Hubiese apostado a que la genialidad del MoonSwatch (artículo) no se quedaría ahí. No serían lógico. También admito que no hubiese adivinado que la segunda fase cambiaría Omega por Blancpain, pero ello demuestra que el éxito de esta innovadora estrategia de marketing y comunicación ha superado las expectativas más optimistas. Está claro que los estrategas de mercado del Swatch Group, que disponen de todas las cifras, han seguido la vía lógica; si algo funciona, ¿porqué no repetirlo?.
El beneficio que ha producido la operación MoonSwatch ha sido por partida doble. Por una parte ha generado y sigue generando una demanda inacabable, lo que implica un beneficio económico para Swatch y también una vuelta a lo más alto de la palestra de una marca y un concepto de reloj que muchos daban como acabado. Por otro, aun más importante para el grupo relojero, se ha conseguido que uno de los grandes iconos de la relojería de alta gama, el Speedmaster Moonwatch, deje de ser un fetiche reservado para entendidos y coleccionistas para pasar a ser reconocido por el gran público, lo que ha provocado que sus ventas también se disparen.
Ahora, Swatch ha decidido repetir la misma estrategia, pero esta vez con otra marca histórica, como es Blancpain, y con otro gran icono de la relojería; el Fifty Fathoms, considerado el primer reloj de buceo profesional de la historia diseñado específicamente para tal fin. Este Blancpain X Swatch se puso a la venta el pasado día 9 de este mes y por lo visto la cola que se generó en la nueva boutique Swatch del Passeig de Gracia barcelonés fue impresionante. Por tanto, esta claro que el fenómeno se repite.
A nivel de producto, la estrategia ha sido la misma que se siguió con el MoonSwatch. Como es lógico, la base de diseño y la geometría de estos Blancpain X Swatch es la misma que la del reloj que emulan; el Fifty Fathoms. Al igual que en los Omega X Swatch se ha recurrido a la biocerámica para elaborar la caja. El bisel giratorio unidireccional emula a la perfección el diseño y la funcionalidad del original. En la carrura de la caja se ha reproducido el característico grabado que encontramos en los Fifty Fathoms aunque, lógicamente, en lugar de Blancpain lo que leemos es Swatch.
Las dimensiones de caja de los Blancpain X Swatch son de 42,3 mm de diámetro por 14,4 de grosor. Un detalle muy significativo es que garantizan una hermeticidad de 9 bares, lo que equivale en estático a aproximadamente 91 metros de profundidad, más de lo que descenderá en las profundidades nadie que noo practique el buceo profesional de saturación.
A partir de estas características comunes, se crean 5 versiones distintas que se distinguen por el color de su caja, de su esfera y de sus correas. Son la mitad que las diez versiones que se ofrecen del MoonSwatch, pero no dejan de ofrecer una diversidad que satisfará la mayoría de gustos personales.
Dado que el nombre del reloj original no permite una composición tan genial como fue MoonSwatch (en lugar de Moonwatch), Swatch ha sido pragmática y se ha limitado a denominar esta colección como Scuba Fifty Fathoms. Acorde con el carácter de buceo de este histórico reloj, se ha recurrido a los cinco océanos de la tierra para denominar cada una de las cinco versiones. Así, tenemos el Arctic Ocean, el Pacific Ocean, el Atlantic Ocean, el Indian Ocean y el Antarctic Ocean.
Intuyo que la versión que generará más demanda será la Antarctic Ocean, que podemos ver en la imagen superior. Sin ser tan parecida a la original como la versión Mission to Moon de SmartSwatch, comparte con ella que es la más discreta y por tanto versátil, aunque una esfera negra hubiera sido perfecta.
Parece ser que el motivo de esta deliberada infidelidad cromática se debe a que no se ha querido dar la sensación de que se están ofreciendo copias baratas del Fifty Fathoms, sino un producto claramente distinto. Ello también se demuestra en las cuatro restantes versiones que podemos ver arriba. De izquierda a derecha y de arriba abajo: Arctic, Pacific, Atlantic e Indian. Está claro que, con la relativa excepción del azul de la versión Atlantic, se han empleado tonalidades intencionadamente estridentes, e incluso diría que divertidas.
Una notable diferencia con respecto a los MoonSwatch es que además de la diferenciación de colores, Swatch ha personalizado los cinco Scuba Fifty Fathoms con detalles que también se refieren a variantes específicas del Fifty Fathoms de Blancpain y que en algún caos son incluso de carácter técnico.
En este sentido, la versión Ocean Arctic nos muestra a la altura de las seis horas un circulo en cuyo interior encontramos un trébol rojo sobre fondo amarillo tachado con una cruz blanca y la frase «NO RADIATIONS». Ello proviene de una serie de relojes Fifty Fathoms de la década de los sesenta, destinados a uso militar y denominados «Mil-Spec» que incluían este símbolo en su esfera, declarando que no se utilizaban materiales derivados del radio como elementos luminiscentes.
De forma análoga, la versión Ocean Antarctic incluye en la misma ubicación de su esfera otro, aunque en este caso la inspiración es distinta. Se trata de un indicador de contacto con el agua, que cambia de color cuando detecta la presencia de líquido. Este sensor era una característica típica de los relojes de buceo de uso militar. Por su parte, las versiones Atlantic, Pacific e Indian incluyen un. fechado por ventanilla situado entre los índices de las 4 y las 5 horas.
Finalmente llegamos al aspecto que más diferencia el concepto técnico de los Blancpain X Swatch de los Omega X Swatch; el ingenio que les da vida. Mientras en los MoonSwatch encontrábamos un movimiento de cuarzo, los Scuba recurren al calibre SISTEM51. Este revolucionario sistema mecánico, lanzado en el 2013, es un movimiento mecánico de carga automática, enteramente desarrollado y fabricado por Swatch en Suiza, que aporta una gran eficacia y un coste de producción extremadamente bajo. Entre sus cualidades se cuenta su carácter amagnético y su extraordinaria reserva de marcha de 90 horas, un conjunto de características difícilmente imaginable antes del SYSTEM51.
Deduzco que el motivo por el cual este movimiento no fue utilizado por el MoonSwatch es que este requería la funcionalidad de cronógrafo, algo de lo que carece el SYSTEM51. El cristal de zafiro del fondo de los Scuba Fifty Fathoms permite ver el reverso del SYSTEM51 y la alegre decoración que personaliza el fondo oceánico de cada una de sus cinco versiones.
El precio de los Blacnpain X Swatch, de 390 €, es un poco más elevado que el de los MoonSwatch, pero igualmente ridículo si tenemos en cuenta todo lo que ofrecen. Solo hay que pensar que es un precio equivalente o incluso inferior al de la correa de un Fifty Fathoms. No me cabe duda; el éxito de los Scuba Fifty Fathoms de Swatch está garantizado. Solo recordar a los interesados que, al igual que los Moonswatch, la producción de estos relojes no está limitada. Por tanto, no hace falta recurrir a especuladores para obtenerlos, solo hace falta paciencia.
