La complicada belleza del Récital 22 Grand Récital de Bovet.
Bovet completa su última trilogía de guardatiempos con el Récital 22 Grand Récital, heredero de los modelos Récital 18 Shooting Star y Récital 20 Astérium.
El Récital 22 Grand Récital es la pieza con la que Bovet pone punto y final a esta tríada de relojes. Sus precedentes fueron los modelos Récital 18 Shooting Star, lanzado en 2016, y Récital 20 Astérium presentado en 2017. El sol, la Tierra y la Luna son los tres grandes protagonistas de este guardatiempos astronómico cuya representación en su esfera recibe el nombre de Tellurium-Orrery.
Oro rojo y platino son los materiales elegidos por Bovet para la construcción de la caja de cada una de las dos versiones en la que se presenta el Récital 22 Grand Récital. Sus dimensiones, generosas para dar cabida a la complejidad del mecanismo albergado y de las indicaciones implementadas, responden a 46,30 mm de diámetro por 19,60 mm de altura con un valor de estanqueidad de 3 bares (30 metros). Si bien es cierto que este registro, en términos absolutos, es bajo, también lo es que resulta más que adecuado si tenemos en cuenta el tipo de reloj del que estamos hablando.
Bovet define la morfología y diseño de la caja de este Récital 22 Grand Récital, inspirada en la forma de un atril, como «dimier». Una de sus características más destacables radica en formar un todo con la estructura del movimiento, de manera que son inseparables el uno del otro. Como no podía ser de otro modo, esta pieza se producirá en edición limitada a 60 ejemplares, número que viene impuesto por el número de movimientos que se manufacturarán. Es decir, no existirán 60 unidades en cada una de las versiones en función del material de la caja, sino que serán 60 en total y que no deberán, necesariamente, repartirse de manera equitativa entre oro rojo y platino.
Pasemos ahora al elemento al que no me atrevo a definir como esfera puesto que sería una total y absoluta falta de respeto a los diseñadores, relojeros y artesanos de Bovet. ¿Cómo definir el conjunto antes de pasar a los detalles? Lo reconozco, me resulta extremadamente complicado encontrar las palabras adecuadas que hagan justicia a la «complicada belleza» a la que hago referencia en el título de este artículo. Mejor que seáis vosotros mismos los que juzguéis a través de las imágenes.
La representación de la Tierra se erige como gran protagonista del hemisferio superior de este Récital 22 Grand Récital de Bovet. Exquisita, una cúpula cuya superficie está decorada con un mapa grabado y pintado a mano, esta Tierra es portadora de una pintura en miniatura que reproduce océanos, montañas, desiertos y bosques mediante la utilización de una técnica desarrollada por Bovet en 2017. Esta técnica consiste en aplicar material luminiscente sobre la pintura en miniatura de manera que la Tierra se ilumina en la oscuridad. A todo ello le sigue la aplicación de varias capas de laca transparente antes de someter al conjunto al proceso de pulido.
Pero no acaba aquí el minucioso trabajo aplicado al globo terráqueo. Para conseguir un mayor realismo, el artesano pinta una representación de nubes y corrientes de aire que, separadas por las capas de laca que hemos comentado, parecen flotar sobre la tierra. Este último paso convierte a cada uno de los ejemplares del Récital 22 Grand Récital de Bovet en una pieza única que, además, permite una última personalización. Y es que cada uno de los futuros poseedores de cada uno de estos guardatiempos, que únicamente entrarán en producción bajo previo pedido, podrá elegir la orientación del mapa de la Tierra de manera que el lugar que decida esté situado en el eje Tierra-Sol en el momento en el que el reloj indique el mediodía.
Esta cúpula representación de la Tierra gira, como sucede en la realidad, a razón de una vuelta cada 24 horas en sentido antihorario. A este giro le acompaña el anillo que la rodea, portador de una escala de 24 horas y que se apoya sobre una aguja tridimensional en titanio pulido situada entre el tourbillon y el globo terráqueo.
Rodeando al conjunto descrito se instala la estructura responsable de la indicación de las fases lunares. Para ello, una Luna representada por una pequeña esfera realiza una revolución completa alrededor de la Tierra en un período de tiempo que coincide con el período sinódico de nuestro satélite, es decir, cada 29,53 días.
Sobre el último de los anillos se puede realizar la lectura de la fase correspondiente en cada momento. Esta esfera, la que representa a la Luna, está dividida en dos zonas. Una de ellas en color negro y la otra grabada con los relieves de la superficie lunar. La parte grabada, además, incorpora un tratamiento con material luminiscente que permite conocer y distinguir qué parte del satélite recibe directamente la luz del Sol.
A izquierda y derecha del conjunto que representa la Tierra y la Luna encontramos dos arcos portadores de la indicación de los minutos retrógrados y de la reserva de marcha respectivamente. Ambos arcos reproducen la forma convexa de la escala de 24 horas del globo terráqueo e implementan, en sus centros, unos cristales de zafiro que aumentan la visión de los mecanismos que los activan. Por debajo de la indicación de los minutos se implementa una discreta apertura circular con un bisel metálico portador de una lupa que magnifica la indicación de la fecha.
Por último, a las 6, el tourbillon volante de un minuto implementa una jaula suspendida por un único punto de sujeción central y cuya morfología responde a la representación del Sol. Elevada por encima de la superficie, esta estructura incorpora un puente de titanio con cinco brazos biselados a mano, a la vez que porta la aguja responsable de la indicación de los segundos.
Pero el Récital 22 Grand Récital de Bovet tiene una cara B. No os dejéis engañar por la letra ya que, esta trasera, alberga nada más y nada menos que las indicaciones correspondientes a un calendario perpetuo. Al amparo de un cristal de zafiro se revela un gran puente con decoración Côtes de Genève de patrón circular, dejando libre únicamente la parte inferior por la que asoma el tourbillon. Cuatro ventanas abiertas dos a dos son las responsables de informar de la hora y año bisiesto las primeras, y del día de la semana y del mes las segundas.
El anillo negro que porta los numerales del fechador visible desde la trasera es exactamente el mismo que el responsable de mostrar la misma indicación en el anverso del guardatiempos. Se trata, de este modo, de un fechador que podríamos definir como de doble cara que, además, implementa un funcionamiento retrógrado. Genialidad made in Bovet.
Una genialidad que no acaba en las complicaciones albergadas, sino que se extiende a la manera de ajustarlas. Y es que, además de disponer de los habituales correctores individuales que todo guardatiempos de este tipo posee, el Récital 22 Grand Récital añade un pulsador situado entre las asas superiores, que permite ajustar de manera simultánea todas y cada una de las indicaciones. Pongamos por caso que el reloj ha estado parado durante cinco días. Bastará con presionar cinco veces el pulsador para sincronizar todas y cada una de las funciones del calendario perpetuo y del Tellurium. Más genialidad.
17DM03-TEL es la referencia bajo la cual se conoce el movimiento mecánico que actúa como corazón del Récital 22 Grand Récital de Bovet. De remonte manual y con un diámetro de 19 líneas, el volante oscila a una frecuencia de 18.000 alternancias por hora (2,5 Hz) entregando una reserva de marcha de 9 días gracias a un único barrilete.
Para acabar, os dejo con una galería de imágenes de este movimiento. No podíamos dejárnoslas en el tintero bajo ningún concepto.