Los relojes deportivos extremos son la moda, o la tendencia (si queremos que suene menos peyorativo) predominante desde el boom contemporáneo de la relojería mecánica, y este nuevo Breitling Avenger Hurricane se puede considerar legítimamente como el máximo exponente de este tipo de reloj.
Lo malo de las modas es que muchas veces olvidan e incluso van en contra de la practicidad de uso. Esto es plenamente aplicable a una enorme cantidad de relojes de tamaño descomunal que hemos visto aparecer en los últimos años. Este término de «descomunal» casi se queda corto cuando nos referimos al tamaño de la caja del Avenger Hurricane, de nada menos que 50 milímetros de diámetro, pero, al contrario que muchos otros relojes, con este Breitling estamos ante un caso plenamente justificado, que paradójicamente optimiza la funcionalidad para la que se ha diseñado.
Si recurrimos a la formula del silogismo, una premisa es que el tamaño de la caja de un reloj dictamina el tamaño máximo de su esfera y por tanto de sus indicaciones. La segunda premisa es que cuanto mayor sea el tamaño de las indicaciones mayor será su legibilidad. La fácil conclusión de este silogismo es que cuanto mayor es la caja de un reloj mayor será su legibilidad potencial.
Esta teoría irrefutable pierde su lógica si la aplicamos a relojes de uso convencional, que son la inmensa mayoría, dado que la esfera de un reloj de 36 milímetros es perfectamente legible. No ocurre lo mismo cuando se trata de actividades profesionales que se ejecutan en condiciones de baja visibilidad o que exigen una lectura muy rápida de las indicaciones. En estos casos es donde toma plena vigencia el Avenger Hurricane de Breitling. Dicho en otros términos, se trata de un reloj destinado a uso profesional, concretamente el aeronáutico que es la esencia del ADN de Breitling.
A pesar de su enorme tamaño, el Breitling Avenger Hurricane es un reloj sorprendentemente ligero ya que para su caja se emplea el material o aleación que Breitling denomina Breitlight. La firma suiza no nos proporciona detalles sobre su composición, pero si sobre sus asombrosas propiedades, y cito textualmente: 3,3 veces más ligero que el titanio, 5,8 más que el acero, excepcional resistencia al rayado, a la tracción y a la corrosión, antimagnetismo y estabilidad térmica. Si todo ello se confirma, y no tengo porque dudarlo, no se me ocurre que más se le puede pedir al material de una caja de reloj.
Como la mayoría de relojes del catálogo de Breitling, el Avenger Hurricane es un reloj que nos aporta la complicación de cronógrafo, que se nos indica en la esfera mediante una configuración tri-compax, con totalizadores de 30 minutos y 12 horas, a los que se suma un pequeño segundero ubicado a las 9 horas.
Pero lo realmente atípico de las indicaciones de este Breitling es la forma de indicarnos el tiempo, ya que la escala horaria no es la convencional de 12 horas sino la utilizada habitualmente en aviación de 24 horas. Ello implica que la aguja horaria tarda un día entero en recorrer el circulo de la esfera donde encontramos 24 índices horarios. Dicho de otro modo, este reloj no utiliza el sistema am-pm para indicar el tiempo sino el formato 24 horas. Evidentemente, ello requerirá un periodo de adaptación, ya que habitualmente, debido al hábito, leemos la hora por la posición de las agujas y no por lo que indican los números si los hay. De todas estas funciones se encarga el calibre manufactura Breitling B12, que oscila a 28.800 alternancias por hora y nos ofrece una generosa reserva de marcha de 70 horas.
Un elemento externo al que a veces no le damos la importancia que realmente tiene es la correa. En este caso, en consonancia con el carácter profesional del reloj, Breitling lo ha cuidado con el mismo esmero que el resto de elementos que lo componen, recurriendo a una tela técnica para su parte externa y al caucho para la interna, lo que nos garantiza resistencia y durabilidad.
La pregunta que a muchos os rondara por la mente es la utilidad real de un reloj mecánico para actividades de pilotaje aéreo en una época en que la electrónica y el GPS son los protagonistas para el control y la indicación de todo lo que necesita un profesional de esta actividad. La respuesta es sencilla; nadie lo utilizará como instrumento de base para tal actividad. Pero, al igual que en el submarinismo profesional, el disponer de un reloj mecánico como medida de emergencia de pilotaje no es ningún disparate, ya que la electrónica no es infalible y también está expuesta a averías. Lo que también está claro es que, salvo fanáticos de la aviación, este Breitling Avenger Hurricane no es adecuado, ni está pensado como único reloj, sino como complemento de una colección de cierto volumen.