Cartier ID Two: la reinvención del reloj mecánico
La denominación es realmente simple. ID son las siglas que corresponden al departamento de Investigación y Desarrollo de Cartier. Two significa que esta es la segunda creación de dicho departamento.El ID One, presentado en el 2009, se centró en optimizar el órgano regulador de un reloj mecánico. Para ello se recurrió a materiales inéditos para la fabricación del escape, del volante y de la espiral (cristal de carbono, titanio niobium, Zerodur y revestimiento ADLC).
Todo ello se combinó con la utilización de la tecnología DRIE (Deep Reactive Ion Etching) que permite la mecanización de dichos elementos con una precisión de una micra, que en términos más coloquiales significa nada menos que una milésima de milímetro. El resultado fue un prototipo que no necesita ningún lubricante para evitar su desgaste y que tampoco necesita ser regulado ni ajustado a lo largo de toda su vida.
La utilización de tecnología DRIE es un avance realmente significativo en el mundo de la relojería mecánica, pero no se puede considerar una primicia de Cartier, ya que también fue utilizado por Patek Philippe en la construcción de su sistema de escape Pulsomax presentado en el 2008 y encarnado por su reloj de referencia 5450P. La diferencia se centra en el material empleado, que en el caso de Patek es un derivado del silicio de denominación Silinvar.
Así pues, viendo como dos monstruos del sector siguen la misma dirección en sus investigaciones, no creo que hoy en día nadie dude de que la tecnología DRIE es el futuro cercano de la relojería mecánica, como ya lo es en el presente la espiral de silicio que podemos encontrar en relojes de producción regular de Patek Philippe, Breguet y Omega. Pero en este mundo tan competitivo nadie puede dormirse en los laureles y Cartier, mediante su ID Two, va más lejos, incluso diría que muy lejos. Este segundo proyecto se centra en dos parámetros muy básicos pero muy complejos, tanto que prácticamente nadie se ha atrevido a alterar los esquemas que los rigen desde hace más de dos siglos: optimizar la energía que produce el barrilete de un reloj y minimizar el consumo de dicha energía.
De hecho, Patek Philippe con su Pulsomax ya ha logrado obtener un 40% más de reserva de marcha instalándolo en un movimiento convencional, ya que se reduce la fricción en los elementos que componen su órgano regulador. La fricción entre los componentes de un reloj es uno de los factores que inevitablemente consumen una parte importante de la energía que suministra el barrilete antes de que esta llegue al volante. Pero hay otro factor consumidor de energía, que también siempre se ha considerado inevitable, que es el aerodinámico. Desde los inicios de la automoción, hemos asistido a una evolución imparable en el diseño de sus componentes aerodinámicos, para reducir la fricción con el aire. Ello se traduce en dos resultados: mayores prestaciones y menos consumo de combustible. Precisamente los mismos objetivos que busca Cartier con su ID TwoLa gran diferencia es que Cartier retrocede a la primera premisa del silogismo. Una premisa que la automoción no puede controlar ni modificar y que en relojería nadie se había planteado hacerlo: el aire. Efectivamente, este elemento indispensable para la vida terrestre es con el que fricciona en mayor o menor medida cualquier objeto que se mueve. Modificando de forma casi infantil este silogismo, Cartier concluye que si no hay aire no hay fricción. Y teniendo en cuenta que la parte dinámica de un reloj, su mecanismo, se alberga dentro de una caja, Cartier provoca su vacío.
Como podréis apreciar en las imágenes, dicha caja tiene poco de convencional y en ella encontramos otra de las primicias de Cartier en el mundo de la relojería. El material utilizado es el Ceramyst, que es nada menos que cerámica transparente. Muchos recordaréis el Hour Visión de Omega, cuya carrura está construida con cristal de zafiro, lo que le proporciona cierta transparencia. El problema del cristal de zafiro es la imposibilidad de utilizarlo para formas complejas. Por contra, la cerámica si admite ser moldeada casi sin límite.
La utilización del Ceramyst aporta dos cualidades. Una de ellas, la transparencia, es meramente estética ya que nos permite observar los componentes que alberga la caja desde todos los ángulos posibles. Pero tambien aporta una cualidad funcional nada desdeñable, que es su extrema dureza y por tanto su casi total inmunidad a los arañazos.
En el ID Two, Cartier obtiene un vacío del 99,8% y la consecuencia es que su volante consume un 37% menos de energía. En total, el ID Two consigue la escalofriante cifra de 32 días de reserva de marcha. Pero no penséis que estos 32 días se obtienen únicamente mediante la reducción de la fricción con el aire. Como ya he comentado al inicio del artículo, el otro objetivo de Cartier es la optimización de la producción de energía.
Para suministrar la mayor cantidad de energía posible, Cartier recurre a un método ya convencional y a otro ciertamente innovador. El convencional es aumentar la longitud del muelle motor, aunque de hecho lo que hace es multiplicarlo por 4, al utilizar cuatro muelles que se albergan en dos barriletes dobles que actúan en serie. El método innovador es que para dichos muelles recurre a la fibra de vidrio en lugar del acero que siempre se ha utilizado en relojería. Por si misma, las propiedad elástica de la fibra de vidrio ya proporciona una energia superior a la de un muelle de acero.
También se ha tenido en cuenta que además de la capacidad de producir energía del material de un muelle, hay otro aspecto que la puede reducir: su fricción con las paredes del barrilete y consigo mismo. La fibra de vidrio ya contribuye a minimizar este efecto pues su fricción es menor que la del acero, pero además Cartier somete a los barriletes a un tratamiento ADLC (amorphous diamond-like carbon) que consigue optimizar este efecto.
Ya hemos conseguido maximizar la producción de energía mediante el sistema de barriletes que hemos descrito y optimizar la aerodinámica del volante eliminando el aire de su entorno. Pero en un reloj mecánico, entre ambos elementos, hay un tren de engranajes que, entre otras cosas, es el responsable de transmitir la energía entre ambos. Dicho tren de engranajes esta formado por un conjunto de ruedas dentadas y de piñones que interactúan entre ellos, lo que inevitablemente produce fricción y una vez más pérdida de energía.
En un movimiento convencional, se calcula que en dicho camino entre el barrilete y el órgano regulador se pierde aproximadamente un 25% de la energía suministrada. Para minimizar esta pérdida, Cartier rediseña la transmisión mediante un sistema diferencial que, sin entrar en excesivos detalles técnicos, reduce la carga entre los dientes de las ruedas y de los piñones. La consecuencia es también una reducción de la fricción y por tanto de la energía consumida. En el mismo sentido y con el mismo objeto, Cartier desecha los habituales acero y latón utilizados para esta piezas y las mecaniza en silicio revestido con cristal de carbono. El resultado, además de disminuir la fricción, es un 60% más de resistencia, un 70% en reducción de peso y una total inmunidad a los campos magnéticos.
Para resumir gráficamente todos los elementos de un reloj mecánico en los que ha incidido en sus innovaciones este ID Two, finalizaremos con unas imágenes de todos ellos y su breve descripción.
Caja al vacío: para preservar al volante de la resistencia al aire durante sus oscilaciones, se realiza el vacío en el interior de una caja monobloque realizada en cerámica transparente Ceramyst. La estanqueidad al aire se refuerza mediante la utilización de juntas tratadas mediante nanopartículas.
Barriletes con doble muelle de fibra de vidrio: por primera vez en la industria relojera, los muelles que proporcionan la energía la movimiento se realizan en fibra de vidrio, aumentando considerablemente la energía suministrada. En la imagen se aprecia el esquema de doble barrilete con muelles superpuestos. El ID Two cuenta con dos de estos dobles barriletes montados en serie.
Tecnología DRIE: La tecnología DRIE (Deep Reactive Ion Etching) permite fabricar componentes micromecánicos con una precisión extrema de una micra. Esta tecnología es especialmente adecuada para aplicar al cristal de carbono. La principal ventaja es que permite unos acabados de los dientes mucho más precisos, lo que genera una menor fricción.
Rodaje diferencial: el tren de rodaje diferencial con componentes ulraligeros funciona sin lubrificantes y minimiza la fricción, reduciendo así el consumo de energía en la fase intermedia de transporte de energía entre los barriletes y el conjunto volante/espiral.
Escape ID: Ya empleado en el ID One, con componentes fabricados mediante tecnología DRIE. Volante y porta-escape en cristal de carbono. Ejes de pivote realizados en titanio con revestimiento negro ADLC. El resultado es un organo regulador que no necesita ser ajustado ni lubricado.
Revestimiento ADLC: mezcla de carbono e hidrógeno, el revestimiento ADLC (Amorphous Diamond Like Carbone) recubre los componentes de una fina capa negra de protección insensible al desgaste, autolubrificante y resistente a los choques. Como se aprecia en la imagen, se aplica a la práctica totalidad de los componentes del calibre del ID Two.
Como tal, este prototipo no lo veremos nunca en los escaparates de las relojerías. Pero a buen seguro, sí veremos en pocos años el reloj de producción final que utilice todos los avances aplicados en él. Si prometedor y sorprendente es el cúmulo de tecnologías avanzadas y principios innovadores que aporta este ID Two, más lo es que se aloje en una caja de tan solo 42 milímetros de diámetro. Ello significa que su futuro sucesor de producción regular se podrá albergar en una caja confortable y llevable ¿Dudáis de que esto llegue a suceder?. No lo hagáis, pues en breve os presentaremos el descendiente, no prototipo, del ID One.
Créditos de las imágenes: Joël Von Allmen © Cartier 2012 – © Cartier