La gama Breitling for Bentley, fruto del acuerdo entre la firma relojera y la automovilística, se basa en complicaciones y movimientos ya existentes en el catálogo «normal» de Breitling, pero vestidos con un envoltorio de apariencia más sofisticada. Ello se percibe claramente en su bisel con grabado parecido al tipo «clous de París», pero emulando la calandra de los automóviles Bentley, y en sus trabajadas esferas. Otra característica genética de los Breitling for Bentley es su descomunal tamaño. Por suerte, parece que Breitling se ha dado cuenta de que no todos sus potenciales clientes son gigantes y acaba de anunciar el Breitling for Bentley B06S, una versión reducida del B06 que la firma de Grenchen presentó en Baselworld 2013.
Pero cuidado, no penséis ni por un momento que este nuevo Breitling for Bentley B06S es un reloj pequeño, ya que su caja mide 44 milímetros de diámetro, el límite de lo que personalmente encuentro razonable en un reloj de corte deportivo. Aun y así, ya se trata de un tamaño asumible y se aleja de los desproporcionados 49 milímetros del B06 original. En la imagen inferior, un montaje realizado a escala exacta, podéis apreciar visualmente la enorme diferencia que representan estos 5 milímetros de reducción en el tamaño del reloj.
Breitling for Bentley B06 vs B06S
Los códigos estéticos se mantienen con respecto al B06, pero con unas pequeñas variaciones, en mi opinión todas acertada, que mejoran ostensiblemente tanto su aspecto como su legibilidad. Ello se aprecia en diversos detalles, como el fondo de su esfera que conserva la decoración tipo reja, pero esta vez sobre un fondo negro, lo que la hace visualmente menos mareante. Lo mismo se puede decir de sus contadores que ahora son totalmente negros, en contraste con la, de nuevo mareante, espiral que se ubica en su centro en el B06. Son solo dos detalles pero que, junto con su reducción de tamaño, transforman un reloj descomunal y de difícil lectura en un reloj llevable, equilibrado y de buena lectura.
En el apartado mecánico no varía con respecto a su antecesor. Se trata de un reloj bastante especial, principalmente debido a su particular cronógrafo de 30 segundos y a su escala taquimétrica variable, que está equipado con el calibre manufactura Breitling B06, un movimiento de carga automática que oscila a 28.800 alternancias por hora y que proporciona una más que notable reserva de marcha de 70 horas. La ventaja de que la aguja trotadora de su cronógrafo tarde tan solo 30 segundos (la mitad de lo habitual) en realizar un giro completo, es que permite que la distancia entre índices sea el doble de lo habitual, con la consiguiente ventaja en cuanto a facilidad de lectura.
Lo que por suerte no varía es que, como en todo reloj Breitling, podremos elegir entre multitud de combinaciones de sus elementos externos. Así podemos elegir la caja en oro rosa o en acero, la esfera en negro o en lo que Breitling denomina plata, pero que yo, por las imágenes, me parece más bien como de una tonalidad beige. También podemos optar entre cuatro tipos de soporte: brazalete metálico o correa de caucho, de aligator o de piel de becerro.
