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Los nuevos Heures Mysterieuses y Heures Fabuleuses han sido las estrellas a nivel visual y mediático de Cartier en el SIHH 2013, algo lógico porque aúnan dominio relojero con la creatividad artística que define una gran parte del ADN de las creaciones de Cartier.

Pero como ya comenté en el artículo general sobre las novedades de Cartier en el SIHH,  esta fue una de las marcas con el conjunto más variado de novedades de cuantas integran el salón ginebrino. Entre ellas, encontramos algunas piezas que inciden en el legítimo empeño de Cartier por demostrar que puede competir en el nivel más elevado de la Alta Relojería, lo cual es sinónimo de grandes complicaciones, segmento en el que se encuadra este nuevo Rotonde Quantième Perpétuel Chronographe.

La colección Rotonde, con la estética más clásica de sus cajas redondas, es la que normalmente elige Cartier para implementar las Grandes Complicaciones. Así, en ella encontramos el Cronógrafo Central, el Horas Saltantes y diversos Tourbillon y Repetición de Minutos. Pero faltaba un reloj con una combinación de complicaciones que suele ser el icono de las grandes marcas: el Calendario Perpétuo con Cronógrafo. Pues bien, ya lo tenemos aquí y para ello Cartier ha recurrido a una combinación del Rotonde Quantième Perpétuel que presentó en el SIHH del 2012 con el calibre del nuevo Calibre Chronographe de este año.

Para este test prescindiré del típico esquema de apartados por caja, esfera, calibre, etc… dado que en esta ocasión todos estos apartados están absolutamente relacionados e incluso dependen unos de otros, lo que me obliga a mezclarlos de forma continuada.

Cuando hablo de combinación, lo hago con todo el dogmatismo del mundo y la siguiente imagen nos muestra el porqué. A la izquierda tenemos el Rotonde Quantième Perpétuel del 2012 y a la derecha la nueva pieza motivo de este análisis. Veremos que la ubicación de las indicaciones del Calendario Perpétuo se realizan de idéntica forma e incluso los ejes de sus agujas están ubicados en exactamente el mismo sitio.

Así, tenemos la indicación de los meses y del año bisiesto compartiendo una sub-esfera ubicada a las 12 horas. A las 6 horas, encontramos la indicación retrógrada del día de la semana y mediante una aguja central, que recorre todo el perímetro de la esfera, se nos indica la fecha. Esta coincidencia no es tal, ya que como nos confirma Cartier en la nota de prensa, para el Calendario Perpétuo ha utilizado el mismo mecanismo que equipa al Rotonde Quantième Perpétuel, el calibre 9422 MC, aunque en esta ocasión lo emplea como módulo que añade a la base del nuevo calibre 1904-CH MC que equipa el Calibre Chronographe. El resultado de esta unión es el nuevo calibre 9423 MC.

Este aprovechamiento de lo ya existente comporta diversos condicionantes y obliga a Cartier a exprimir el tarro de las esencias de su dominio de la estética. Las ubicaciones de los ejes sobre los que giran las agujas no se pueden modificar, como tampoco se puede modificar (sin un coste altísimo) la forma de indicar que tienen dichas agujas, especialmente la retrógrada de los días de la semana. Pero al sobreponerse al mecanismo de cronógrafo, se debe dejar espacio para sus dos sub-diales: el contador de 30 minutos y el de 12 horas.

La solución es relativamente fácil y bien resuelta. Así, vemos que la aguja retrógrada del día de la semana mantiene su ubicación, pero el arco que contiene las correspondientes letras disminuye su diámetro y se acerca al eje de la aguja. Con el sub-dial que nos indica el día del mes y que también contiene la indicación del año bisiesto ocurre lo mismo. De este modo ya hemos conseguido el espacio necesario para que la esfera albergue los cuatro sub-diales, manteniendo al mismo tiempo una claridad notable de lectura.

La estética de la esfera es magnífica, pues a pesar de los condicionantes, Cartier ha sabido mantener todos sus signos identitarios, como son los grandes números romanos, elevados a un nivel superior que la base de la esfera y las agujas azules que contrastan con el exquisito tono plateado del fondo.

La caja, obviamente mantienen la misma arquitectura en ambos modelos, pero en ella encontramos una notable variación, que es su diámetro. Este nuevo Quantième Perpétuel Chronographe incrementa su diámetro, pasando de los 40 a los 42 milímetros. Si analizamos nuevamente la esfera de ambos modelos, veremos que en principio no hay ningún condicionante de espacio para tal aumento. Con cambiar el sub-dial circular de los días de la semana por el arco del anterior modelo y montando ligeramente el sub-dial del mes en el índice perimetral de la esfera, asunto solucionado. Es decir, bastaría con seguir exactamente las soluciones del Rotonde Quantième Perpétuel del 2012, acercando las subésferas al bisel, ya que se cuenta con espacio para ello sin disminuir su tamaño ni su legibilidad.

¿Porqué no lo hace Cartier?… solo se me ocurre un motivo y es que el diámetro de encaje del calibre de base que es el 1904-CH MC no permita ensamblarlo en una caja de 40 milímetros. No olvidemos que el diámetro del reloj que estrena dicho mecanismo, el nuevo Calibre Chronographe, mide también 42 milímetros de diámetro. Aunque por otra parte, si observamos la imagen superior, veremos que espacio no es precisamente lo que le falta a este movimiento en relación a la caja que lo alberga.

Otro motivo no condicionado por nada, sería que Cartier considere que es más adecuado estéticamente un tamaño superior, aunque ello se contradeciría con el magnífico equilibrio estético del Quantième Perpétuel. No es que 42 milímetros sean una exageración para un reloj clásico con grandes complicaciones, pero en términos generales, creo que la mayoría de potenciales compradores de este reloj lo preferirían de 40.

Esta imagen también nos sirve para apreciar, aparte de la rueda de pilares ubicada a la derecha de la zona superior, que este movimiento es de carga automática. Para ello utiliza un rotor central muy estético y notablemente esqueletizado para permitir la máxima visibilidad de los componentes a través del fondo de cristal de zafiro de la caja.

Visualmente no apreciaremos diferencia alguna con el movimiento de cronógrafo 1904-CH MC que equipa el Calibre de Cartier. Como ya he mencionado, ello se debe a que el módulo del calendario perpetuo se ensambla a esta base por su anverso, es decir, por la cara de la esfera, que podemos apreciar a la derecha de la imagen inferior. Esto no es ninguna crítica ya que es algo que ocurre inevitablemente con todos los calibres que combinan estas dos complicaciones.

Aunque sea de carga automática, si comparamos este calibre 9423MC, con el calibre  CH 29-535 PS Q del Patek Philippe 5270, que es para muchos el referente de reloj aunando estas dos complicaciones, el Cartier no llega a su nivel de sofisticación técnica ni exquisitez de acabados, pero se le puede conceder un notable alto an ambos apartados.

A nivel de caja y esfera no tiene nada que envidiarle, e incluso muchos compradores es posible que prefieran la estética original y a la vez elegante del Rotonde, un dominio, el del diseño, en el que el referente es Cartier.

Cartier nos ofrece este Rotonde en dos variantes de caja: oro blanco u oro rosa. La variante de oro rosa, también implica un cambio en la tonalidad de su esfera, en este caso marrón y con agujas en oro rosa. Personalmente prefiero con mucho la opción de oro blanco, especialmente por la esfera, tanto desde el unto de vista estético como de legibilidad, pero seguro que hay quien legítimamente opina lo contrario.

El precio de venta recomendado, de 64.700 y 60.500 €, en oro blanco y rosa respectivamente, se puede considerar de muy contenido para un reloj de este nivel. Siguiendo con la obligada comparación, es alrededor de la mitad del precio del Patek Philippe.

En resumen, un reloj de estética y acabados exquisitos, con un mecanismo moderno y de alto nivel, a un precio que considero muy razonable. Puestos a pedir, me hubiera gustado que su movimiento fuera de carga manual y que su diámetro se redujera a 40 milímetros. Pero en ambos casos se trata de apreciaciones meramente subjetivas y que nada tienen que ver con la apreciación objetiva de este Rotonde Quantième Perpétuel Chronographe de Cartier.


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Décadas de pasión heredada por la relojería. 17 años transmitiendo esta pasión por internet. Primero fue MundoPanerai, luego Cronomundi, ahora Watch-Test. Unos proyectos que nacieron bajo una idea muy clara que se mantiene en el tiempo: el lector busca opinión de calidad y fiable. Con toda la subjetividad que conlleva, opinión y crítica razonada es lo que pienso seguir ofreciendo.

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