poco por debajo de su precio real si los comparamos con los modelos actuales de la firma con características similares.
Pieza totalmente recomendable como primer reloj por su polivalencia, si nos decantamos por un diseño con cierto «look» vintage, tanto en su versión de tres agujas como por el cronógrafo. Recomendable su compra con brazalete.