Los lanzamientos recientes de Breitling se han ceñido a una fórmula tradicional y efectiva, basada en la herencia de la marca pero actualizados para distinguirlos como modernos y originales, como por ejemplo los rediseñados Chronomat y el Navitimer. Ahora, la firma retoma su inspiración vintage con el Superocean Automatic, un reloj de buceo que retoma el diseño del cronógrafo SuperOcean Slow Motion de la década de 1960. Si bien toma prestada la esfera de dos tonos, los grandes índices rectangulares del original y la distintiva manecilla de minutos con lollypop cuadrado, el nuevo Superocean es un tres agujas bastante limpio, sin complicaciones y, por supuesto, con una construcción moderna que incluye un anillo de bisel de cerámica.
Siempre me han gustado las versiones anteriores de Superocean con esferas de colores brillantes porque eran bastante diferentes de otros relojes de buceo sin ser demasiado elegantes. Del mismo modo, me gusta la última versión porque la esfera rediseñada hace que se destaque, diferenciándose estéticamente de una forma sencilla.
De hecho, podría decirse que el gran valor del Superocean reside en su diseño. Debido a que está impulsado por un calibre ETA, su atractivo mecánico es inferior al de su competencia (todos tenemos en mente al Tudor Black Bay), por lo que la estética se convierte en su principal baza. Y logra hacerlo con la combinación de un ancho anillo perimetral en color crema blanquecino (excepto en los modelos de bronce) que aloja la escala de minutos/segundos alrededor de una esfera de diámetro comedido, un diseño audaz y atractivo que inmediatamente se diferencia de sus competidores.
Además de este elemento, la esfera no está exenta de detalles como los índices aplicados, cuyos bordes están facetados y pulidos, y la trotadora central (también lollypop pero esta vez redonda y con la punta lacada).
Para adaptarse a todos los gustos, Breitling lanza el SuperOcean en varios tamaños y colores. Como es habitual en la marca, la caja tiene asas anchas con un ángulo pronunciado hacia abajo, lo que le da al reloj la solidez esperada de un robusto instrumento. Dicho esto, el bisel pulido y su anillo cerámico le dan al Superocean el toque brillante al que nos tiene acostumbrados Breitling.
Pero como mencionamos anteriormente, el único inconveniente del Superocean es el Calibre 17. En realidad, es un ETA 2824, un sólido pero anticuado con una reserva de marcha de 38 horas. Hubiera sido más atractivo si hubiera optado por implementar el B20, un calibre automático fabricado por Kenissi y que encontramos en el Superocean Heritage II. También podemos entenderlo, ya que esa actualización habría elevado el precio sustancialmente. Tal como se ofrece ahora, el Superocean es relativamente asequible y tiene un precio ajustado que favorecerán las ventas, sobretodo para aquellos que la maquinaria pasa a un segundo (o tercer) plano.
El nuevo Superocean se ofrece en una gran variedad de colores de esfera combinadas con cuatro tamaños de caja diferentes, desde los femeninos 36 mm a los enormes 46 mm, y disponibles en varios materiales, incluido el bronce, así como acero de dos tonos y oro.
Si bien la mayoría de las versiones del Superocean son grandes en términos de dimensiones, parecen más pequeños debido a que la esfera central rodeada por el ancho anillo tiene un tamaño reducido (aunque no hay forma de ocultar el grosor sustancial de la caja).
La versión más pequeña es de 36 mm, que a pesar de su tamaño compacto tiene las mismas especificaciones que sus hermanos mayores: 300 m de hermeticidad y un movimiento certificado por el COSC. Esto lo convierte quizás en la versión más notable de toda la colección, ya que los relojes de buceo con tales especificaciones rara vez se ofrecen en este tamaño. Los modelos de 36 mm tienen esferas en turquesa, naranja o blanco, todas acompañadas de un inserto de cerámica blanca en el bisel.
En el otro extremo de la escala está el modelo de 46 mm. Es la única versión con una caja diferente: la carrura izquierda tiene un área elevada con una intrincada geometría que equilibra visualmente los protectores de corona dispuestos en la derecha. Como resultado, la caja parece tener “orejas”, lo que incrementa aún más su potente presencia física.
En el término medio encontramos las versiones de 42 mm y 44 mm, que son idénticas en términos de diseño excepto por los colores de la esfera. La esfera naranja con bisel de cerámica negra, por ejemplo, es una edición limitada que solo está disponible en 42 mm, mientras que la esfera marrón degradado solo está disponible con la caja de bronce de 44 mm.
Las versiones del Breitling SuperOcean se entregan con una deportiva correa de caucho o con un polivalente brazalete metálico. Los precios se inician con los 4.350 € del 36 mm y alcanzan los 4.500 del 46 mm. La edición bitonal en acero y oro rojo alcanza los 6.400 €, mientras que las dos referencias en bronce cuestan 5.350 €.