Hace escasos días os anunciábamos la incorporación del chef español Martín Berasategui como amigo de Blancpain. Para celebrar esta colaboración, el pasado martes tuvo lugar la comida de presentación en el establecimiento insignia de Martín Berasategui en Barcelona, el Restaurante Lasarte del Monument Hotel, en la que pudimos disfrutar tanto de su personal simpatía como del exquisito y extraordinario nivel de su savoir faire culinario. Durante el evento, Blancpain hizo entrega al chef del reloj que a partir de ahora llevará Martín en su muñeca para medir los tiempos de sus creaciones culinarias, el Blancpain Villeret Pulsometer Flyback Chronograph, un exquisito y elegante guardatiempo que os presentamos hace cuatro años en este extenso artículo.
La excelencia de la cocina de Martín Berasategui es mundialmente reconocida, y una muestra de ello es que, con catorce restaurante y un total de ocho Estrellas Michelin, es el cocinero español más galardonado, siendo además el único chef «tri-estrellado» en la historia de la Guía Roja en España. El donostiarra exhibe las tres Estrellas Michelin de su “casa madre”, el Restaurante Martín Berasategui en el pueblo de Lasarte – Oria del País Vasco, las dos del Restaurante M.B situado en el lujoso hotel The Ritz-Carlton Abama en la isla de Tenerife, y las tres del Restaurante Lasarte de la Ciudad Condal, la última de ellas concedida el año pasado.
Berasategui llegó en 2006 a la capital catalana de la mano de la familia Cadarso, para hacerse cargo del restaurante del Hotel Condes de Barcelona.Tras una exhaustiva reforma integral llevada a cabo recientemente para convertirse en el 5 estrellas GL Monument Hotel, el primero en beneficiarse de ella ha sido, justamente, Lasarte. El nuevo restaurante sorprende por su aspecto mucho más moderno y vanguardista con espacios más amplios y luminosos. El proyecto de rehabilitación ha sido obra de los arquitectos Oscar Tusquets, Carles Bassó y Tote Moreno y el interiorismo es una colaboración de Oscar Tusquets y Mercè Borrell. El énfasis en la luz, las texturas con predominio de la madera de roble y la selección de mobiliario, han sido la base principal de todo el proyecto para dotar al restaurante de una personalidad única donde disfrutar de los exhuberantes sabores de la cocina de Martín Berasategui.
Lasarte es mucho más que la apuesta gastronómica de Martín Berasategui en Barcelona. Es un proyecto con alma aliñado con los mejores profesionales para formar un equipo que consiga ganar con cada olor y sabor la satisfacción de sus comensales. Tal como pudimos comprobar de primera mano, cada una de las creaciones de Berasategui refleja la esencia de su cocina: vanguardia bien entendida, compleja pero nunca barroca, con pocos ingredientes bien combinados y un respeto supremo al producto, de la máxima calidad. En Lasarte, y eso es lo que diferencia a los grandes, encontramos técnicas contemporáneas que en ningún caso van a enmascarar el sabor del producto principal, el cual, en todos los casos, es el protagonista del plato.
Empezamos con los aperitivos, destacando uno de los platos más míticos de Berasategui, su milhojas caramelizado de anguila ahumada con foie gras, cebolleta y manzana verde, un colorista plato de diferentes mantequillas (espectacular la de tomate!) con las que abrir el apetito untándolas en unos deliciosos panes de elaboración propia, o la mahonesa de pepino jalapeño, tartar de navaja y helado de regaliz.
El menú degustación de Lasarte que tuvimos ocasión de probar cuenta con platos como la zamburiña con setas, huevo de codorniz, coliflor y trufa, la delicadeza de la lubina con caldo de galeras, estofado de caracoles sobre un puré vegetal y mahonesa de trufa y almejas, la exquisita cigala y colinabo, dado de consomé de jarrete y limón (quizás el mejor si me viera en la tesitura de tener que elegir uno de ellos), por no hablar de otro clásico de Berasategui, la magnífica y muy estética ensalada de verduras y del mar, hierbas, brotes y pétalos con crema de lechuga y bogavante, en textura de gelatina y con un sabor inconfundible.
Ya en los postres, unos petit fours acompañaron por el praliné de almendra y sal, caramelo, albaricoque y crema helada de ron, rematados con un par de rigurosamente perfectos ristrettos.
¿Notáis a faltar algo?. Si, evidentemente, la selección de vinos. Poco os puedo contar sobre ellos debido a la condición de redomado abstemio del que suscribe este artículo, pero seguro que muchos de vosotros podréis apreciar el acierto de las propuesta: Mim Pinot Noir Rosat, 2014 (Penedès), Invita, 2016 (Alella), El transistor, 2016 (Rueda), Clos Bartolomé, 2014 (Priorat) y un moscatel Gutierrez Colosia (Jerez).
En resumen, una experiencia espectacular, tanto a nivel gastronómico como humano. Sólo me queda dar las gracias a Blancpain por la invitación y la perfecta organización junto a MRA, y a Martín Berasategui y a su equipo del Lasarte por su trabajo y amabilidad. Un diez para todos ellos.