Siguiendo la tónica del año pasado, Blancpain ha centrado sus novedades en las colecciones Villeret y Fifty Fathoms. Entre los primeros cabe destacar que las dos referencias principales se basan en las mismas funciones de fecha y día de la semana, los Villeret Jour date y Villeret Semainier Grande Date 8 Jours, acompañados como viene siendo habitual por un modelo femenino, el Villeret Quantième Phases de Lune, y un métier d’art, el Villeret 8 Jours Manuelle, esta vez inspirado en el icónico Matterhorn. Por su parte, la colección Fifty Fathoms recibe una nueva versión azul en su tamaño más reducido de 38 mm, aunque la que personalmente más me ha gustado ha sido la sorpresa vintage del Fifty Fathoms Automatique.
Villeret Semainier Grande Date 8 Jours
Si el Villeret Jour Date es elegante, el Villeret Semainier Grande Date 8 Jours lo es aún más. Sencillamente precioso. Prescindiendo de la polivalencia que el acero concede al Villeret Jour Date, este reloj está fabricado en oro rojo, beneficiándose así de la insuperable calidez que transmite este noble metal. Su caja aumenta de diámetro hasta los 42 mm, una medida que se sitúa en el límite para un reloj de estas características y una muñeca de tamaño medio. Como no es mi caso, me parece un tamaño perfecto.
Su esfera blanca destaca tanto por los elementos que en ella se disponen como por su espectacular esmaltado Grand Feu. La escala horaria está formada por numerales romanos esmaltados, luciendo una estética que personalmente me gusta más que la conseguida mediante numerales aplicados. La complicación del día de la semana se ubica en una suave concavidad practicada en la esfera a las 9 horas, y es indicada mediante una manecilla azulada, el mismo color que exhibe la aguja serpentina de la función del número de la semana mientras recorre cada una de las 53 posiciones de la escala perimetral.
Por último aunque no menos importante, tenemos las dos ventanas de la Grande Date a las 6 horas, completando una esfera asimétrica que puede llegar a verse descompensada y desequilibrada en aquellos lapsos de tiempo en que las manecillas se encuentren en la parte izquierda del dial. Esto no sería ningún problema para mí, más bien lo contrario; me gusta el dinamismo que le confiere esta asimetría, aunque entiendo que a más de uno le pueda incluso llegar a molestar ver ese espacio vacío en la parte derecha de la esfera.
Como es habitual en Blancpain, los correctores de las funciones se encuentran bajo las asas, pudiéndose ajustar con una simple presión efectuada con un dedo. De este modo se consigue crear una caja con una estética lo más pura posible. El corrector situado a la altura de las 11 horas permite la modificación del día, y el situado a la una, la semana. En cuanto a la fecha grande, el cambio se realiza mediante la corona.
Para dar vida a tan excepcional «envoltorio», Blancpain ha creado el calibre 3738G2, un movimiento de remonte automático con tres barriletes que garantizan una impresionante reserva de marcha de ocho días, así como con un volante de titanio de inercia variable dotado de tornillos micrométricos de regulación de oro y de una espiral de silicio totalmente amagnética.
Villeret Jour date
La expresión clásica más minimalista de Blancpain presenta, por primera vez en solitario, las complicaciones de fecha y día de la semana. En caja de acero de 40 mm de diámetro, 10,40 mm de grosor, bisel doble pomme y esfera blanca mate, este reloj completa la oferta de los Villeret, y se sitúa a medio camino entre el sólo fecha y el Quantième Annuel GMT presentado el año pasado.
Sin llegar a la elegancia del Villeret Semainier Grande Date 8 Jours con esfera Grand Feu, el Jour Date exhibe un diseño impecable por su nitidez y pureza. Sobre la antes citada esfera blanca se disponen los once índices romanos aplicados que dejan disponible la posición de las tres horas para ubicar en ella las dos ventadas correspondientes a las complicaciones de día de la semana y fecha. Las delicadas manecillas caladas en forma de hoja se acompañan por un pequeño segundero sobre las seis horas simplemente delimitado por el círculo imaginario que conforma su escala perimetral.
En su interior late el calibre automático 1160D que, incluyendo una espiral de silicio, tiene una excelente reserva de marcha de 72 horas (3 días). Este mecanismo lo podemos admirar a través del cristal de zafiro que cierra la trasera.
Villeret Quantième Phases de Lune
Este nuevo reloj femenino muestra la cara más poética de la relojería, la fase lunar. Presentado en dos versiones de oro rosa o acero, la caja de 29,50 mm del VIlleret Quantième Phases de Lune implementa un bisel con engaste de 48 diamantes, una técnica que se repite en los índices horarios en sus posiciones no cardinales, donde son sustituidos por numerales romanos. A la función de fase lunar se le suma la de fecha mediante aguja central y escala circular.
El indicador de las fases de la luna está compuesto por una rueda de 59 dientes, de modo que el disco de las fases lunares incluye dos ciclos completos de 29,5 días. Por ello, la luna está representada dos veces sobre el disco animado por dicha rueda. Ilustra una divertida anécdota, pues la mosca que se encuentra justo al lado de la sonrisa significaba en el Antiguo Régimen francés una actitud alegre. Las damas de la Corte empleaban las moscas y su ubicación como mensaje para sus interlocutores masculinos.
Como todos los relojes fabricados por Blancpain, este Villeret implementa un mecanismo mecánico, el calibre 913QL. Este movimiento de remonte automático dispone de una reserva de marcha de 40 horas, y es visible a través de su fondo de cristal de zafiro.
Además de la evidente diferencia entre las referencias en oro rojo y acero, hay una característica de éste último que lo hace especial: se entrega junto a un estuche dotado de un kit de cinco brazaletes intercambiables en distintos colores y materiales. Los tres de aligátor son de color rojo, azul noche y celeste, el de avestruz es blanco y el último de satén negro. Para retirar el brazalete basta con presionar las barritas dotadas de un espigón en su parte posterior.
Villeret 8 Jours Manuelle
En claro homenaje patrio, Blancpain presenta esta pieza única en una nueva demostración de su capacidad artística realizada en oro rojo y shakudō, una aleación de oro y cobre muy apreciada por la marca, que ilustra un combate de vacas ante la emblemática montaña suiza Matterhorn.
Íntegramente grabadas a mano, las dos piezas se fijan mediante minúsculos pernos sobre la esfera realizada en shakudō. Tras unir el conjunto, se patinan con la técnica del rokushō mediante un baño de sales de cobre. El color de la pieza varía en intensidad y reflejos en función del número de inmersiones que se hagan en la solución salina. Así, los matices y el efecto de profundidad de los relojes son diferentes según la sensibilidad del grabador y su manera de utilizar el rokushō. Un maestro artesano que trabaja con herramientas extremadamente precisas se encarga de grabar a mano el logotipo de Blancpain y el Matterhorn.
Como podéis ver, el collar de ambos animales está fabricado en oro amarillo, integrada sobre las piezas de oro rojo mediante la técnica del damasquinado. Esta consiste en labrar una cavidad que posteriormente se rellena con otro metal, en este caso con oro amarillo, que posteriormente se martilla y aplana con el fin de unificar las superficies.
Fifty Fathoms Automatique
La sorpresa más agradable nos la hemos llevado con la re-edición de uno de los modelos vintage del icónico Fifty Fathoms, conocido como MIL-SPEC 1 y caracterizado por implementar una pastilla que delataba cualquier fallo de hermeticidad.
El Fifty Fathoms nació en 1953 de la mano de Jean-Jacques Fiechter, CEO de Blancpain durante tres décadas (1950 a 1980). Entregado a la marina francesa como un instrumento que respondía a todos sus criterios, el reloj logró superar de manera brillante todas las pruebas y se convirtió en uno de los componentes esenciales del equipo de nadadores de combate del ejército francés. Para ello fueron necesarias varias patentes, entre las que destaca el bisel giratorio unidireccional que ahora resulta imprescindible para que cualquier reloj de submarinismo pueda ser calificado como tal.
Jean-Jacques Fiechter siguió preocupándose por la seguridad de los buzos y muy pronto incorporó una primera función adicional: una pastilla de hermeticidad. ¿Cuál era su función?. Si por cualquier motivo un líquido cualquiera lograra introducirse en el interior de la caja, el disco situado a la altura de las 6 horas señalaría el problema pasando del color blanco al rojo. Por supuesto, los relojes de buceo solían ser mucho más susceptibles a la niebla o las entradas de agua y aunque el Blancpain Fifty Fathoms era considerado un ejemplo en cuanto a la estanqueidad, el indicador era una forma práctica de saber en todo momento la salud general de la hermeticidad del reloj. Ahora, las probabilidades de que este indicador entre en acción en este moderno reloj de buceo resistente a 300 metros parece bastante improbable, pero es de admirar cómo Blancpain se mantiene fiel a este elemento vintage.
Dicha pastilla está presente en la esfera del modelo Fifty Fathoms MIL-SPEC 1, puesta a punto por Blancpain en 1957-1958 para satisfacer las exigencias militares más estrictas. En marzo de 1958 la marina americana también adoptó el Fifty Fathoms para lucir en las muñeca de los nadadores de combate americanos y se convirtió en la referencia para el desarrollo futuro de un reloj de fabricación americana. Mientras tanto, Blancpain firmó dos contratos sucesivos para equipar a los miembros de las unidades de élite UDT y Seals, primero con piezas MIL-SPEC 1 y luego, a principios de la década de 1960, con los MIL-SPEC 2, más conocidos como Tornek-Rayville TR-900. La marina americana exigió la presencia de la pastilla de hermeticidad en todos estos modelos.
Los F.F. Bathyscaphe me gustan, pero sin duda me quedo con los Fifty Fathoms que recuperan parte del diseño vintage de los años 50… aunque si bien es cierto que no me compraría precisamente esta referencia como único Fifty Fathoms, ya que la pastilla blanco-naranja resulta demasiado llamativa para mi gusto en caso de querer llevarlo como reloj diario.
Lanzado en una edición limitada a 500 unidades, el Fifty Fathoms Automatique se entrega con una resistente correa de tela.
Fifty Fathoms Bathyscaphe 38 mm
Abandonando el color blanco que presidía las referencias de 38 mm del Fifty Fathoms Bathyscaphe, esta nueva versión del modelo de tres agujas adopta el reconocible color azul de algunos de sus hermanos mayores de 43,60 mm. Su caja de acero satinado incorpora a su bisel giratorio unidireccional un anillo cerámico azul con índices en Liquidmetal, el mismo color que exhibe su esfera satinada con efecto rayos de sol.
Debido a su tamaño más reducido, el calibre 1150 de 26,20 mm sustituye al 1350 de 30,60 mm. A pesar de no poder mantener las excepcionales 120 horas de reserva de marcha de 1350, la cifra alcanzada es casi igual de espectacular: 100 horas.
Blancpain lanzó el Fifty Fathoms Bathyscaphe de 38 mm pensando exclusivamente en la mujer, vistiéndolo con bisel y esfera blanca, y acompañado de diversas correas de colores vivos. No digo que la versión que nos ha presentado no esté también enfocada al mercado femenino, pero tanto por su estética idéntica a los modelos masculinos como por entregarlo junto a una robusta correa de tela, hace que sea una buena opción para aquellos hombres que, ya sea por sus preferencias o porque tengan una muñeca pequeña, buscan un reloj de submarinismo de tamaño inferior al habitual.