Cartier Pebble; el renacimiento de otro icono.
Con el Cartier Pebble, la firma parisina y manufactura relojera suiza, reeditra otro de sus iconos históricos de los años 70.
El Cartier Pebble es el enésimo diseño original producto de la impresionante capacidad creativa de esta legendaria marca. Cartier siempre ha tenido la capacidad de crear formas atípicas en elementos en los que todo el mundo da por sentado que ya está todo hecho. El Pebble es un ejemplo más de ello.
Un ejemplo muy claro es la caja de un reloj, cuyas limitaciones funcionales y dimensionales provocan una enorme dificultad, casi imposibilidad, de encontrar nuevas formas, que resulten inéditas pero que no afecten a la legibilidad o comodidad de uso del reloj.
En esta dificultad es donde Cartier se ha encontrado siempre como pez en el agua. Ninguna firma reloejra ha sido capaz de crear tantas forma inéditas en los elementos externos de un reloj de pulsera. Empezando por los legendarios Tank (artículo) y Santos, pasando por formas tan personales como las que ofrecen el Tonneau, el Tortue, el Gold Maxi Oval, o el Pasha, hasta llegar a diseños tan impensables como el que protagonizó el Crash.
Desde la aparición del Santos en 1904, Cartier no ha cesado de ofrecernos su creatividad en forma de relojes de pulsera. Para encontrar a nuestro protagonista de hoy, el Pebble, debemos retroceder hasta el Londres de 1972, cuando fue creado por la división Cartier de «La City».
En los últimos años, Cartier ha reeditado en formato de edición limitada muchos de estos relojes históricos, respetando al máximo sus lineas y proporciones originales. Ahora ha llegado el turno del Pebble, uno de los relojes Cartier más desconocidos por el gran público pero también de los más apreciados por conocedores y coleccionistas.
En una perspectiva frontal, el Cartier Pebble es un cuadrado perfecto insertado en el centro de un círculo perfecto, con la peculiaridad de que el cuadrado está girado 90 grados con respecto a la percepción que tenemos de esta figura geométrica. La genialidad es que la unión de dos formas geométricas tan básicas dan lugar a un conjunto estético inédito de personalidad inconfundible.
SI observamos de perfil la forma de la carrura del Pebble, apreciaremos que la regularidad geométrica que hemos percibido con la visión frontal, desaparece. Aquí el diseño aporta unas formas que se apartan tanto de los estándares que no existe ni nombre para clasificarlas. Cartier utiliza el término «forma de guijarro», en referencia a las piedras redondeadas que genera la erosión del agua en los ríos, para denominar la forma de la caja del Pebble.
Visto de perfil, como en la imagen superior, es como mejor podemos apreciar esta «forma de guijarro». La caja está realizada en oro amarillo y mide 36 milímetros de diámetro. En su interior se aloja el calibre 430 MC, el conocido y fiable calibre extraplano de carga manual. La esfera sigue el patrón característico de la mayoría de relojes Cartier, con su minutero tipo ferrocarril, los indices horarios en forma de números romanos y las agujas centrales azuladas.
El Cartier Pebble llegará a los escaparates en Noviembre de este año. Se emitirá en formato de edición limitada de 150 unidades y su precio será de 48.400 EUR.