Bovet 1822 personaliza el Rolls-Royce Boat Tail
Bovet 1822 y Rolls-Royce presentan conjuntamente el resultado de su primera colaboración con dos relojes para el salpicadero del Boat Tail.
Hace tres años, la idea de un coleccionista propuso reunir Rolls-Royce y Bovet 1822 en un solo proyecto, diseñando y fabricando un coche personalizado y dos relojes exclusivos para él y para su esposa. Después de 3.000 horas de desarrollo ambas firmas presentan el resultado: el Rolls-Royce Boat Tail y los dos relojes que pueden acoplarse al salpicadero, llevarse en la muñeca, en el bolsillo o utilizarlo de colgante o como reloj de mesa.
Ambos son fabricantes de alta gama con un estilo extravagante y lujoso que es difícil pasar por alto. Y la producción anual de cada uno está en el mismo estadio: Bovet produce menos de 3.000 relojes al año, mientras que Rolls-Royce fabricó solo 3.756 coches el año pasado. Con un precio de 23 millones de euros, el Boat Tail es un convertible del tamaño de un yate con una barra de cócteles incorporada. Probablemente el automóvil más caro en la actualidad, se entrega con un enfriador de champán, paños de cocina y cristalería.
Los relojes gemelos fueron concebidos de acuerdo con las preferencias de la pareja y diseñados para combinar con el automóvil, por lo que tiene poco sentido criticar un diseño a medida que no se encuentran a la venta (veremos si esta colaboración conduce a una gama de relojes disponibles comercialmente).
Son elegantes y están delicadamente decorados con una variedad de técnicas artesanales que van desde el grabado hasta la marquetería de madera, además de implementar un movimiento tourbillon de doble cara. Con vistas a reducir el posible impacto de la vibración del coche, Bovet sustituyó los cojinetes del tourbillon por pivotes e incrementó el peso del volante. Esta modificación estructural aumentó la precisión de este calibre, algo a lo que también ha colaborado el hecho de elevar su frecuencia hasta las 21.600 alternancias por hora. Por contra, su reserva de marcha se ha visto reducida hasta los cinco días (que sigue siendo una excelente cifra).
Este delicadísimo órgano regulador retoma en estos Bovet su uso práctico original que no vemos en prácticamente ningún reloj de hoy en día, ya que Abraham Louise Breguet inventó el tourbillon para compensar el efecto irregular que produce la gravedad sobre la marcha del volante y la rueda de escape cuando el reloj permanece en la misma posición durante un cierto tiempo, sobre todo en los relojes de bolsillo. Como vemos, es exactamente el caso estos Bovet una vez los anclamos al salpicadero del Boat Tail.
Las cajas de 44 mm son de oro blanco, y mientras en el modelo masculina está pulida, la de mujer está grabada a mano y rellenada con laca azul. Con esferas en ambas caras, la parte frontal exhibe un dial con marquetería de Caleidolegno aplicada a mano que reproduce la cubierta del Boat Tail tanto en estilo como en material. Justo debajo hay una réplica en miniatura en dos dimensiones del Spirit of Ecstasy, el emblemático adorno del capó de Rolls-Royce. Realizado en oro, está grabado a mano e incrustado en el puente del tourbillon dispuesta a las 6 horas.
En la parte posterior, los dos relojes son similares pero muestran más diferencias que sus «caras A». El reloj masculino luce una esfera de aventurina con el mapa estelar de su dueño superpuesto en la parte superior, o sea, las constelaciones tal como se ven desde su localidad de nacimiento el día de su cumpleaños. Por su parte, la versión femenina muestra una esfera de nácar con una miniatura de un ramo de flores pintado a mano.
En las dos esferas traseras se han grabado a mano esculturas a medida del Boat Tail, lacadas del mismo color que el vehículo y con pintura en miniatura para los detalles (ruedas, manilla, espejos, etc.). Como broche de oro, se ha grabado el nombre de la otra persona en el puente del tourbillon de cada reloj.
Por supuesto, Bovet jugó con la caja estilo Amadeo que, como hemos comentado al principio de este artículo, puede convertirse en un reloj de pulsera, en un reloj de bolsillo o colgante e incluso en un reloj de escritorio. Para este juego personalizado, se ha desarrollado un sistema de montaje a medida para instalarlo en el automóvil también como reloj de tablero que, quizás, ha sido uno de los elementos más complicados de solucionar. Los relojes, el soporte y el vehículo se diseñaron de manera simultánea, de ahí la complejidad del proceso. Además, Rolls-Royce impuso un requisito: que el sistema se desarrollara y ensamblara en el salpicadero al acabar el interior del vehículo para evitar los inconvenientes de abrirlo más adelante.
Para su inclusión se ha diseñado un cajón especial con el mismo cuero que los asientos del Boat Tail. Cuando no se utilizan, las correas, la cadena y el colgante se integran en el salpicadero, y si es el reloj el que luce en la muñeca del conductor y no en el salpicadero, su lugar lo ocupa una placa grabada con láser y lacada.