Gracias a sus propiedades mecánicas y físicas, el acero es el material elegido para fabricar la inmensa mayoría de relojes de submarinismo. Resistente a la corrosión por agua salada, presenta una buena dureza y resistencia a la abrasión a la vez que permite ser pulido y recuperar así su estado original sin excesivos problemas. Pero como el que manda es el mercado, cada vez hay más firmas que incluyen en su portafolio divers fabricados en oro, destinados a aquellos clientes para los que la ostentación y el lujo adquiere un papel preponderante por encima de su ADN como reloj-instrumento. Este es el caso de la referencia que hoy os presentamos, una versión de uno de los mayores iconos de la relojería, el Blancpain Fifty Fathoms: creado en 1953, fue el primer reloj de buceo moderno y el que sentó las bases que hoy definen esta categoría. No es la primera vez que Blancpain presenta un Fifty Fathoms en oro, pero sí que es la primera que reúne este preciado metal con una esfera azul… fabricada en cerámica.
La cerámica es un material cada vez más usado en relojería, sobretodo para realizar cajas y biseles, gracias a una dureza seis veces superior al acero. A pesar de lo complejo que resulta trabajarlo y fabricarlo, la apuesta de Blancpain por este material se debe a la profundidad cromática que le permite obtener. Así, el nuevo Fifty Fathoms Automatique presenta una tonalidad muy diferente al que exhiben las habituales esferas azules, mostrando unos reflejos de cobalto más grisáceos que contrastan con el soleado del centro de la esfera y el disco horario mate. Podemos compararlo, por ejemplo, con el espectacular Fifty Fathoms Ocean Commitment III que os presentamos hace un par de años.
Con su inconfundible bisel giratorio unidireccional coronado por un anillo abovedado de zafiro, el Fifty Fathoms es hermético hasta los 300 metros.
La legibilidad de la esfera es perfecta gracias a cuatro numerales arábigos en las posiciones cardinales acompañados de visibles índices triangulares, dos grandes agujas de horas y minutos y una trotadora central de punta roja. Todos estos elementos incluyen abundante aplicación de sustancia fotoluminiscente. Por último, la discreta ventana de fecha se abre a las 4:30.
Como cabía esperar, el mecanismo que late en su interior es el calibre automático 1315. Su principal característica es la excepcional reserva de marcha de 120 horas que le proporcionan sus tres barriletes conectados en serie. Y por si fuera poco, cuenta con un volante y espiral fabricados en silicio, que le confiere su capacidad amagnética.
Entregado con una correa de cuero barennia de color azul, su precio es de 33.710 €.