Breguet nos anuncia el Classique Quantième Perpétuel 7327, el nuevo calendario perpetuo de esta legendaria firma, que evidentemente merece un artículo en profundidad. Este es uno de los primeros pasos del 2023 en la nueva política de Breguet, de esparcir la presentación de sus novedades a lo largo de todo el año.
El Calendario Perpetuo es una de las complicaciones más icónicas de la Alta Relojería, y lo es por diversos motivos. Uno de ellos es la fascinación que producen entre los apasionados los relojes con múltiples indicaciones en su esfera. Otra es que representa la complicación aspiracional de cualquier aficionado, aquella que escenifica la puerta de entrada al elitista mundo de las Grandes Complicaciones.
La historia del Calendario Perpetuo se remonta al siglo XVIII y a lo largo de su longeva historia, Breguet nos ha ofrecido multitud de relojes con esta complicación. En el que nos ocupa, la nueva referencia 7327, que puede considerarse como el heredero moderno del 5327, la manufactura suiza reúne un buen número de las características que forman parte sus genes y que se han convertido en signos icónicos de la relojería de alto nivel. Vamos a estudiarlos por partes.
La caja del Classique Quantième Perpétuel 7327 refleja el carácter de esta complicación, que ya anuncia su nombre; clasicismo. Redonda, con un bisel muy fino y con asas rectas, encarna a la perfección lo que pensamos cuando suenan los términos reloj y clásico. No por ello debemos confundir la caja de este Breguet con simpleza ya que la exquisitez de sus acabados y de sus detalles está fuera de toda duda. Entre estos detalles encontramos el primer signo identitario de los relojes Breguet, que es la decoración de su carrura en forma de acanaladura vertical.
El grosor de la caja es de tan solo 9,13 milímetros, una finura impresionante para un reloj de carga automática con calendario perpetuo. No me cansaré de repetir que la delgadez de un reloj es una característica que siempre ha distinguido a las grandes manufactura de Alta Relojería. En cuanto al diámetro, Breguet se ha decidido por los 39 mm, un tamaño que considero perfecto para un reloj clásico con bisel fino, ya que visualmente parecerá incluso mayor que un reloj deportivo de cuarenta y muchos milímetros con su grueso bisel. Lo bueno del caso es que al tratarse de un efecto subjetivo, este contenido diámetro beneficia su comodidad de uso.
A ambos lados de la carrura de la caja encontramos los correctores de las distintas indicaciones del calendario. Mediante el punzón que se suministra con el reloj, podemos ajustar el día de la semana (4 h), la fase lunar (4:30 h), la fecha ( 6 h) y el mes (9 h).
Llegamos a la esfera que es donde se concentran la mayoría de signos identitarios de Breguet. El más evidente son las dos agujas centrales «tipo Breguet», con su característica forma «pomme évidée». Estas agujas, junto con las otras que apuntan las distintas indicaciones del calendario, están azuladas al fuego. Otro signo identitario es la célebre «firma secreta», que encontramos grabada entre las 11 y las 12 y entre las 12 y la 1 horas.
Los distintos datos del calendario se reparten, de forma asimétrica, por toda la esfera y todos ellos se indican mediante agujas. Así, entre la 1 y las 2 encontramos el arco que nos indica la fase lunar. Inmediatamente debajo pero más centrado, entre las 3 y las 4 horas, se ubica el indicador del día de la semana. A las 6 horas encontramos un generoso dial que nos muestra la fecha. Entre las 8 y las 9, un pequeño disco nos indica el año bisiesto. Finalmente, entre las 10 y las 11 horas, una aguja nos indica el mes apuntando a un gran índice en forma de arco.
Otra característica que identifica la mayoría de relojes clásicos de Breguet es la finísima decoración guilloché, realizada a mano, con motivo «Clous de Paris» que adorna la superficie de la esfera de este Classique Quantième Perpétuel 7327.
En su conjunto, estas decoraciones, junto con la disposición asimétrica de las indicaciones del calendario, conforman una estética que es fácilmente identificable como propia de un reloj Breguet. Como en todo reloj de esta legendaria firma, la exquisitez y perfección de los acabados de todos los elementos de la esfera quedan fuera de toda duda.
No puedo finalizar este apartado dedicado a la esfera sin establecer una comparación entre el 7327 y su antecesor, el 5327. A pesar de que a simple vista pueden parecer casi idénticas, la esfera delata las sutiles, pero determinantes diferencias. Apreciaremos fácilmente que la ubicación de las indicaciones coincide y que lo que cambia es su diseño, modernizado en el 7327.
Breguet 5327 vs 7327
Una observación más detallada delatará una diferencia fundamental; el 5327 ofrece una indicación de su reserva de marcha, complicación de la que carece el 7327. Esta indicación se ubica entre las 10 y las 11 horas, lugar que ocupa la del día de la semana en el 7327, que a su vez se sitúa justo en el centro de la esfera del 5327. La consecuencia estética es que el 7327 gana en nitidez de esfera. La consecuencia técnica es que pierde una indicación.
Llegados a este punto ya será una cuestión de preferencias elegir entre las dos referencias. Las caja, sus dimensiones y el movimiento son prácticamente idénticos en ambos modelos. La ventaja es que a pesar de ser un claro sucesor, de momento el 5327 se mantiene en el catálogo de Breguet. De todos modos, si alguien está pensando en adquirir uno de ellos y le atrae más el 5327, yo no esperaría demasiado.
Llegamos al corazón del Classique Quantième Perpétuel 7327; su mecanismo. Breguet ha optado por la base del calibre 502 a la que se ha añadido el modulo de calendario perpetuo en su anverso, convirtiéndose así en el calibre 502.3P. Evidentemente se trata de un movimiento ultraplano, de tan solo 4,5 mm de grosor, ya que de lo contrario sería imposible obtener la finura del conjunto del reloj.
El volante del calibre 502.3P oscila a una frecuencia de 3 Hz y ofrece una reserva de marcha de 45 horas. Como todos los relojes Breguet modernos, equipa una espiral realizada en silicio, el mismo material que se emplea en los cuernos de su áncora. La decoración de este calibre está a la altura de su técnica, con un grabado guilloché realizado a mano y puentes achaflanados y decorados con motivo Côtes de Genève.
La conclusión es que Breguet nos ofrece un Calendario Perpetuo que nos puede adentrar en la élite de la relojería mecánica del máximo nivel. Su estética es sumamente refinada y los acabados son irreprochables. En mi opinión, siempre subjetiva, estéticamente supera la versión de la que deriva en elegancia. Las sutiles actualizaciones en el diseño de su esfera aportan un grado de modernidad que incluso beneficia su clasicismo.
Breguet nos ofrece el nuevo Classique Quantième Perpétuel 7327 con caja de oro rosa o de oro blanco. El precio, de 85.000 EUR, es el mismo para ambas versiones. La decisión entre estas dos opciones es plenamente subjetiva, aunque quien valore la máxima discreción probablemente optará por el oro blanco.
