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Cartier en el SIHH 2016: su nombre es Drive

El nuevo Drive es el indiscutible gran protagonista entre las noveddaes que nos ha presentado Cartier en el salón SIHH 2016.

Sorprende Cartier en el SIHH 2016. Sorprende principalmente porque nos presenta un nuevo candidato a convertirse en icono masculino cuando hace tan solo un año nos presento otro candidato, el Clé, que a su vez se unía al Ballon Bleu lanzado pocos años atrás. El nombre de este nuevo aspirante es «Drive».

El Drive es la novedad estrella, pero, como es habitual en Cartier, las novedades que presenta en el SIHH son muy numerosas. Este año 2016 se ha mantenido la norma y en su larga presentación hemos visto multitud de nuevos relojes, encuadrados en la Alta Relojería, en la Alta Joyería o en una mezcal de ambas.

 

Drive de Cartier

Un icono relojero, además de sus cualidades técnicas, se basa siempre en un diseño novedoso y diferenciador. En el Ballon Bleu, Cartier buscó esta diferenciación en el tratamiento estético de la zona de la caja correspondiente a la corona. En el Clé se centró  puramente en la forma de dicha corona. En este nuevo Drive, Cartier renuncia a buscar nuevas interpretaciones de la corona y se centra en la geometría global de la caja.

Cartier en el SIHH 2016 - Drive de Cartier - GMT

Drive de Cartier Doble Huso Horario

Es difícil encuadrar este nuevo Drive en los modelos clásicos de forma de caja y/o bisel. A primera vista podría parecer que su bisel es redondo, pero no lo es. Con un examen más profundo, apreciamos que el bisel es hexagonal irregular, pero tampoco es del todo exacto, ya que sus caras no son planas sino redondeadas.

Lo más parecido a este tratamiento del bisel podría ser el Nautilus de Patek Philippe, aunque en su caso es octogonal y los ángulos son más marcados. Otro caso de estética parecida sería el Tradition de Audemars Piguet lanzado en el 2008, aunque el bisel de este reloj (ya fuera de catálogo) solo contaba con cuatro caras curvadas.

Cartier en el SIHH 2016 - Drive de Cartier Tourbillon

Drive de Cartier Tourbillon

Con el nuevo Drive, Cartier no solo presenta un nuevo reloj sino toda una nueva colección, que ya de inicio la componen un modelo básico «solo hora», una complicación media como es el doble huso horario e incluso una gran complicación como es el tourbillon. En los dos primeros casos, el responsable mecánico son dos variantes del calibre 1904 MC. En el caso del tourbillon volante, el calibre es el 9452 MC.

Las dos versiones más «sencillas» se ofrecerán de inicio con caja de acero o de oro rosa. El tourbillon solo estará disponible con caja de oro rosa. No me extenderé más sobre este nuevo Drive de Cartier porque evidentemente exige un análisis en profundidad, al que más adelante dedicaremos un extenso artículo.

 

Hypnose

Cartier en el SIHH 2016 - Hypnose

Cartier Hypnose, esfera guilloché

Un nombre muy explícito para el efecto que quiere conseguir Cartier con el original diseño de este reloj. Básicamente podríamos definir al Hypnose como un reloj femenino de arquitectura ovalada, pero si observamos su caja con detenimiento veremos que no es tan simple.

El principio del diseño de la caja del Hypnose se basa en el principio de la famosa espiral infinita en blanco y negro que teóricamente ayuda a hipnotizar a una persona. Basándose en ello, nos encontramos ante lo que podríamos describir como dos biseles superpuestos, ambos visibles debido al menor tamaño del superior, adquiriendo el inferior una especie de geometría combada en el eje 3-9.

Cartier en el SIHH 2016 - Hypnose profil

Cartier Hypnose, esfera engastada

La parte de la carrura que separa ambos biseles es de un color negro brillante que se obtiene mediante la utilización de laca. El blanco (relativo) de este diseño de espiral lo aportan los diamantes talla brillante que cubren la totalidad de los dos biseles y en algún caso el brazalete.

Cartier en el SIHH 2016 - Cartier Hypnose

Cartier no ofrece este nuevo Hypnose en cinco variantes del conjunto caja-esfera. Tres de ellas recurren al oro blanco para su caja y dos al oro rosa. En cuanto a la esfera, dos de las variantes utilizan el diseño guilloché característico de Cartier, mientras las tres restantes recurren a un engastado de diamantes que la cubre totalmente. Como se aprecia en la imagen superior, el deseado efecto hipnótico de espiral se obtiene con más evidencia en las tres versiones con esfera engastada.

Las cinco variantes de este Hypnose se ofrecen en dos tamaños distintos de caja, ambos apropiados para muñecas femeninas. Todas las versiones y tamaños están equipadas por un movimiento de cuarzo, algo típico en este tipo de reloj y adecuado al perfil genérico de la clienta que atraerá. De todos modos, creo que no hubiese estado de más que Cartier hubiese recurrido a la mecánica clásica para las variantes de mayor tamaño, atrayendo así también a las mujeres que valoran la magia y el pedigrí que aporta el movimiento mecánico en un reloj.

 

Cartier Panthères et Colibri

Iniciamos el recorrido por los relojes que Cartier enmarca con el nombre de «Diálogo de Talleres». El nombre es bastante coherente con lo que nos ofrecen estas piezas, pero hay que explicarlo. Se trata de aunar la Alta Relojería con la Alta Joyería, un terreno este último donde Cartier es sin duda el referente histórico.

Cartier en el SIHH 2016 - Pantheres et ColibriLa primera novedad que nos presenta Cartier en este terreno es el denominado «Panthères et Colibri», denominación que no deja ninguna duda sobre el motivo que encontraremos en su esfera; una pantera tallada en oro blanco y profusamente engastada con 270 diamantes talla brillante, a la que se une un pequeño colibrí realizado en oro rosa. Desde el punto de vista estético hay que destacar especialmente el ojo de la pantera realizado mediante una esmeralda talla pera.

Por su parte, la caja, realizad en oro blanco, esta totalmente cubierta por un engastado. En total son nada menos que 314 diamantes talla brillante que decoran su carrura, su bisel y las dos extensiones de unión con la correa.

Hasta aquí todo irreprochable y desde luego espectacular, pero lo realmente fascinante es la complicación que conllevan estas figuras de la esfera y que difícilmente apreciaremos a primera vista. Se trata de una indicación de reserva de marcha a petición, que no indica el nivel de carga del muelle motor del reloj de forma continua (como es habitual en esta complicación) sino únicamente cuando lo solicitamos mediante una presión en la corona.

Donde se demuestra la inigualable creatividad de Cartier es en la manera de mostrarnos esta indicación. Si observáis la imagen superior apreciaréis que además de las dos figuras mencionadas, se aprecia una tercera, en forma de una cría de pantera realizada en oro rosa (no visible en la imagen inferior), que únicamente aparece cuando solicitamos la indicación. Si aumentáis la imagen también podréis apreciar el disimulado segmento por el cual se desplaza el colibrí. Así, cuando presionamos la corona, aparece el bebe pantera que simula ahuyentar el colibrí que se desplaza hacia arriba de dicho segmento. Todo ello en el supuesto de que nuestro reloj no se encuentre a cero de reserva de marcha, ya que en este caso el colibrí se mantendría inmóvil en la parte baja del segmento, con el riesgo de ser devorado por la pequeña pantera y arruinar este magnífico reloj (esto último es evidentemente una broma).

Cartier en el SIHH 2016 - Panthères et Colibri

Cartier Panthères et Colibri

En la imagen superior, con el reloj ceñido a mi muñeca, se evidencia el importante tamaño de este reloj, de nada menos que 42,7 milímetros de diámetro. Por ello, a pesar de la estética claramente artística que conlleva este reloj, es evidente que esta destinado a un público masculino, que por otra parte debe cumplir el requisito de no sentirse incómodo cuando todas las personas que se encuentren en su entorno cercano fijen inmediatamente la mirada en su muñeca.

El movimiento mecánicamente responsable esta complicación es el calibre de carga manual 9925 MC, manufacturado por Cartier, que cuenta con unos acabados dignos de la Alta Relojería, que oscila a 28.800 alternancias por hora y que nos ofrece una impresionante reserva de marcha de 3 días.

 

Panthère Mystérieuse

La segunda novedad que Cartier nos presentó dentro de esta colección «Diálogo de Talleres» es el Panthère Mystérieuse», nombre que tampoco deja dudas sobre la complicación que conlleva, en este caso una de las grandes especialidades de Cartier, en la cual es además líder indiscutible.

Cartier en el SIHH 2016 - Panthere Mysterieuse

Me refiero a lo que se denomina «horas misteriosas», que consiste en mostrar las agujas que nos indican horas y minutos de modo que parecen estar flotando en el aire, sin nada que las sustente ni las una al movimiento que las anima. Ello es evidentemente una ficción visual digna de un prestidigitador, ya que sin dicha unión sería imposible su funcionamiento.

La clave mecánica del «misterio» de las «horas misteriosas» de Cartier ya la explicamos con detalle en el test del Rotonde de Cartier Mystérieuse y más recientemente en el artículo referente al Clé de Cartier Mysterious Hour. No incidiré en ello porque el principio mecánico de este Panthère es el mismo que en dichos relojes e incluso comparten el movimiento que los anima; el calibre de carga manual 9981 MC.

En este Panthère de Cartier el grueso de la Alta Joyería se lo lleva el bisel, que es el gran protagonista y que prácticamente elimina visualmente el resto de elementos de la caja. Se trata de una pantera esculpida en oro blanco y engastada con la escalofriante cifra de 533 diamantes talla brillante. Nuevamente, al igual que en le caso del «Panthères et Colibri», los ojos de la pantera están representados por dos esmeraldas talla pera.

Cartier en el SIHH 2016 - Panthère Mystérieuse

Panthère Mystérieuse

El tamaño de la caja no es tan generoso como el del Panthère, pero poco le falta: 40 milímetros de diámetro. Por dicho tamaño podría considerarse un reloj válido para una muñeca masculina, pero tanto su estética como la figura de la pantera de su bisel lo imposibilita. Como veis en la imagen, vestirlo por debajo de una camisa masculina resulta imposible.

 

Ballon Bleu de Cartier Granulado de esmalte, motivo pantera

El tercer protagonista de la colección «Diálogo de Talleres» se basa en el Ballon Bleu. En este caso no me encaja demasiado la pertenencia de este reloj al principio de dicha colección ya que no cumple con la premisa de Alta Relojería. Se grata de un reloj sin ninguna complicación y su calibre tampoco se inscribe en el nivel más alto de los que manufactura Cartier.

Cartier en el SIHH 2016 - Ballon Bleu de Cartier enamel granulation

Por otra parte, la premisa de Alta Joyería la cumple este Ballon Bleu con creces y además le añade la de los oficios artísticos en miniatura, algo que en principio no exige esta colección de Cartier.

Al igual que en los dos casos anteriores el motivo estético principal es la pantera, protagonista absoluta de la esfera. La figura de este animal, emblema de Cartier, se reproduce mediante la técnica del esmaltado y en una de sus especialidades más raras como es el granulado.

Si ampliáis la image de la izquierda apreciaréis que con la técnica del granulado de esmalte se reproducen los distintos tonos y manchas de la piel de la pantera. Para lograr este efecto no solo hay que combinar adecuadamente las distintas tonalidades sino también los tamaños de las esferas. Del apartado Alta Joyería se encarga el bisel, engastado con dos filas que suman 124 diamantes talla brillante. Como debe ser, también destaca visualmente la corona con el cabujón de zafiro y el protector característico de cualquier Ballon Bleu.

A pesar de que por su estética parece un reloj destinado a ellas, tanto el diámetro de 42 milímetros como el grosor de 14,35, hacen de este Ballon Bleu un reloj muy potente y prácticamente solo apto para muñecas masculinas. Otro destino válido para este reloj sería permanecer exhibido en una vitrina en casa de su propietario, pues evidentemente se trata de un objeto artístico con el nivel digno de ello. La limitación de su producción a tan solo 30 ejemplares no lo apartan de dicho concepto.

Cartier en el SIHH 2016 - Ballon Bleu Granulado de esmalte, motivo pantera

Ballon Bleu Granulado de esmalte, motivo pantera

Estas han sido las tres grandes y espectaculares novedades que nos ha presentado Cartier bajo el concepto de «Diálogo de talleres» pero no os preocupéis los más puristas porque la prestigiosa firma no se ha olvidado de las grandes complicaciones en el ámbito de la relojería pura y dura, aunque como veréis ninguna de las cuatro piezas que nos presenta puede calificarse de convencional.

 

Rotonde de Cartier Astromystérieux

El Astromystérieux es sin duda el más complejo y también espectacular de los nuevos relojes de Cartier que conllevan grandes complicaciones mecánicas. En este caso estamos ante un reloj con regulador Tourbillon al que se suma su condición de «misterioso», un concepto que en este caso se lleva al extremo.

Cartier en el SIHH 2016 - Rotonde de Cartier AstromysterieuxEl Astromystérieux no limita su condición misteriosa a mostrar sus agujas con el efecto de flotación en el vacío, sino que aplica este concepto a la práctica totalidad de los componentes de su movimiento. En una palabra: Impresionante!

Por si esto fuera poco, Cartier también aplica el concepto de tourbillon a la totalidad del movimiento. En resumen, todo ello implica que estamos ante un reloj cuyo barrilete, tren de ruedas primario, escape y volante, realizan en su conjunto un giro completo cada hora, siendo estos elementos visibles en todo momento y con el efecto de flotar en el aire, como si un mágico mecanismo invisible los animara. Todo ello con unas agujas que siguen su ritmo e indicación precisa, independientemente del continuo giro del mecanismo que las controla.

El conjunto de todo lo descrito es realmente espectacular, tanto desde el junto de vista técnico como del estético. Solo siendo muy estricto, echaría en falta una aguja segundera que nos demostrase la eficacia cronométrica de este sistema de tourbillon, aunque también debo admitir que en cierto modo restaría pureza estética a este mecanismo flotante giratorio.

El movimiento encargado de este prodigio es el calibre de carga manual Cartier 9462 MC, que en su totalidad (lo que vemos y lo que se mantiene invisible) cuenta con un notable diámetro de 17 líneas, lo que equivale a casi  39 milímetros. Este impresionante tamaño es obligado, ya que la complicación de reloj misterioso exige que la parte del mecanismo que acciona y controla las ruedas de zafiro que proporcionan la sensación de flotabilidad permanezcan ocultas en el perímetro de la esfera.

Cartier en el SIHH 2016 - Rotonde de Cartier Astromysterieux

Rotonde de Cartier Astromysterieux

El tamaño de la caja del Astromystérieux es de 43,5 milímetros de diámetro y está realizada en Paladio, el más noble de los nobles metales, algo lógico y coherente con el altísimo nivel de esta pieza de Alta Relojería. Como también era de esperar se emitirá en una edición limitada a100 ejemplares, una cifra no obstante muy generosa para un reloj de este nivel.

 

Clé de Cartier Esqueleto Automático

La segunda pieza complicada que nos presenta Cartier es el Clé Esqueleto Automático, que aunque no llega a los niveles de sofisticación del Astromystérieux, sí conlleva la poco valorada complejidad de un reloj esqueleto, al tiempo que aporta un aire de frescura y personalidad al Clé, cualidades que en su día eché en falta en la variante convencional de este reloj.

Cartier en el SIHH 2016 - Cle de Cartier Automatic SkeletonEn este sentido podemos asimilarlo al Clé de Cartier Mysterious Hour que analizamos para vosotros en un artículo publicado en noviembre del 2015. También se trataba de un reloj que en cierta medida podemos calificar de esqueleto, aunque además incorpora la complicación de misterioso.

La personalidad del esqueletizado de la esfera es indiscutible y además destila el ADN de Cartier con lo números romanos, característicos de la firma, que sirven de puentes de soporte del movimiento.

El conjunto estético de la esfera está plenamente acorde con la moderna y sofisticada geometría de la caja del Clé, que además de ser indiscutiblemente original y armoniosa, aporta a su propietario un grado de comodidad excelente.

Lo único que no me convence de la esfera es la total ausencia de índices que permitan leer el tiempo con un mínimo de precisión. Cierto es que en algunos relojes que conllevan trabajos artísticos en su esfera, la inclusión de índices podría arruinar su estética, pero no es el caso de este Clé. Si observamos la imagen, veremos un fino perímetro en su esqueleto que hubiera sido la ubicación perfecta para unos simples y finos índices horarios, que en mi opinión no hubiesen perjudicado la atractiva estética general de la esfera.

Pero no todo son cuestiones estéticas, ya que este Clé de Cartier Esqueleto incorpora un factor realmente atípico y extraordinario en un reloj esqueleto: su automatismo. Un reloj esqueleto, cuya finalidad es mostrar al máximo su mecanismo, es antónimo del concepto de reloj mecánico de carga automática, ya que el rotor que le proporciona tal automatismo impide la máxima transparencia que se busca en este tipo de reloj.

La solución a este imposible la consigue Cartier en un 90% mediante su calibre 9621 MC. Consiste en un rotor (inevitable) con dos finos brazos que sostienen la masa oscilante limitada a un también fino perímetro, que queda siempre oculta bajo el bisel. No pueden quedar siempre ocultos, y por ello califico la solución con un 90% de eficacia, los brazos del rotor. La imagen superior, oficial de Cartier, conlleva cierto truco de ocultación, ya que se han hecho coincidir dichos brazos con los puentes horizontales del esqueleto, quedando así escondidos bajo ellos.

Cartier en el SIHH 2016 - Clé de Cartier Esqueleto Automático

Lógicamente, en un uso diario, debido a la imprescindible y por tanto inevitable rotación de la masa oscilante, veremos aparecer dichos brazos en numerosas ocasiones, aunque no creo que su efecto visual sea demasiado intrusivo en la transparencia general de la esfera.

Cartier también ha elegido el Paladio para la caja de este Clé, una opción que sin duda le otorga prestigio. Aunque si un día Cartier decidiese ofrecernos este reloj con caja de acero podría ser un importante éxito de ventas.

 

Crash Esqueleto

Es el turno de la tercera de las numerosas novedades que nos ha presentado Cartier en el SIHH 2016: el Crash Esqueleto. La caja del Crash, su verdadero ADN, siempre me ha parecido el más atrevido y al tiempo acertado diseño en la historia del reloj de pulsera. El acierto de unir tal diseño a una esfera esqueletizada me deja bastantes dudas.

Cartier en el SIHH 2016 - Crash de Cartier EsqueletoCartier, como es coherente, ha aplicado el mismo principio de esqueletizado que en todos sus relojes con esta complicación, que conlleva unos puentes que siguen la forma de los cuatros números principales a modo de índices horarios: el III, el VI, el IX y el XII. El problema, es que dentro de la numeración romana, estos cuatro números no son precisamente los más discretos por volumen, como podría ser el I o el V.

Si a ello le sumamos los brazos adicionales, y teniendo en cuenta el reducido espacio que deja la original forma de la caja del Crash, el resultado es una esfera esqueletizada en la cual hay bastante más superficie opaca que libre. En consecuencia, la finalidad de dejar ver una importante parte del mecanismo, que persigue cualquier reloj de este tipo, no se cumple de forma óptima.

Dejando de un lado el tema de la transparencia, el resultado estético de la esfera es sumamente atractivo y acorde con la imagen transgresora del Crash. Al igual que en el caso del Clé Esqueleto, y a pesar de que también cuenta con el mismo anillo perimetral, apreciamos también la ausencia de índices en su esfera, aunque en este caso, debido a la peculiar forma de la caja y en consecuencia de su esfera, dudo que su implantación hubiese resultado demasiado útil.

Sobre lo que no se puede emitir ni el más mínimo reproche, ya que solo merece encendidos elogios, es en el atrevimiento y dificultad de realizar un movimiento con la forma de este Crash de Cartier. Si desarrollar un típico movimiento de forma cuadrada o rectangular es bastante más complejo que uno convencional de forma redonda, hacerlo con esta geometría ya roza el prodigio, del cual se encarga el nuevo calibre 9618 MC. Cartier nos ofrece este Crash Esqueleto únicamente con caja de oro rosa y en edición limitada a 67 unidades.

 

Rotonde de Cartier Tierra y Luna

Y finalmente vamos por la cuarta y última de las novedades de gran complicación que nos ha presentado Cartier en el SIHH 2016, aunque de hecho, este Rotonde de Cartier Tierra Luna es el menos novedoso de los cuatro relojes. No lo digo porque su complicación relojera sea simple sino porque este mismo reloj ya fue presentado en el SIHH del año 2014.

La diferencia más notoria entre el Rotonde de Cartier Tierra Luna del 2014 y el del 2016 es que el primero utilizaba el lapislázuli para la esfera de las horas, para el disco de la fase lunar y también para el fondo de la esfera, mineral que en esta versión es sustituido por piedra de meteorito pulida, aunque ahora solo se utiliza para los dos primeros elementos ya que el tercero, el fondo de la esfera, desaparece para dar paso a una configuración que podríamos calificar de semi-esqueleto.

Cartier en el SIHH 2016 - Rotonde de Cartier Tierra y Luna

Rotonde de Cartier Tierra y Luna

El original conjunto de complicaciones que aporta su mecanismo es el mismo que en el reloj lanzado en el 2014: tourbillon, fase lunar a petición, y doble huso horario. Por tanto, estamos ante un reloj de muy alta complicación que además ofrece una original e innovadora forma de mostrarnos la fase lunar.

La geometría de la caja no varía en absoluto y tampoco lo hace su impresionante diámetro de 47 milímetros, un tamaño más que notable tal y como se puede apreciar en la imagen superior. En el metal noble utilizado por la caja encontramos la segunda diferencia, ya que el oro rosa sustituye al platino de la primera versión. El mecanismo es evidentemente le mismo, el calibre de carga manual Cartier 9440 MC.

 

Conclusión

Como ha ocurrido en todas las ediciones del salón ginebrino, nadie puede discutir ni la cantidad ni la calidad de las novedades que ha presentado Cartier en el SIHH 2016, y si nos ceñimos a su voluntad innata de creatividad, ningún rival puede hacerle sombra.